martes, 1 de noviembre de 2022

La forma en que amamos Cap. 1: Rechazo

Una historia de rechazo, perdida y dos villanos criando niños juntos.



En algún momento se había enamorado, no estaba muy seguro de cuándo o porqué, no importaba mucho, solo sabía que estaba enamorado y eso era un problema. 

No se suponía que él, de todos los seres, sintiera amor por nadie, pero ahí estaba, mirando a ese hombre con anhelo y deseo y cosas dulces y suaves que no sabía definir, le hacía sentir mariposas en el estómago. 

¡Oh, era un gran problema! Porque él era él y no podía permitirse amar, su corazón era oscuro y frío y... Frágil. 

¿Pero qué podía hacer? ¿Que podía hacer si cuando lo miraba era todo lo que sentía? 

Había intentando alejar sus propios sentimientos tratando al otro con crueldad, forzandose a sí mismo a odiarlo y tenerle desprecio, pero había resultado algo fútil y contraproducente, porque ahora ese hombre le tenía miedo y cada vez que lo veía temblar en su presencia, sentía una puñalada en el corazón. 

En ese momento lo observaba hablar con entusiasmo de algún proyecto que tenía, apasionado, inteligente, brillante y lleno de potencial. Decía algo sobre ciencia, robots y ¿Aviones? Ese hombre siempre hablaba de aviones si le daban la oportunidad. 


¡Oh sí, en efecto, Black Hat estaba enamorado del Dr Flug!


La verdad es que no le estaba prestando mucha atención a lo que decía, demasiado embelesado para molestarse en entender, al menos esperaba que no se le notara en la cara. 

Black Hat se estaba cansando un poco de su situación ¿Que podía hacer? ¿Quizás solo debía arriesgarse e invitarlo a salir? ¿Confesarse? 


¿Y qué crees que va a pasar? Te tiene miedo, te odia, solo va a rechazarte, va arrancarte el corazón y hacerlo trizas.


La pesada voz de su conciencia, si él tenía una de esas lamentablemente, le dijo aquello con amargura, se sentía como una presencia más en sí mismo, una figura de sombras que le hablaba al oído y le apretaba los hombros, poniendo peso sobre su espalda. Lo peor era que esa voz siempre tenía razón. 


El demonio dejó salir un suspiro de frustración y Flug detuvo su discurso. 


-Lo siento, Jefecito ¿Lo estoy aburriendo? - le preguntó con timidez.

-No...- cada vez que Flug le decía “Jefecito” sentía esa condenada sensación en el estómago y se le aceleraba el corazón ¡Ah, al diablo!-De hecho, quería pedirle algo, Doctor~-.


Se apartó de su escritorio y se acercó al otro, viéndolo temblar en su sitio, claramente esperando ser asustado y regañado de alguna forma. Nunca antes Black Hat se había arrepentido de su crueldad. 


-¿Qué es lo que necesita?- lo miró con duda, Black Hat no “pedía” cosas, las ordenaba.

-Estaba pensando...- se detuvo ante él y le tomó una mano con galanura-Que podría tomarse el día libre y salir a tomar un café conmigo- le sonrió. 

-¿Q-que? - Flug se tensó, aterrado de esa mano fría que sostenía la suya, aquello tenía que ser una broma ¿Verdad?

-Lo estoy invitando a una cita, Doctor- le dijo con toda la paciencia y calma de la que era capaz.


Flug lo miró unos momentos, evaluando su situación, estaba MUY seguro de que si lo rechazaba iba a terminar muerto o peor, despedido. No quería ir a ningún lado con ese demonio, pero se sintió obligado a ello.


-Uh... Ok- contestó, mirando al suelo.

-Excelente - Black Hat lo tomó de los hombros, sacandole un respingo-Pongase algo lindo, Doctor Flug, saldremos ahora mismo-. 

-Oh ... Ok- Flug se apartó y salió de la oficina rápidamente, asustado. 


Ciertamente Flug se habia puesto algo lindo, una camisa de franela roja, jeans negros, zapatillas rojas... Se veía adorable. 


-Se lo ve muy bien, Doctor~- le sonrió y le ofreció su brazo al salir de la mansión. 

-G-gracias - Flug miró el suelo y no aceptó aquel ofrecimiento, así que el demonio lo dejó ser.


¿Lo ves? Está aterrado de ti, solo acepto porque teme lo que le hagas si te rechaza. 


Black Hat alejó esos pensamientos intrusivos, aún podía cambiar aquello, si Flug le daba una oportunidad, entonces, solo quizás... 


Te odia.


Flug siguió al demonio hasta un café, discreto, elegante pero no mucho. No estaba mal, quizás de estar ahí con cualquier otra persona habría disfrutado del ambiente, pero estaba aterrado ¿Que era todo eso de repente? ¿Era alguna clase de broma cruel? ¿Qué iba a ser de él?


Por el momento el demonio estaba siendo cortés y Flug decidió seguirle la conversación, para al menos intentar calmar sus propios nervios.

Hablaron un largo rato, la voz de Flug siempre temblando y tartamudeando, Black Hat daba todo de sí para ser amable y galante, pero no parecía dar ningún resultado, Flug actuaba como siempre lo hacía con él, como un animalito acorralado.

Y Flug se sentía acorralado, quería huir, no quería estar ahí con su jefe. Black Hat lo obligaba a muchas cosas, pero no esta vez, Flug aún tenía dignidad y orgullo suficiente, iba a rechazarlo aunque tuviera que sufrir las consecuencias luego.


-¿P-por qué me invitó así de r-repente?- preguntó, por fin dándose valor. 

-¿Como que por que? - Black Hat le sonrió- Me gustas...- intentó tomar su mano sobre la mesa, pero Flug la apartó de inmediato.

-Y-yo no lo v-veo de esa f-forma- cerró su mano en un puño, temblando.

-Flug... Sé que no me he portado bien contigo, pero... -.

-No quiero- se negó rotundamente, intentando no gritar- Por favor, no insista-.


