miércoles, 23 de agosto de 2023

Love Me, that way Cap 10: Veneno




Flug volvió inmediatamente a su rutina de trabajo. No podía ni quería quedarse sin hacer nada. 

Si no ocupaba su mente en algo se veía consumido por pensamientos tormentosos.


Pasaba sus horas libres con sus bebés por supuesto, pero la mayor parte del día trabajaba y Black Hat, que solo tenía trabajo de oficina y más tiempo libre, seguía cuidando de sus hijos con absoluta dedicación. 


Muchas veces, cuando entraba a la oficina para dar algún reporte, se lo encontraba paseando con ellos por el lugar, intentando calmarlos. 


Los ponía en canguritos y besaba sus cabecitas delicadas. Flug no podía evitar sonreír. 


-¿Qué dirían otros villanos si lo vieran? Jefecito-.

-No dirán nada si no quieren terminar sin lengua-siseó ligeramente, un sonido que hacía a Malicia reir-¿Verdad que si? Mi Princesa del mal~-.

-Es su favorita ¿Verdad?-suspiró.

-Supongo...-.


Flug se le acercó y le puso una mano en la mejilla, lo acarició con el pulgar, un toque delicado, rozando el párpado inferior. Era oscuro, como si se maquillara, aunque sospechaba que, últimamente, era por la falta de sueño. 


-No haga mucho favoritismo ¿Ok?-.

-Ok-apoyó el rostro contra aquella mano y se le escapó un ronroneo.


Flug se apartó de inmediato. 


-Venía a informarle de...-.


Se decantaron en charlas sobre negocios. El negocio era la maldad y el negocio iba bien ¿No es así? 

Quizás las cosas habían cambiado, pero las ambiciones de ambos seguían siendo las mismas. 


La verdad, Flug ya no tenía mucho entusiasmo de nada. Antes la villanía le había divertido, pero su pasión se había ido junto con Venus. Solo trabajaba para mantenerse ocupado. 


Sobre exigía su cuerpo y mente hasta el colapso, pero los fines de semana, cuando ya no tenía nada que hacer, aquella casa se sentía como una prisión. Así que se marchaba y no volvía hasta el lunes en la madrugada, apestando a alcohol, perfume y quien sabía que más. 

Se tomaba una jarra de café, se daba una larga ducha y volvía al trabajo como si nada. 


Black Hat no le decía nada, lo único que podía ofrecerle era cuidar de Malicia y Misantropía, no podía darle afecto ni consuelo. Flug no quería nada de eso de él. 


¿Qué pasa? ¿Creías que sin ella en el camino iba a volver corriendo a tus brazos? 

Mirate, no eres más que una niñera. 


La voz de su mente rió con burla y crueldad. 


¿Por qué crees que se la pasa trabajando? no quiere verte, te tiene asco y odio, puedes sentirlo cuando se te acerca, lo mucho que te desprecia~ 


Black Hat, ahora solo en su propio cuarto, se llevó las manos a los oídos. 


-¡Basta! ¡Callate!-. 


¿qué crees que hace los días como hoy? ¿A dónde crees que va en noches de sábado como esta? ¿con quién crees que se revuelca mientras te deja solo para que cuides de tus vástagos?


-¡Basta! ¡No! ¡No quiero pensar en ello!- negó enérgicamente, clavándose las garras en el rostro-¡Silencio!-. 


REALMENTE CREÍAS QUE IBA A VOLVER CONTIGO ¿NO ES ASÍ? ¡PATÉTICO! ¡DEMONIO PATÉTICO Y MISERABLE! ¡SIN DIGNIDAD! ¡SIN USO! ¡CRIATURA VIL SIN CORAZÓN! ¡¿POR QUÉ HABRÍA DE AMARTE?! ¡PREFIERE A CUALQUIER OTRO ANTES QUE A TI!


¡No quería oírlo! ¡No quería saber de ello! ¡¿Para qué?! ¡¿Para qué si todo lo que podía hacer era sentarse a esperarlo?!


Cada una de esas condenadas noches esperaba, rogándole a la nada, a la oscuridad o a quien fuese, que Flug estuviese bien, que regresara sano y salvo.


Y su corazón dolía y quería reclamarle, gritarle y llorar. 


“¡¿Por que?! ¡¿Porque no me quieres?! ¡¿Por qué me abandonas?! ¡Usame, usame si quieres, pero por favor no te vayas!” 


¡Oh, era una criatura tan patética! 


