lunes, 17 de junio de 2024

Hipotético

 



Llevaban unas horas haciendo papeleo, era parte de la rutina mensual y el silencio era cómodo, el tictac de un viejo reloj sonaba como un arrullo. 


De vez en cuando Black Hat servía whisky para ambos, pero rara vez intercambiaban palabras. 


Así que cuando la áspera voz llegó a sus oídos, Flug dio un respingo de la sorpresa. 


-¿Qué dice? Jefecito-.

-Que si puedo preguntarle algo hipotético, Doctor-le sonrió.

-Uh...claro, lo escucho-. 

-Si un día desaparezco ¿Que hará?-. 

-Pues esperar y, si no aparece, buscar por usted-contestó sin dudar. 


Black Hat lo miró unos momentos y se paró de la silla, paseándose por la oficina, sopesando algo en su mente. 


-Se lo planteare de otra forma, Doctor, hipotéticamente hablando, si un día alguien viene a reemplazarme y yo desaparezco en consecuencia ¿Que hará?-.

-¿Es eso posible?-.

-Es hipotético-.

-Pues...-.

-¿Le es fiel a la organización, a la causa y a sus propios objetivos? ¿O a mi?-.


Flug lo miró con sorpresa ¿Qué clase de preguntas eran esas? Su jefe le devolvía la mirada con algo que no podía descifrar.


-¿Puedo pensarlo y darle mi respuesta luego?-.

-Está bien-asintió. 


Y Flug pensó en ello por días, mientras trabajaba se formulaba aquello una y otra vez en su mente, hasta que tuvo una respuesta concisa. 


Entró a la oscura oficina y habló con resolución. 


-Tengo una respuesta para usted-.


Black Hat estaba de espaldas a él, mirando por la ventana, se volteó ligeramente para poder verlo. 


-Lo escucho, Doctor-. 

-Si alguien viniera a reemplazarlo, creo que no habría cambio para mi, le soy fiel a la organización, a su causa y a mis propios objetivos, si mi nuevo jefe es igual de competente que usted, entonces no hay diferencia-. 


Black Hat se volteó de nuevo a ver la ventana. 


-Ya veo, puede retirarse, Doctor-. 


Cuando escuchó la puerta cerrarse y sus pasos alejarse, Black Hat se llevó las manos al rostro. 


En verdad estaba solo, si desaparecía de ese mundo no iba a ser extrañado ni necesitado. 


Y así, mucho después, una noche alguien llegó de visita a la mansión. Un hombre alto de fríos ojos azules. 


-Flug, este es mi pa...- el otro hombre miró a Black Hat severamente, así que se corrigió a sí mismo- Mi creador, Seto-. 

-Oh, un placer-Flug extendió su mano y aquel hombre la estrechó con firmeza.

-Igualmente, admiró su trabajo Dr Flug, somos colegas en las ciencias, así que creo que estará contento con las noticias-.

-¿Noticias? -.


Seto chasqueó los dedos y ante ellos apareció una mujer. Era casi idéntica a Black Hat, pero tenía cabello azabache atado en dos largas trenzas. 


-Es el nuevo modelo-señaló Seto como quien presenta un auto nuevo-Mejorada en todos los sentidos, emociones más estables, mejor entendimiento de las ciencias, no tan adepta a métodos mágicos anticuados-. 


La mujer los saludo con una reverencia.


-Será un placer trabajar con usted, Dr Flug-dijo, su voz suave a comparación de Black Hat. 


Flug nada más asintió, sintiéndose bastante abrumado con toda la situación, miró brevemente a su ¿Ex? Jefe, pero este estaba tieso como estatua, apretando los puños. 


Esa mujer iba a llevarse su nombre, su título, todo su trabajo duro que le había llevado milenia y él iba a desaparecer en la nada. 


A nadie en esa oficina le importaba, iba a ser reemplazado como un electrodoméstico viejo. 


Ni siquiera a su doctor le importaba, aquel de quien había creído al menos tener su lealtad.


Seto hizo aparecer un contrato sobre el escritorio. 


-Cuando firmen, todo desde tu nombre hasta tu poder pasarán a posesión de ella-.

-¿Y qué tal si no quiero?-lo desafió.

-No es opcional-le contestó su creador con calma. 


Ella ya había tomado una pluma y Black Hat tomó otra con resignación, pero al acercarse a la hoja de papel, le temblaron las manos. No quería nada de eso, quería seguir existiendo con todo aquello que había ganado por su cuenta ¿Por que ella podía tenerlo todo? 


-No es justo-masculló.

-Si ella no resulta apta para el trabajo, haré otra versión, sin embargo para ello necesito el material, por eso debo reciclarte, es así de simple-. 