Te lo dije ¿Que esperabas? De seguro te tiene asco, te encuentra vil y repugnante y es todo tu culpa, justo lo que te mereces. 


-Oh, está bien - ¿Que era ese nudo en la garganta? ¿Es que acaso quería llorar? - Como desees, olvida todo esto entonces - dijo aquello con un leve temblor en la voz mientras se ponía de pie y dejaba billetes sobre la mesa- Y para que vayas a casa- le dejó dinero a Flug también y se marchó, desapareciendo justo antes de cruzar la puerta. 


Flug se quedó mirando el vacío que el otro había dejado, lo había lastimado ¿Verdad? ¿Eso era siquiera posible? Se sintió culpable por un instante, pero luego consideró que el demonio solo jugaba con él, esa criatura era cruel y sin emociones, seguramente solo buscaba una forma de entretenerse. 

Se quedó en aquella mesa un rato, un lío de emociones, al borde de un ataque de ansiedad.


-¿Te encuentras bien?- le preguntó una voz suave y amable.



Black Hat decidió que era mejor hacer como que nunca nada había pasado, era más fácil para él y con suerte era más fácil para Flug, quien parecía haber llegado al mismo acuerdo mudo. 

Su relación siguió como siempre, incluso cuando su mente lo atormentaba con visiones de Flug arrancándole el corazón con las manos, incluso cuando verlo dolía, incluso cuando solo quería ... Llorar.

No podía permitirse eso, no tenía derecho a lamentaciones, no podía expresar ese tipo de cosas, solo podía embotellarlas y sufrir en la soledad de su oficina, atrapado en su propia oscuridad. 


En las mañanas, cuando compartía el desayuno con él, 505 y Demencia, deseaba secretamente que alguien lo notara, que notaran que estaba triste y le preguntaran, quería permiso para lamentarse y llorar y decir lo que había en su pecho, pero todos solo veían al demonio frio y cruel de siempre, así que nadie decía nada. 


Lo que si notaban era que, desde hacía un tiempo, Flug estaba de lo más feliz, en especial en las mañanas, cuando no se despegaba de su celular ni siquiera para comer. 


-¿Qué te tiene tan contento? Nerd- Demencia lo miró con interés.

-Nada que te importe- resopló este. 

-Ay, no seas así - lo picó con un dedo- Dime ... - intentó espiar lo que hacía en su celular, pero Flug no la dejo- ¿No me digas que tienes novia?- rió con burla.

-Uh...- Flug la miró con sorpresa, básicamente confirmándolo.


Black Hat lo miró y dejó caer la taza sobre la mesa con un poco más de fuerza de la necesaria.


Oh, por favor di que no, no me lastimes más, por favor... 


-P-pues si - dijo el doctor finalmente- Desde hace un mes, de hecho-.



¡¿Qué esperabas?! ¡Por supuesto que tiene una novia! ¡Porque es perfecto y maravilloso y no te lo mereces! ¡Solo mereces dolor y rechazo! ¡Mereces que te arranque el corazón y lo pisotee hasta que no quede nada!



-¿Quién tiene tan mal gusto? ¿Está ciega o qué?- Demencia sonreía, un poco feliz por él.

-Ya callate...- suspiró, Flug sabía que la chica bromeaba, pero aun así-Ella es... - pero calló, tomando en cuenta quién más estaba ahí con ellos, lo miró, no sabiendo muy bien con que iba a encontrarse.

-No me interesa- le dijo, su voz quebrándose apenas, imperceptible-Con permiso- se puso de pie y desapareció.  


Flug se quedó preocupado, no por Black Hat, no tenía razones para eso, le preocupaba que al demonio se le ocurriera decirle que no tenía permitido salir con nadie o algo así, ciertamente podía impedírselo. 

Respiro hondo y se armó de valor, iría a hablar con él. 

Por primera vez en mucho tiempo, Flug era feliz, esa mujer lo hacía feliz, no iba a dejar que Black Hat le quitara aquello, era capaz de renunciar si era necesario, porque ahora tenía algo más en su vida que trabajo y actos villanescos.


Llamó a la puerta de la oficina, el corazón latiendole deprisa.


-¿Jefecito?- habló.

-Pase - se escuchó decir, su voz peculiarmente amarga.


Flug entró y miró a su jefe, sentado donde siempre. Su vista en un montón de papeles.


-¿P-podemos hablar?-.

-¿Qué es lo que quiere? Doctor- Black Hat no lo miró, si lo hacía iba a ser abrumado por sus emociones y haría algo estupido. 

-Yo... Ah ...-.

-Si es sobre sus ... Relaciones personales- masculló con amargura- No me interesa, mientras no interfiera en su trabajo, puede hacer lo que quiera-. 

-Oh, ok - dijo, extrañado y aliviado a la vez. 

-Pero quiero una investigación en el trasfondo de esa persona, para asegurarnos que no es una espía, aunque lo dudo-. 

-Está bien- asintió, eso tenía sentido, no le molestaba- Es solo una civil, Jefecito, no es ninguna amenaza- sonrió. 

-Aun así ... - lo miró por fin y lo sintió más lejos que nunca- Flug ¿Te hace feliz?- le preguntó con seriedad.

-¿Q-que? ... Uh ... Si, por supuesto- ¿Qué clase de pregunta era esa?

-Está bien entonces, solo tráeme esa investigación y te dejaré tranquilo-.

-G-gracias- Flug no sabía que más decir o como reaccionar a las actitudes del otro, así que se dispuso a irse.

-Flug... - lo llamó cuando el doctor ya estaba por cruzar la puerta, quería preguntarle ¿Por qué no te gusto? ¿Que tiene ella que yo no? Pero eso no habría tenido sentido, él ya sabía las respuestas- Solo ten cuidado ¿Si?-. 

-S-si, Jefecito-.


Y así, Black Hat lo dejo ir, lo amaba lo suficiente para dejarlo ir y permitirle ser feliz con alguien más, pero aun así dolía, era pura agonía oprimiendo su pecho, incapaz de dejarla salir, quería llorar y gritar y decir todo lo que sentía, pero estaba atado a su propia naturaleza y orgullo, así que callo y vio el tiempo pasar y a Flug alejarse. 