Sabía bien, podía sentirlo cuando lo tenía cerca, lo mucho que Flug quería hacerle daño, lo mucho que lo despreciaba. 


Su voz tenia razon, habia tenido la esperanza de que Flug volviera con él, al menos en busca de consuelo, al menos en busca de calor y sexo. 


Quería ser usado por él, porque no tenía otra utilidad, pero su doctor ni eso quería de él. 


Objeto inutil y reemplazable...


Así que así, sin ninguna otra opción, lo dejaba ir. Lo dejaba ir a ahogarse en sus vicios, siempre seguido por el ojo vigilante de Shisui. 


-Cuida bien de él-le pidió, otra noche más en la que el doctor se ausentaría. 

-Lo se, mi niño, lo cuidarás tanto como pueda-le aseguró, deseando abrazarlo, pero se contuvo-Siento no poder hacer más-.

-Haces suficiente-. 

Flug se ahogaba en su propia pena, en su luto, en sus rencores e inseguridades. 


Aún había buenos momentos, como los había habido siempre. No podía evitar sentir felicidad en esos pacíficos momentos cuando eran solo los cuatro, disfrutaba ver a Black Hat con sus hijos, jugando con ellos, mimandolos...


Le gustaba sentarse junto al demonio y observar cómo sus bebés aprendían a gatear, a sujetar objetos, a girarse, todas esas cosas que, de hecho, estaban aprendiendo mucho más rápido que un bebé normal. 


Si, en momentos como ese era feliz. 


Feliz junto a sus hijos.


Feliz junto a él.


Y entonces...Entonces venían la culpa, el remordimiento y ese profundo y amargo rencor. 


¡Tendría que haber sido él y no ella! ¡Debería ser ella en su lugar! ¡Ella en lugar de Black Hat!


Y cuando su rencor se hacía presente, rabioso como una bestia, solo deseaba hacerle daño. Quería clavarle garras y dientes, despedazar su carne y hacerle gemir en dolor...Y placer. 


Porque si, entre todo ese rencor había, también, deseo. Una cosa hambrienta y bestial. 


¡Temía hacerle daño!


Black Hat podía defenderse de él, por supuesto, pero aun así...


No lo entendía. No se entendía a sí mismo ¿Por qué? ¿Por qué si siempre había sentido lealtad y devoción por él? ¿Por qué, si incluso en sus peores momentos nunca había llegado a odiarlo?


No lo había odiado por su crueldad. No lo había odiado por su explotación laboral, pero... pero lo odiaba por algo que, sabia bien, no era su culpa. 


Era algo ahí, en lo profundo de su corazón, como un parásito soltando toxinas, venenos amargos. 


Convertía todo su afecto, su devoción, su lealtad y gratitud, en puro rencor. Amargo como hiel, le quemaba por dentro y, a la vez, lo hacía sentir frío y desolación. 


Quería alejarse de él, pero no podía. 


Aún tenía su trabajo, su carrera, sus hijos. No podía simplemente irse. 


No quería. 


Era un hombre terco y estupido, negándose a dejar a aquel que le producía dolor, a aquel a quien insistía en dañar con indiferencia, a aquel a quien quería lastimar en tantos sentidos. 


Así que esos fines de semana eran puro escapismo. Quería ahogarse en su miseria, en hedonismo y excesos. 


Alcohol, drogas, hombres, mujeres...Le daba igual. 


Shisui lo seguía como perro guardián, pero no había mucho que pudiera hacer cuando se iba de la mano con el afortunado o afortunada de su elección...


Oh bueno, no siempre eran afortunados, muchos terminaban en una bolsa, con trozos de carne arrancados con los dientes, con órganos de menos. A veces le costaba controlar su hambre.


No sentía culpa por saciar su hambre, ellos habían sido lo suficientemente estúpidos para aceptar ir con él, para quedarse tras el primer mordisco. 


Lo único que le daba un poco de pena era Shisui. El pobre siempre debía limpiar sus desastres. Era diligente y eficaz, no se quejaba, solo le sonreía y le hablaba con voz dulce. 


“La próxima al menos no riegues sus tripas por todos lados, querido”


Tales eran sus noches de pasión, encuentros casuales y múltiples crímenes. 


Quizás eso último era lo único que tanto a él como a Black Hat les sacaba una sonrisa. Durante la semana el doctor solía ser el encabezado, la primera página, la primicia, en los medios periodísticos. 


Sus crímenes tenían tintes de travesura, pero no por ello eran menos graves sólo...Extraños. 


