jueves, 20 de abril de 2023

Love Me, that way Cap 3: Separación



Tenían 18 años, ya no eran unos niños ¿No es así? Eran adultos que se suponía debían de estar tomando decisiones más maduras, entonces ¿Por qué? ¿Por qué seguía haciendo aquellas cosas con Black Hat en vez de confesarse a la mujer que amaba?

No podía evitarlo, Black Hat era intoxicante y adictivo, sabía que debía soltarlo pero no podía, era como un mal hábito. 

Le gustaba estar con él, pero no era lo que realmente anhelaba. 


-Oye, Flug- le ronroneó, sujeto a él con firmeza.


Habían ido a escabullirse a un aula vacía, pronto terminarían las clases, se graduarían y Venus y Flug irían a la universidad, Black Hat tenía otros planes. 


-¿Hmmm?- inquirió, no muy interesado, le interesaba más seguir besándolo y poder alimentarse de él un poco antes de tener que continuar el día, la sangre de ese demonio era exquisita.  

-Me iré de viaje después de la graduación, ven a pasar el verano conmigo- le pidió, restregando sus mejillas con cariño. 

-No puedo- se apartó ligeramente.

-Solo por el verano ¿Si?- le sonrió- Tendré que irme un tiempo, tengo que saldar deudas ¿Sabes?-.

-Black Hat- lo apartó del todo- No puedo, tengo otros planes-.


Y esos planes eran tomar valor y confesarse a Venus de una vez, Flug no había abandonado del todo sus inseguridades, aún tenía miedo de montones de cosas, pero estaba harto de ello y, de alguna forma, estaba seguro de que Venus le correspondía, sencillamente nadie había dado el primer paso aun. 


-No me verás por un tiempo ¿No quieres estar conmigo un poco más? ¿No me vas a extrañar?- le reclamó, caprichoso y asustado de repente. 

-C-claro que si- Flug retrocedió ligeramente- Pero es que... No se si debamos continuar con todo esto de todas formas-. 

-¿Qué?- alzó una de sus peculiares cejas, tras su voz un gruñido. 

-Sabes que sigo enamorado de Venus ¿No? - lo miró y se arrepintió de lo que dijo, de repente caía en montones de cosas que no había notado antes.

-¡No!- lo sujetó por los hombros y lo sacudió- ¡Es a mi a quien amas! ¡Es conmigo con quien pasas tus noches!- le gritó con desesperación, eso no podía estar pasándole, era un error, una broma cruel, lo que sea menos eso. 

-Me g-gusta estar c-contigo- dijo, temblando- Pero...-.

-¡Has estado usandome!- lo empujó, furioso.

-Black Hat, no ...- intentó justificarse, pero en realidad no tenía ninguna excusa. 

-¡¿Te divertiste follandome y ahora te aburriste?! ¡¿Es eso?!- se le escapó un sollozo y se cubrió la boca, no quería llorar, no estaba seguro de si podía siquiera, sentía náuseas. 

-Black Hat- intentó acercarse, consolarlo ¡Oh, había hecho algo horrible!

-¡No me toques!- le gritó con toda su furia, horrores manifestándose en su cuerpo- ¡No vuelvas a tocarme!-. 


Flug cayó al suelo de la sorpresa, había visto aquella reacción antes, pero nunca en su contra, estaba aterrado. 


-Has estado usandome...- se cubrió la boca de nuevo y se dobló ligeramente sobre sí mismo- Y yo me dejé, porque pensé que me querías- dijo contra su mano- Pensé que te importaba, pensé que es así como los mortales aman-.


Flug apartó la mirada, arrepentido, tenía razón, lo había usado para su propia satisfacción, ignorando por completo lo que el otro sentía, era extraño ahora que lo pensaba ¿Por que era así? Lo quería mucho, era junto a Venus lo más valioso en su vida y aun así, no se había detenido a pensar en sus sentimientos como si, inconscientemente, pensara que no los tenía en primer lugar. 


Era la propia influencia de Black Hat jugando en contra de ambos.


Black Hat recuperó la compostura y lo miró con seriedad y desprecio.


-No quiero volver a verte- pronunció antes de desaparecer entre humo y sombras. 



Decir que Venus estaba furiosa al enterarse de todo lo ocurrido era decir poco, estaba literalmente hecha una Furia, como el ser mitológico lleno de ira y deseo de impartir venganza y castigo, para ser humana podía ser también realmente temible. 