Paso alrededor de un año sin grandes cambios, la relación con su jefe como siempre, aunque notoriamente el demonio ya no le pegaba y le gritaba menos, la vida de Flug se había vuelto más tranquila y feliz desde que la había conocido, queria presentarsela a aquellos que consideraba su familia. 

Los habitantes de la mansión eran su familia, incluso Black Hat, de alguna forma, quería que la conocieran y le dieran su aprobación, pero primero que nada necesitaba permiso.


-Jefecito - le sonrió, intentando darse valor y porque había notado que el demonio lo trataba mejor cuando tartamudeaba menos- Quería pedirle un favor-.

-¿Qué quieres ahora? - lo miró, cansado, siempre que Flug le pedía algo tenía que ver con esa mujer, estaba molesto y ya no se molestaba en tratarlo de “usted”, no sabia muy bien porque, quizas porque asi el otro se sentía menos lejano. 

-Quería saber si podría, tal vez ¿Invitar a Venus a la mansión?-.

-No-.

-Por favor, quiero que los conozca- le rogó.

-No quiero extraños en mi casa- le gruñó levemente- Además, puede que la asuste y te deje ¿Que te parecería eso?-.

-Ya le he hablado de usted, no va a asustarla-.


Black Hat suspiro y se pregunto de que forma hablaba de él a otros, seguramente contaba cosas horribles, se refería a él como un monstruo repulsivo. 

No quería a esa mujer en su mansión, pero sí quería a Flug feliz.


-Está bien, pero luego no te quejes-.

-Gracias, Jefecito- dijo felizmente- La traeré este sábado ¿Que le parece?-.

-Como gustes- asintió. 


Lo miro marchar y se mordió la lengua con fuerza, haciendose sangrar profusamente ¿Que iba a hacer ahora? ¿Que tal si no podía consigo mismo y terminaba matando a esa mujer en un arranque de celos? Flug nunca iba a perdonarselo, iba a odiarlo más de lo que ya lo hacía. Debía controlarse o perdería lo poco que tenía con él. 


El sábado llegó y Black Hat se encontró peleando consigo mismo en el espejo, quería lucir presentable, quizás presumir un poco de sí mismo.

Estaba celoso por supuesto, pero no era competencia para esa mujer, eso lo sabía porque cuando Flug hablaba de ella sus ojos se iluminaban como hacían siempre que hablaba de algo que amaba, como su ciencia y sus aviones y sus programas de televisión. 

Quería sentirse un poco mejor consigo mismo, incluso sabiendo que por mucho que hiciera uso de sus encantos, Flug nunca iba a mirarlo de esa forma. 


Por supuesto que no, te tiene asco.


Y esa mujer seguramente iba a notarlo y encontraría patético sus intentos de llamar la atención, pero se vistió de todas formas, al final solo estaba castigándose. 


Alguien entró a su cuarto, Black Hat lo miró con sorpresa, era el oso.


-¿Qué haces aquí?-.

-Bwa ...- 505 cruzó sus grandes patas, lucía de mal humor.

-¿Como que no quieres conocerla? ¿Y por qué vienes conmigo a quejarte? Ve a quejarte con Flug-.

-Bwa, bwa ¡Bwa! - gesticuló con una furia poco propia de él.

-Así que no quieres una mamá nueva ni hermanos...-suspiró, el demonio no había pensando en ese tipo de posibilidades- Pues, es lo que tu padre quiere, tendrás que aceptarlo- le habló con paciencia, porque 505 era un niño pequeño y, aunque le gustaba asustarlo, entendía lo que sentía en ese momento- No va a dejarte de lado-. 


Pero a ti sí. 


-Bwa, bwa ¿bwa?...- agachó las orejas.

-¿Qué? ¿Qué dices? Estas loco, oso- Black Hat regresó su vista a su reflejo, sonrojado apenas- No soy tu padre, Flug lo es-. 


505 hizo un ruido diferente, como un lamento y miró al otro con pesar. Al parecer se había hecho ideas sobre que Flug y Black Hat eran sus papás y ahora se encontraba decepcionado y asustado. 


-Flug te quiere- le aseguró, sintiendo lástima por él- Y esa mujer seguramente va a quererte, no tienes nada de que preocuparte-. 

-¿Bwa? - el oso le jaló una manga.


Black Hat lo miro, de todos tenía que ser el oso el que se diera cuenta.


-Tu padre no me quiere ¿Que se supone que haga? - se le escapó un sollozo, pero no más- 505, lo queremos ¿No es así?-.


El oso asintió, mirándolo con pena.


-Entonces dejalo que sea feliz, a diferencia mía, tu siempre seras importante para él-.


505 lo abrazó, brevemente, en un auténtico abrazo de oso y se marchó, un poco más feliz.


Terminó de arreglarse y bajó a la sala, donde estaban los demás. Flug se veía de lo más ansioso.


-Ay, por favor prometanme que se van a comportar- les rogó.

-Yo no prometo nada, nerd - Demencia le sacó la lengua.

-¡Demencia! - Black Hat la reprendió- Te comportas porque es una orden, punto-.

-Si amo Black Hat- sonrió con inocencia. 

-Gracias Jefecito- suspiró- Ya debe de estar por llegar-. 


Y, en efecto, el timbre de la mansión no tardó en sonar. Flug fue corriendo a la puerta, se tropezó consigo mismo y siguió su camino con claro entusiasmo. Black Hat no pudo evitar sonreír. Quizás porque lo amaba y todo lo que hacía le parecía adorable o quizás porque le gustaba verlo feliz ... Quizás podía resistir aquello sin que su corazón se hiciera añicos. 


Flug abrió la puerta con una gran sonrisa oculta bajo la bolsa de papel.


-Venus, bienvenida, espero que no fuese muy difícil encontrar...-.