Su creador...Su padre, le dijo aquello con absoluta frialdad y Black Hat iba a seguir discutiendo, pero Flug interrumpió. 


-Tengo mucho trabajo, así que si pueden apurar esto se los agradecería-. 


El corazón de Black Hat simplemente se hizo añicos, su expresión se volvió neutral, como para intentar conservar algo de dignidad, y firmó el dichoso contrato. 


Sin mucha ceremonia Black Hat dejo la casa, no se despidió de nadie pues nadie quería despedirse de él, y fue encerrado en su viejo cuarto de cuando aún era un demonio joven en el Infierno. 


Lentamente era drenado de su esencia, de aquel material que componía su cuerpo, se iba haciendo más pequeño y débil. 


A veces lloraba, tenía miedo, no de la muerte si no del olvido. Sabía que era su culpa el no ser amado, pero aun así le dolía la traición. 


-Quiero verlo-.

-Innecesario-.

-Por favor, solo quiero verlo-. 


Seto miró como su creación le rogaba y suspiró con fastidio, ciertamente no perdía nada con aquello, tal vez así dejaría de lamentarse tanto. 


Así que Flug fue llevado ante su presencia. 


El doctor se sorprendió al verlo, era al menos una cabeza más bajo que antes, no llevaba sombrero, dejando ver cabello azabache y cuernos de obsidiana, la ropa le quedaba grande. 


No sabía muy bien porque, aparte de lo obvio, pero le daba la idea de alguien con una enfermedad terminal, como si se estuviera desvaneciendo. 


-¿Quería verme?-. 


Y para doble sorpresa, Black Hat lo abrazó, muy fuerte y con desesperación. 


-Lo siento, siento ser yo, siento las cosas que dije e hice, lo siento...-.

-Jefecito...-Flug solo atinó a rodearlo con un brazo. 


Black Hat lloró, ocultándose contra su pecho, Flug lo dejo pues no sabia que más hacer, ni sabía como sentirse al respecto. 


Cuando se calmó, se sentaron a hablar, aunque era incomodo. Su relación estaba rota en muchos sentidos y, para Flug, esa criatura enfrente suyo ya no era Black Hat. 


Le tenía lástima ¿Tal vez algo de rencor? Pero más que nada le era indiferente, sin embargo no quería ser cruel con él. 


-¿Y como es mi reemplazo?-le preguntó después de que las preguntas más generales quedaron de lado.

-Oh...-Flug se puso rojo-Bueno, ella y yo...eh...-.

-No sigas, entiendo-Black Hat miró el suelo y jugó con sus manos-¿Yo te gustaba de esa forma?-.

-No lo sé, si le soy sincero, tal vez sí, pero...-.

-Mis actitudes te resultaban repulsivas, lo se-suspiró-Imagino que ella es amable contigo-.


Flug nada más asintió y Black Hat rio, fuerte y burlón. 


-Es que ella no sabe Flug, aún no sabe cómo debes proteger tu corazón de los mortales, cómo te usan, cómo te hieren-Black Hat se abrazó a sí mismo, clavandose las garras-Como te enamoran y luego te rompen el corazón con su traición y con su ausencia, como te ven como a una cosa para usar, como te temen pero no te respetan, no sabe que aunque son débiles pueden hacerte tanto, tanto daño-. 

-Black Hat...-.

-¡Ese ya no es mi nombre! ¡Ya no soy nada ni nadie! ¡Voy a desaparecer y tengo miedo!-le admitió a los gritos-¡Nadie va a lamentarme! ¡Ni siquiera tú! ¡Ni siquiera tú quien creí que me veía! ¡Creía que me veías tal cual soy, creí que veías todo lo que oculto, todo lo que me duele, todo lo que realmente soy!-.

-Yo...-.

-¡Creí que me querías!-exclamó, desarmandose en llanto-¡Creí que me eras fiel! ¡Creí que podría darte mi corazón sin sentir miedo! ¡Pero eres igual a todos los mortales! ¡Y yo se! ¡Sé que me merezco tu odio y tu indiferencia! ¡Pero aun así...! ... Aun así duele tanto...-. 



Tras eso no volvieron a verse, Black Hat se quedó en ese cuarto, a desvanecerse lentamente hasta que no quedó nada. 


En la memoria de otros era apenas una sombra, un recuerdo siniestro y vago, como una pesadilla que se desvanece al despertar. 


Flug a veces se acordaba de él y sentía una opresión en el pecho, pensaba en lo que podía haber sido y en lo que realmente fue, tal vez en cierta forma lo había amado, pero de eso ya no estaba seguro. 


Quizás, hipotéticamente, un día podrían reencontrarse y las cosas serían diferentes.