A Flug no le había quedado más que explicarle todo, Black Hat había desaparecido sin decir nada y ella quería saber qué había pasado, además no era como que Flug tenía nadie más con quien hablar de ello y necesitaba hablar de ello. 

Le confesó su amor entre llantos y arrepentimiento, había hecho algo horrible por pura cobardía. 


-Ay, Flug, sinceramente- la chica suspiró- Somos todos unos idiotas ¿No es así? Yo debí decirte... Debí decirte que te amo, Black Hat quedó en medio de nuestra indecisión-. 

-No te merezco- se lamentó.

-Quiero estar contigo- le tomó ambas manos con gentileza- Pero dame unos días, estoy muy enfadada contigo- rió.

-Lo siento- sonrió apenas. 

-Veré si puedo encontrar a Black Hat, quiero hablar con él-. 

-Ten cuidado, sabes como es cuando se enfada-.

-Lo sé-.


No le costó tanto dar con el demonio como había pensado, quizás porque quería ser encontrado en primer lugar. 

Era plena noche, el subterráneo estaba desierto y Black Hat esperaba por un tren bastante especial. 


-Black Hat- la chica se le acercó corriendo.

-Venus- la miró de reojo- No tengo nada que hablar contigo-.

-¿Seguro?- lo miró, suspicaz.

-... No- suspiro- ¿Que quieres?-

-Hablemos- tomó una de sus manos frias, enguantadas de negro, siempre en la más finas de las telas, siempre habia envidiado la belleza de ese demonio, pero lo amaba mucho.

-No tengo mucho tiempo, pero está bien- dijo con resignación. 

-Flug y yo...-.

-Ya lo se- negó- Ya lo sabía y continúe seduciendolo de todas formas, no es tu culpa, no tienes nada que ver con lo que pasó entre él y yo-. 

-No lo entiendo, nunca hice nada para enamorarlo- lo miró, genuinamente confundida- Sospechaba que había algo entre ustedes y por eso nunca intervine-.

-Te ama porque eres tú, Venus- se apartó de ella y miro las vías- Y no me ama porque soy yo, es así de simple-.

-Black Hat...-.

-Iba a rogarte que no me lo quitaras- dijo con un leve lamento- Porque tu puedes tener a cualquier otro, pero yo...- suspiro con pesar- Ya nunca podre amar de nuevo, solo tenia una oportunidad y la desperdicie-. 

-Oh, Blacky- lo abrazó y le acarició la espalda, no sabia que decirle. 

-Pero no sería justo ¿No es así? Flug nunca sería feliz conmigo, no puedo darle las cosas que tú sí, matrimonio, hijos, todas esas cosas, tampoco sería justo para ti, te quiero porque él te quiere, no puedo ponerme en tu contra, estoy atado a la voluntad de su corazón-. 

-Lo siento-.

-No es tu culpa- la reprendió- Es... Lo que soy- suspiro de nuevo- Solo traigo penas a quienes me rodean de todas formas, es mejor si me marcho-.

-¿A dónde irás?- lo miró con ojos llorosos. 

-Al Infierno, tengo muchas deudas que saldar y cosas que aprender-.

-¿Volverás algún día?-.

-No lo sé, puede ser- le sonrió- Se feliz con Flug por mi, lo odio en este momento, pero no puedo odiarlo por siempre, aun quiero que sea feliz-. 

-Lo haré- le sonrió- Seremos felices y, cuando vuelvas, te incluiremos en esa felicidad, Blacky-. 


Un tren llego de repente, era la cosa más extraña, a pesar de estar en un subterraneo, aquello era un tren de vapor, humo negro y espeso se elevaba y se perdia en alguna parte, el tren en si parecia tener ¿Una cara? Habia ojos de brillante rojo en el negro frente del tren, sus ventanas relucian del mismo color y tenia... Patas, en vez de ruedas. Era como una oruga monstruosa a infernal.


Se detuvo ante ellos y las puertas se abrieron.


-Adiós, Venus- Black Hat entró, las puertas se cerraron y el tren desapareció en la distancia del túnel.



Como lo prometió, Venus se aseguro de que los años siguientes con Flug fuesen felices, se amaban tanto, del uno del otro eran su primer y único amor, más allá de los incidentes pasados, entre ellos siempre había existido esa conexión.

Ciertamente esto hacía sentir a Flug culpable, sentía que había jugado con el corazón de su mejor amigo, pero no era como que ninguno de los dos estaba pensando con la cabeza en aquel entonces ¿Verdad?

Aunque fuese cierto, no era ningún consuelo para ninguno de los dos. 