-Es una casa con forma de sombrero, cariño, es bastante fácil de divisar- la chica entró a la mansión y se saludaron con un breve beso.


Black Hat apretó los dientes, pero no dijo nada.


-Deja que te presente- la tomó de la mano y la llevó ante los demás.

-Ay, no sabia que te gustaban tan pechugonas, nerd - Demencia se burló. 

-Demencia- Flug la reprendió- Venus no le hagas caso- la miró, avergonzado. 

-Bueno, tiene razón - Venus rió - Un placer, Demencia, soy Venus-.


Las chicas estrecharon manos con una sonrisa. 


-Y usted debe ser Black Hat, un placer- le ofreció su mano.


Black Hat la estrecho, mirándola atentamente, era una mujer voluptuosa, como Demencia había señalado, bajita y de largo cabello gris, bonitos ojos ambar detrás de lentes redondos. Era bonita y ... Normal. 


-Igualmente- pronunció el demonio con cortesía.


¿Te sorprende que le guste alguien normal? Seguramente es lo que siempre ha querido, una vida normal, matrimonio, hijos ... Nada que tú puedas darle. 


¡¿Quién dijo algo de matrimonio e hijos?! Esas eran ideas del oso, aun no sabia si ese era el plan, si iban a durar tanto.


-Y este es 505 - Flug señaló, claramente aliviado de que todo iba bien. 

-Hola 505, eres adorable - Venus le sonrió al oso con dulzura.


505 no lucía muy convencido, pero la saludo con un gesto de todas formas. 


-Oh, iré a revisar la cena ¿Venus quieres venir o ...?-.

-Quiero quedarme a conversar, si no te molesta- lo miró- Dime si necesitas ayuda, Flugy-.

-Jeje, si  ok- se sonrojó al ser llamado así y se marchó, no muy seguro de si quería dejarla sola con Black Hat y Demencia.

-Flugy - dijo Demencia en un tono cursi, fingiendo darle besos a algo.

-Demencia, compórtate... Nos burlaremos de él luego- el demonio sonrió, quizás estaba celoso, pero era divertido de todas formas. 

-Es muy lindo cuando se pone todo nervioso ¿No?- Venus rió.


Se sentaron en la sala y Venus conversó con Demencia un rato, Demencia era una villana, pero también era una chica joven y se notaba que le gustaba tener a alguien con quien hablar de sus cosas. 


Black Hat no les prestaba atención, estaba ahogándose en sus propias emociones de nuevo, a su lado 505 también tenía cara de pocos amigos, aunque en su caso no era muy amenazante. 


De vez en cuando Venus lo miraba con curiosidad, no era raro siendo que era la primera vez que lo veía, pero le incomodaba un poco. 


-¿Hay algo que quieras decirme? Querida-.

-Oh, lo siento, es solo curiosidad- le sonrió- Flug me habló mucho de usted, pero es bastante diferente verlo en persona-. 

-¿Y qué tanto le ha dicho mi doctor?- siseó levemente, remarcando ese “mi” a propósito.

-Oh, cosas fascinantes- le sonrió ampliamente, los ojos brillantes-Siempre he estado interesada en demonios y otras criaturas ocultas-. 

-Entonces supongo que no tiene problemas con la naturaleza de Flug ¿No es así?-.

-Me gusta eso de él- asintió- Aunque, no es lo único por supuesto, el que sea peculiar y que esté rodeado de personas peculiares, es solo la cereza en el pastel, tampoco me molesta que sea un villano, si eso le preocupa-.


Black Hat entrelazo sus manos en un gesto pensativo, al menos esa mujer era de mente abierta, no quería a Flug con alguien que iba a restringirlo o intentar darle un sentido de la moral. 


-¿Y a qué te dedicas exactamente? - le preguntó, queriendo saber más. 

-Soy científica, como Flug, ambos estamos interesados en la manipulación genética, él es realmente excepcional - suspiró con un leve sonrojo-Creo a esta criatura adorable - miro a 505- A la que no le agrado mucho-.

-Bah, solo está siendo un niño caprichoso - Black Hat lo miró de reojo-Compórtate, no hagas quedar mal a tu padre- le susurró. 


505 resopló y se acercó a Venus, invitandola a que lo acariciara. 


-Fascinante, un color tan inusual-.


La chica acarició al oso con ternura, pero Black Hat, siendo quien era, podía ver un poco más allá. Venus tenía la misma mirada de Flug, esa mirada de los genios malvados y científicos locos, un brillo de locura detrás de ojos inteligentes. 

Así que eran tal para cual.


Bueno, no es tan “normal” pero eso no cambia nada, está robándote lo que es tuyo...


La voz en su cabeza siseó con malicia, pero Black Hat la alejó como a una mosca molesta. No eran más que pensamientos intrusivos que se debatían entre decirle lo que no quería oír o, por el contrario, intentaban tentarlo a hacer cosas de las que se arrepentiría luego.

Venus no le caía mal, ni bien, pero ciertamente no la odiaba como creyó que haría. Parecía adecuada para Flug, tenían cosas en común, se llevaba bien con Demencia y 505 no tardaría en habituarse, pero lo más importante era que hacía a Flug feliz.

Black Hat siempre había conocido a un Flug triste y depresivo que solo se iluminaba cuando trabajaba, el resto del tiempo no había alegría en él y sabía que su presencia solo le traía más penurias, pero esa mujer lo había cambiado, ahora siempre sonreía, siempre era entusiasta e, incluso, era más eficiente. 


-Si eres buena en tu trabajo, podría contratarte, a mi doctor no le vendría mal alguien que le ayude en el laboratorio-.

-Oh... - sonrió, ese brillo en los ojos aún presente- Me encantaría- rió-¿Eso me haría una villana?-.

-Técnicamente - el demonio se encogió de hombros, sonriente. 


Hablaron un poco más luego de eso, ahora con más ánimo.


Venus sonreía para sí, Flug le había dicho que su jefe era un hombre temible y que debía andar con cuidado, pero ella había notado algo más, la forma en que se refería a Flug, como hablaba del trabajo que hacía para él, la forma en que lo miraba, lo quería. 