Desde robar una tonelada de chicles hasta hacer un “joyride” con un jodido jet militar. Parecía que Flug estaba dispuesto a ser culpable de todo crimen habido y por haber. 


En cualquier caso, era una noche más, perdido en un bar, por el momento bebiendo a solas. Shisui no estaba con él, no directamente, mantenía la distancia y se sumía en sus propios vicios de vez en cuando. Flug se preocupaba un poco por él, pero era demasiado apático para hacer nada al respecto. 


En la pantalla grande y a través de los parlantes se lucía una mujer y una voz. 


Incluso en ese bar de villanos, esos que habían surgido en los últimos años con la ayuda de BHO, esa mujer era aún bastante popular. 


La heroína. La estrella pop. La eterna cara publicitaria de PEACE. 


Miss Fame. 

“'Cause we're living in a material world

And I am a material girl...”


Flug la conocía de sus años de universidad. Siempre había sido una mujer extravagante, demasiado deseosa de llamar la atención. 

Recordaba bien que, durante su primer año, ella había sido más bien parte del grupo de los bichos raros, como él, pero en su segundo año había ganado popularidad por algún motivo y había cambiado por completo. 


Se volvió una chica seductora a la que le era fácil manipular a otros para que le hicieran la tarea o le prestaran dinero. El propio Flug se había dejado envolver en un par de ocasiones. 


Al tercer año, desapareció y, al poco tiempo, la vieron en la tele. 


Miss Fame, la nueva cara de PEACE. Una joven estrella pop y una heroína que alcanzó popularidad en tiempo record. 


El Flug del presente agitó su bebida. Era una lástima, esa chica tenía más características de villana que de heroína, manipuladora, ambiciosa y astuta, pero allá ella si quería ser esclava de PEACE solo por algo de dinero y fama. 


No era como si no hubiese eso también en el mundo de la villanía. Se podía ser famoso, sin duda se podía hacer dinero y una gran reputación si se jugaban bien las cartas, pero requería paciencia y eso era algo que ella parecía carecer por completo. 


Con BHO las cosas se habían vuelto más sencillas sin embargo. 


Más sencillas para los villanos y más difíciles para los héroes PEACE. 


Porque ahora esos héroes, como Miss Fame, ya no debían lidiar con simples ladrones de bancos con armas comunes, si no con supervillanos con todo tipo de artilugios y poderes inusuales. 


Siempre habían existido en secreto. PEACE había creado una sociedad que no les daba espacio para mostrarse y crecer, pero ahora, con BHO expandiendo sus tentáculos venenosos, poco a poco eran más y más frecuentes. 


Los civiles vivían con miedo y empezaban a desconfiar de la organización de héroes.


Empezaban a desconfiar de gente como Miss Fame, quien parecía más interesada en dar conciertos y fiestas que en lidiar con el crimen, de hecho...


-¡Hola hola mis queridos fans!-dijo Miss Fame desde la pantalla-Como saben, se acerca una fecha muy especial~-miró a la cámara con coquetería-¡Este 3 de Junio es mi cumpleaños número 30! Como pasa el tiempo ¿Verdad?-rió, un sonido falsamente infantil-Para mis fans más devotos habrá invitaciones VIP para mi fiesta de cumpleaños, pero no teman mis queridos, podrán ver el evento en vivo en sus canales de siempre ¡Besos! ¡Nos vemos!-se despidió, formando un corazón con las manos. 


Flug resopló, conociendo a PEACE, y los conocía bien porque los había estado espiando, a la rosadita pronto le darían una patada en su redondo trasero, un buen retiro y un contrato de silencio absoluto. 


Bueno, no era su asunto... 


La chica que le hacía ojitos era su asunto. Tal vez también el chico a su lado, el que le sonreía con complicidad. 


Mientras Flug y Shisui, allá en otra parte del bar, se decantaron en sus vicios y Black Hat, en la mansión, por fin podía relajarse y ahogarse en una botella de vino, Miss Fame planeaba su fiesta. 


Ella era feliz, allí en su hedonismo y superficialidad. Siempre la más bonita, las más adorada, aquella que tenía todas las luces, las cámaras, las miradas... 


Eso la hacía más feliz que nada. 


Lastima que el reflector se apagará pronto. 


Que la cámara enfocará a alguien más


Y que las miradas le serán ajenas. 


Porque eso va a matar la poca bondad en su corazón, amargara su sonrisa y la hará falsa y frágil. 


Pero, por el momento, Cecilia Amanda Kelly de eso no sabe nada ¡Ella es Miss Fame y está en la cima del mundo!