Quizás debía molestarle y sentir celos, pero estaba muy segura de ella y de Flug, no consideraba al demonio una amenaza, ni tenía intenciones de antagonizarlo, quería llevarse bien con él, tanto como fuese posible, porque era parte de la vida de Flug y ella quería formar parte de esa vida también. 

Venus era lista y supo apelar a su ego. Le pregunto, genuinamente interesada, sobre sus logros, sobre su especie y otro montón de cosas a las que Black Hat contestaba pacientemente. 


-La cena ya está lista- Flug anunció, apareciendo en la sala.

-Ay, cariño te dije que me pidieras ayuda si te hacía falta- se puso de pie se le acercó rápidamente- ¿Necesitas algo? ¿Ya pusiste la mesa?-.

-Ya está todo- le sonrió y se le acercó para susurrar- ¿Y cómo va? No están molestandote ¿Verdad?- la miró con preocupación.

-Tu familia es encantadora, Flugy - apartó la bolsa lo suficiente para darle un beso- No te preocupes-. 

-¿Black Hat no te ha dado problemas?-.

-Me he portado bien Doctor~- le siseó, apareciendo a sus espaldas.

-¡Gah! - Flug dio un salto - Jefecito, por favor... - se agarró el pecho, un poco avergonzado.

-¿No que me he portado bien? Venus, querida- le sonrió a la chica.

-Hemos tenido la conversación más fascinante- asintió- Debiste presentarnos antes, Flugy, quizás hace un año cuando escribía mi tesis sobre los eldritch- le dijo con falso reproche.


Flug suspiró con alivio, al menos se estaban llevando ¿Bien? ¿Neutral? Genuinamente había temido que Black Hat intentara matarla o darle un trauma de por vida. 


Se sentaron a cenar, como todo en aquella casa el comedor era lúgubre y elegante. 

Black Hat se sentó a la cabeza, como era costumbre, Flug se sentó a su derecha con Venus a su lado. Demencia y 505 se acomodaron a la izquierda. 

Los cinco hablaron de esto y aquello mientras las botellas de vino se iban vaciando a la vez que el humor mejoraba, era un ambiente bastante hogareño, Venus encajaba perfectamente. 

Flug estaba aliviado, había temido que no le gustara todo eso, la mansión, las personas con las que vivía, todo el asunto de ser villanos, pero ella estaba perfectamente cómoda con la situación. De hecho parecía gustarle bastante.


-¿Qué te parecería trabajar juntos? - lo tomó del brazo- Claro, si Black Hat está de acuerdo-.

-Tendrías que pasar por un periodo de prueba, pero no veo porqué no- el demonio asintió, agitando una copa de vino. 

-No sé ...- miró a su jefe de reojo y luego le susurro a Venus- No quiero que te griten-.

-No se porque crees que no te escucho- Black Hat le gruñó con suavidad- Me portare bien, no voy a atormentar a tu novia-.

-Me dijiste que ya no hace eso contigo tampoco, lo está intentando, no seas así- la peligris lo reprendió- Además, puedo soportarlo, se que solo soy una humana común y corriente, pero no soy débil-.

-Ya se que no - Flug suspiró- Y no eres común y corriente- le tomó una mano y la apretó con cariño- Esta bien, es tu decisión, me encantaría tenerte como colega-. 


Se besaron y Black Hat desvió la vista a la copa de vino, le dolía verlos y estaba profundamente celoso, podía saborear su propia amargura y, sin embargo, estaba permitiendo todo aquello cuando lo logico habria sido negarse, cuando podría haberla echado de la casa o haberla matado incluso, sin que nadie pudiera hacer nada al respecto, pero ... Pero la felicidad de Flug le interesaba más y su condenado, estupido, frágil corazón no iba a permitirle arruinar esa felicidad. 


Miralo, tan feliz y luminoso, tan lleno de calidez cuando la mira, tu nunca podrías haberle dado esa felicidad, porque eres frío y lleno de veneno, él se merece algo mejor, ella es buena para él.


Así que se resignó y decidió dejarlos ser, iba a portarse bien por él, no tenía sentido reclamar algo que no le pertenecía. 


-¿Y cómo se conocieron? - preguntó Demencia.

-Oh - Venus sonrió- Pues no es muy interesante, nos conocimos en un café, me le acerque porque lo vi tan abrumado y no se, me preocupe - se encogió de hombros. 

-Eres amable de esa forma- suspiró, mirándola con ternura. 

-Además, te veías muy guapo, con tu camisa de franela roja, deberías usarla más seguido-. 


De repente se escuchó un sonido peculiar, como un montón de serpientes bufando al unísono y el ambiente se volvió frío de golpe.


-¿La conociste el mismo día que me rechazaste?- Black Hat miró a Flug con ira, masticando cada palabra con desprecio y dolor oculto.

-Ah.. yo ... - Flug lo miró con pánico e, instintivamente, intentó cubrir a Venus. Si era sincero, no se acordaba de todo eso, había enterrado su interacción con Black Hat en lo profundo de su mente. 


Black Hat estalló en pesadillas, un instante de puro horror cósmico, cosa de imaginaciones febriles, locura en forma física, para luego desaparecer en un montón de sombras, dejando susurros indescifrables detrás. 


Flug se quedó mirando el espacio vacío, respirando agitadamente, aun protegiendo a su novia, pero esta lo apartó con toda la calma del mundo.


-Ay, Flug - suspiró.

-¿Qué? - la miró sin comprender.

-Vamos a lavar los platos y te explico- se puso de pie y recogió la mesa en silencio, Flug hizo lo mismo y fueron juntos a la cocina.


Demencia y 505 se quedaron en sus sillas, sin entender que acababa de pasar. 


-Venus lo siento, sabía que haría algo así, no debí traerte, es peligroso...-.

-Él estaba comportándose, Flug- la peligris dejo los platos en el fregadero y lo miró- ¿Por que no me lo contaste?-.

-¿El que?-.

-Que el día que nos conocimos en es el mismo día que lo rechazaste- señaló con énfasis hacia ningún lugar en particular- No habría dicho nada de haber sabido-.

-No me acordaba- admitió- Después de ese día él no volvió a hablar del asunto y pensé que ... No sé... Que solo quiso jugarme alguna clase de broma que no dio resultado-. 

-Pues ya ves que no- se puso a lavar los platos con cierto enojo- Quiero llevarme bien con él, sabes, no importa lo que me cuentes de él, se nota que lo aprecias-.

-Le tengo respeto y admiración - suspiró- Pero ... - negó- ¿Cómo se supone que me tome todo esto?-.

-Le gustas, se te propuso y lo rechazaste- contestó con simpleza- Eso no es complicado, es lo que es- lo miró- Deberías hablar con él-.

-¿Quieres que me mate?-. 

-No va a matarte- rodó los ojos- Te quiere, solo está herido-. 

-Él no quiere a nadie- se cruzó de brazos- Ni puede ser herido-. 

-Flug...-.

-¡Él no es una persona! ¡No lo conoces! ¡No sabes de lo que es capaz!- le gritó, asustado por ella y por si mismo y por lo que sea que Black Hat sentía o no ¿Como se suponía que lidiara con todo eso?


Venus lo miró largamente, llevaba saliendo con ese hombre desde hacía un año y lo conocía muy bien.


-Se que en realidad no piensas así, mañana habla con él, como adultos- le dijo con autoridad- O me enojare yo contigo ¿Entendido?-.

-Ugh, si ... - suspiró- Pero solo porque eres tú y sueles tener razón-. 

-Es sentido común, pero supongo que es algo que a los villanos les falta- se burló.

-Oh, ciertamente no sabemos lo que es el sentido común- rió- ¿Cómo más vamos a explotar cosas y robar bancos a plena luz del día?-. 


Black Hat reapareció en su cuarto, se dobló sobre sí mismo y vomitó todo lo que había comido y bebido, junto con ácido, bichos y otras cosas horribles. Vomitó hasta que solo le quedó una respiración superficial y dolorosa, el sabor a hiel y el dolor en el estómago. 

Una reacción visceral a sensaciones viscerales. 


Se dejó caer en su cama, ya limpiaria luego, y miro el techo. Sentía que la cabeza le iba a estallar. 

Así que ese día, aparte de ser apuñalado en el corazón, había inadvertidamente provocado que se conocieran, tal era su suerte. 

Era obvio, siendo quien era no tenía derecho a amar ni ser amado, intentarlo solo le traería dolor. 

No el tipo de dolor que sabía manejar, ser golpeado, cortado, decapitado ... Eso no era nada, las heridas físicas se iban en segundos, pero había sido ajeno al dolor emocional durante tanto tiempo que no sabía como lidiar con ello. 

Cuando creía tener una solución, cuando creía estar bien con lo que pasaba, algo más sucedía y le hacía sentir aquello de nuevo, nunca pensó que sentiría mal de amores, la cruda realidad del rechazo ni ese sentimiento de ser inadecuado. 

Era todo su culpa y lo sabía bien, Flug lo odiaba por como lo había tratado en el pasado, se merecía ser despreciado y rechazado, quería cambiar y ser mejor para él, pero no podía, estaba luchando contra todo su ser, contra todo lo que él era desde el principio de su existencia.

Además ¿De que servía? Flug nunca vería más allá de esa fachada de demonio cruel y sin sentimientos, tenía buenas razones para ello.

Black Hat nunca sería digno de su afecto, nunca experimentaria el ser amado por él. 


Quería llorar y decir todo lo que se guardaba, pero no podía, las lágrimas no fluian e incluso si hablaba, sus palabras no tendrían ningún efecto, Flug no iba a creerle. Así que se quedó ahí tendido y se durmió, adolorido en todos los sentidos. 

Soñó toda la noche con un Flug que le arrancaba el corazón lentamente y le decía cosas crueles, mientras él no podía moverse ni hablar. 

Cuando despertó, sintiendo el peso de la resaca, considero que si algo así pasaba se lo tenía bien merecido.


La forma en que amamos Cap. 2 : Resignación

 



Cuando bajó a la cocina a la mañana siguiente se encontró con Venus, por supuesto que había pasado la noche en la mansión. No le molestaba, era lo normal, pero no se esperaba encontrarla apenas entró a la cocina. 


-Buenos días- le sonrió la peligris- Espero que no te moleste, me iré después del desayuno-.

-Haz lo que quieras- tomó asiento y se frotó las sienes- ¿Dónde está Flug?-.

-Lidiando con Dem, al parecer - lo miró- ¿Resaca?-.

-Aja ... - gruñó- Ni siquiera los demonios nos escapamos de eso-.

-¿Café?- le sonrió.

-Por favor-. 


Venus preparo café para ambos y bebieron en silencio un par de minutos, Black Hat no era el único con resaca, habían tomado mucho vino. 


-Fui ... Grosero anoche, me disculpo- su mueca se torció ligeramente, odiaba disculparse.

-Es perfectamente entendible, no te preocupes- suspiró- Flug es un rompecorazones-.

-Mmm - se cubrió el rostro con las manos- Él cree que no tengo un corazón para romper-. 


El demonio se sorprendió de sus propias palabras ¿Por que le estaba contando eso? 


-¿No te incomoda? - agregó.

-¿El que? - Venus lo miró con interés y ... Simpatía. 

-Que sea yo y que me guste tu novio y que sea su jefe- dijo, dando énfasis con sus manos como solía hacer.

-¿Debería? Entiendo porque te gusta, en cuanto que tú seas tú...-rió- No me intimidas, sin mencionar que confió en Flug y se que no tengo motivos para sentir celos-.

-¿No te intimido? ¿Estas loca? - sonrió, esa mujer ciertamente era interesante. 

-Bueno, por deducción lógica, si quisieras hacer algo en contra mía o de Flug, ya lo habrías hecho, asi que asumo que hacernos daño está lejos de tus intenciones- recitó seriamente, como quien dicta una formula-Observación, es el método científico- sonrió. 

-Ugh, en verdad le va bien a mi doctor-. 

-No era mi intención robartelo- Venus agachó la mirada, ligeramente culpable, sentía que había interferido en algo que llevaba un tiempo formándose. 

-No me robaste nada, si así fuese mi actitud hacia ti sería muy diferente-la miró, serio y sombrío- Ya acepte su decision, te acepto a ti en su vida...- su mueca se torció, amenazantes colmillos reluciendo-Lo que no aceptaré es que le hagas daño, así que más te vale que te comportes-.

-Lo amo, así que no te preocupes por eso- le sonrió como si nada-¿Quieres comer algo? Si dejamos que venga Flug a cocinar hará panqueques- arrugó la nariz.

-Odio los dulces- negó- ¿Huevos revueltos?-.

-Buena idea - la chica asintió con entusiasmo. 


Flug se encontró con la sorpresa de los dos desayunando juntos como si fuese de lo más cotidiano y normal. El doctor no sabía muy bien que hacer, sinceramente solo quería evadir a su jefe lo más posible. 

Siempre había tenido sentimientos conflictivos por el demonio, por un lado le tenía aprecio y admiración, le era leal. Black Hat le había dado un propósito y un lugar al que pertenecer, trabajando para él podía dar rienda suelta a su imaginación, ejecutar sus ideas sin límites morales o económicos. 

Pero por otro le tenía miedo, estaba bajo el mandato de una criatura cruel, incapaz de culpa y remordimientos, veía a otros como objetos, cosas a las que darle uso hasta que ya no le sirvieran, las personas eran descartables, fácilmente reemplazables y, Flug creia, eso lo incluía a él también. 

Cuando habían empezado a trabajar juntos, Black Hat lo trataba con indiferencia y cordialidad profesional, pero luego se había vuelto física y verbalmente agresivo, disfrutaba atormentarlo cada vez que podía, se aprovechaba de su debilidad y de lo asustadizo que era. Nunca le había hecho nada serio o permanente, pero eso no lo hacía más tolerable. 

Y ahora el demonio le venía con eso de que gustaba de él, reclamandole el haber sido rechazado. 

¿Se suponía que le creyera? ¿Se suponía que creyera que de repente tenía sentimientos? ¿Y por él de todas las personas? 

En opinión de Flug, Black Hat solo quería afectar su relación porque de alguna forma le divertía o solo quería verlo infeliz, aunque ... Su intento de confesión había sido antes de conocer a Venus ¿Verdad? El mismo día, pero antes. 


Tomó asiento con todas esas ideas conflictivas dando vueltas en su cabeza, Venus le sirvió el desayuno sin decirle nada y se marchó, dejándolos solos. El doctor quiso reclamar, pero no le dio tiempo.


-Me cae bien- le comentó de forma casual, aunque sin mirarlo, cosa rara en él, Black Hat siempre lo miraba directo a los ojos, resultaba abrumador. 

-Me alegro- contestó secamente, al menos no estaba tropezando con sus palabras, se debatió un momento en cómo abordar el tema- Black Hat, yo ... -.

-Déjalo así - lo interrumpió- Haz como que nunca te enteraste de nada, no hará diferencia-. 

-Pero ... -.

-Si te digo que me gustas, que te quiero ¿Que harás? - lo miró por fin, el negro bajo su ojo un poco más notable de lo habitual- Se que no me crees y aunque lo hicieras, no cambia nada ¿No es asi? Porque la prefieres a ella y yo ya me resigne a ello- suspiró- Estoy bien con lo que te haga feliz, así que haz como si no supieras y ya-. 

-Tiene razón en que no le creo, no se que pretende inventando cosas como esa- suspiró- Solo quiero que me deje estar con Venus en paz-.

-No voy a interferir en tu relación, nunca me he entrometido en tu vida personal ¿O si? Sin contar que a veces te doy demasiado trabajo-. 

-¿Lo promete? ¿Me promete que no hará nada en nuestra contra?-.


Black Hat lo miró, dolor oculto bajo su fachada impasible ¿Por que no le creia? ¿Tanto lo odiaba? ¿Tanto así lo veía como un monstruo en vez de una persona? Deseaba que al menos le creyera cuando le decía que lo quería. 

Extendio una mano enguantada de negro y le sonrio.


-Una promesa por contrato, si eso te da paz, Doctor~-.


Flug estrechó con firmeza aquella mano fría de garras ocultas y falsa delicadeza. Le hizo recordar tiempos de antes, cuando Black Hat era cruel con él, ya no lo era, hacía tiempo que no sentía esas manos apretandole las muñecas o el cuello. Se dio cuenta que ya no le tenía miedo, aún lo respetaba por supuesto, pero de repente ya no lo atemorizaba tanto. 

Quizás el demonio se había aburrido de hacerle sufrir o quizás realmente intentaba cambiar, de eso no estaba tan seguro. 


-Por este contrato de palabra- pronunció con voz grave, apretando la mano de Flug- Prometo no interferir en tu relación con Venus, prometo no hacerles daño y ... - lo miró y dudó por un instante de lo que iba a decir- Prometo asegurar tu felicidad, Flug, aunque implique dejarte ir-. 

-¿Qué?- el científico se tenso ante eso último, pero no tuvo tiempo de preguntar nada más porque el ritual terminó y Black Hat había desaparecido. 


Flug miró su mano, aun se sentía fría ¿Que era eso de dejarlo ir? ¡No quería dejar de trabajar para él! Iba a... Iba a extrañarlo si no lo veía más. Quería a su jefe, en cierta forma, sentía por él una mezcla de aprecio y rencor, pero ahora se daba cuenta de que si lo quería.

Quizás de no ser por su crueldad podrían haber sido amigos, aún podían, si mantenía su promesa de comportarse. 

Se encontró con Venus después de eso, la chica preparándose para irse. Le contó lo que había pasado, aún bastante confundido.


-No se si creerle cuando me dice que me quiere- la miró, como pidiendo que aclarara sus dudas por él.

-¿Por qué no?- le sonrió con calma y dulzura.

-No sé, quizás porque él mismo anda por ahí diciendo que es pura maldad y no tiene corazón- resopló. 

-¿Qué es lo que tu sientes por él? - le acomodó la bata blanca de laboratorio y le sonrió- Se sincero-.

-Lo quiero, supongo, pero no de esa forma- suspiró.

-Entonces se mi Flug considerado de siempre y trata de llevarte bien con él - coló sus manos bajo la bolsa, sintiendo el rostro lleno de heridas- Quizás, tu no eres el único que se oculta tras una máscara-. 

-¿Y que se supone que haga? ¿Cómo se supone que no me sienta incómodo sabiendo que le gusto?-. 

-Será incómodo si tu lo haces incómodo, no hay razón para ello- negó-Pueden intentar ser amigos, podemos ser amigos los tres- sonrió.

-Uh, no sé Venus, no tendría muchas esperanzas con eso-. 

-Lo intentaré de todas formas - se encogió de hombros.

-¿No te da celos? - la miró con duda.

-Sé que me amas, así que no - rió- No sería lógico ¿No te parece?-.


Y ciertamente la amaba, Flug era una persona solitaria que normalmente estaba bien con su soledad, pero había cambiado al conocerla, ya no quería estar solo. Aún no podía creer que esa mujer dulce, hermosa e inteligente gustaba de alguien como él, un ser inhumano, deforme y malvado. Porque Flug era un villano al final del día, había hecho y aún hacía actos horribles en nombre de la villanía, pero a Venus le gustaba todo eso de él y a él le gustaba todo de ella. Le gustaba lo decidida que era, su carácter fuerte y como no se dejaba pasar por encima, nunca dejándose intimidar por nadie. Le gustaba su intelecto, como usaba la lógica ante todo, lo que a veces la hacía un poco retorcida, lo cual le resultaba extrañamente adorable en esa mujer bajita de ojos dulces. 


Venus le correspondía con todo su ser, amaba a ese chico amable y tierno que tartamudeaba cuando estaba nervioso o avergonzado, amaba a ese nerd que a veces era demasiado dócil hasta que lo hacían enojar, amaba su lado más oscuro y su lado más suave, encontraba lo que ocultaba bajo esa bolsa de papel terrible y hermoso a partes iguales. 


-Te amo- le dijo, tomándola por la cintura.

-Yo también te amo, Flugy -.


Se besaron con cariño y ganas hasta que Venus rompió el beso, de ser por Flug estarían así todo el día.


-Tengo que irme, vendré más tarde para hablar sobre trabajo con tu jefe-.

-Ok ...- la dejó ir de mala gana- Ve con cuidado-.


Se dieron otro beso, mucho más breve y Venus se marchó.  Flug se quedo ahi un momento, expresion de tonto enamorado oculta bajo la bolsa. 


-¿Te diviertes? Doctor~-.

-¡Ah! - Flug saltó en su sitio y se giró- Jefecito ¿Cuánto tiempo lleva ahí parado? -.

-No los estaba espiando, si a eso te refieres, venia bajando las escaleras nada más-. 

-Oh, ok ... - suspiró, solo sería incómodo si él lo hacía incómodo ¿Verdad? - ¿Necesita algo? - le sonrió.

-Que vayas a trabajar, se hace tarde- lo miró- Y cuando ella vuelva, le haremos una entrevista como corresponde-.

-Si, por supuesto -asintió, sacó la tablet donde tenía su itinerario y avanzó camino al laboratorio, Black Hat lo siguió- Tenemos muchos pedidos hoy, también toca hacer las pruebas para los nuevos hatbots, aún son un prototipo, pero creo que estará contento con los resultados-.

-¿Hiciste lo que te pedí?-.

-Si, creo que debería dar resultado- asintió- Eso o van a explotar- bromeó.

-No sería novedad- le sonrió, aliviado de que le hablara con normalidad-Nos veremos luego entonces, tengo una montaña de papeles para firmar- tomó el camino hacia su oficina y Flug tomó el suyo hacia su laboratorio.


El demonio se encerró en su oficina, el peso de todo lo sucedido cayendo sobre sus hombros, la voz susurrante de su mente atormentandolo. 


¿Qué hiciste? ¿Realmente piensas dejarlo ir? Si se lo permites, ya nunca volverás a verlo, solo soporta tu presencia por obligación. 

Los viste besarse ¿No te gustaría estar en su lugar? Si la posees o la reemplazas él te dará todo eso que quieres ¿No sería patético? ¿No es patético que esa sea la única forma en que puedas ser amado por él?

No eres adecuado para él.  


Ahí estaba el sentimiento que más odiaba, el sentirse inadecuado, no era lo suficientemente bueno para Flug, no podía darle nada de lo que los mortales consideraban parte de una vida feliz, con él nunca habría matrimonio ni hijos ni momentos simples y dichosos. Pero esa mujer podía darle todo eso y más, porque podía amar y ser amada con normalidad, ella no era una criatura que corrompía todo lo que tocaba, ella no tenía un corazón que solo tenía espacio para uno. 


Se sentó ante su escritorio y siguió con su día como siempre, resignado a todo, nunca antes había renunciado a algo, desde que había comenzado a existir siempre obtenía lo que quería, cosas, personas, mundos enteros, pero Flug era inalcanzable. 

Habían cosas que no estaban destinadas a ser. 


En la tarde Venus volvió a la mansión para su entrevista de trabajo, una mera formalidad, Black Hat ya se había decidido a contratarla, en parte por darle gusto a Flug y por otra porque hacía tiempo que quería contratar a alguien que ayudara a su doctor con su trabajo. 


Flug no podía estar más feliz y eso le alegraba, cuando lo vio sonreírle y agradecerle, Black Hat tuvo la esperanza de que al menos las cosas podían estar bien entre ellos, quizás no había arruinado su relación del todo con su terquedad y malos tratos.