Venus no sentía ni nunca había sentido celos de aquella relación, especialmente ahora que sabía que los sentimientos de Flug por ella eran genuinos, pero así como había una conexión entre ella y él, había existido una conexión entre Flug y Black Hat que nada podría volver a llenar. 

Habían perdido algo valioso. 


En cualquier caso, eran felices. Flug había tomado ciencia como carrera, bastante predecible, y Venus había decidido estudiar a las criaturas ocultas que poblaban aquel mundo junto a los humanos como ella, criaturas como Flug y Black Hat . La condicion de Flug era lamentable por su origen, pero ella siempre lo habia encontrado fascinante, lo hacia sonrojar al maximo cuando le decia lo atractivos que le parecian sus ojos negros y sus colmillos. 

Había descubierto muchas cosas, el cómo mantener bajo mejor control su condición, el como era especial por haber conservado su mente intacta ¿Quizás porque ya estaba un poco loco? Y como era posible, aunque improbable, que tuviesen hijos. Eso la había hecho especialmente dichosa, aunque Flug no estaba tan de acuerdo con la idea de tener niños mitad “monstruo”. 


Venus era de espíritu libre a la vez que de mente lógica, hacia lo que deseaba y, con ese novio suyo, había aprendido a guiarse menos por la moral impuesta por la sociedad y más por sus propias ideas.

Sus padres y la sociedad le decían que estaba mal amar a Flug, pero era algo que la hacía feliz, así que no iban a impedírselo.

La sociedad y las ficcionales reglas del amor le decían que debía de sentir celos cuando veía a Flug anhelando por la compañía de aquel demonio, pero su corazón y su mente le decían que aquello era incorrecto, no dudaba del amor de Flug por ella, pero había algo entre ellos en lo que nunca podría colarse ni interferir, estaba segura que ni ellos mismos sabían, mucho menos ahora que estaban distanciados, pero no era su lugar entrometerse, los amaba a ambos, otra cosa que supuestamente debía de ser inmoral, quería a sus chicos felices y nada más. 

Si ese demonio volvía, estaba más que dispuesta a compartir esa felicidad con él. 


A pesar de ser inteligentes y capaces, a sus 25 años y con sus carreras hechas, no parecían ser capaces de conseguir empleo estable. Sus planes de boda e hijos se habían ido retrasando por ello, a pesar de que era algo que deseaban hacer incluso desde antes de terminar la universidad. 

Flug sabía que era su culpa, nadie quería contratar a un Nachzehrer y estaba arrastrando a Venus en su mala suerte. 


Así que aquel encuentro fue cosa del destino, escrito e inevitable.


Era un crudo día de invierno, Venus y Flug paseaban de la mano, preguntándose si tendrían dinero suficiente para pagar el gas y no morir de frío. 

Venus miró distraídamente al interior de una tienda, una de esas donde solo vendían ropa fina de hombre, su interior de tonos apagados y suelo alfombrado para no dañar los valiosos zapatos que se probaban sus clientes. 


Ahi estaba, alto y elegante como nunca, una camisa de seda roja entre sus manos enguantadas de negro.


-¿Black Hat?-.

-¿Qué?- Flug miro también ¡Oh diablos, sí era él! 


Lo primero que se le cruzó por la cabeza era lo alto y guapo que se había puesto y lo segundo era que, definitivamente, quería salir corriendo y no hablar con él en lo absoluto.

Obviamente su querida Venus tenía otros planes.


-¡Black Hat!- Venus corrió alegremente hacia él, entrando a la tienda.

-Venus espera...- Flug intentó detenerla, medio susurrando, medio gritando, pero no le dio tiempo de nada y no le quedó más que ocultarse tras un maniquí, no sabía cómo afrontar al demonio.


Black Hat vio a la chica acercarse como un vendaval, tampoco tuvo tiempo de nada, en un pestañeo estaba abrazandolo, apenas le llegaba a la altura del pecho.


-Venus- suspiro, sus manos en el aire, no queriendo tocarla.

-Black Hat, ha pasado tanto tiempo, te extrañe- le sonrió con dulzura. 

-Si, ya veo- le puso una sola mano sobre la cabeza, también la había extrañado, pero no iba a decirle eso.

-¿Cómo estás? Además de ridículamente alto- rió.

-Bien, enana- se burló y miró por sobre ella- Ese tonto sabe que puedo verlo perfectamente ¿No?-alzó una ceja.

-Ay, creeme que si algo no ha cambiado en estos años es su ansiedad-suspiro- Iré por él-.

-No es ...-.

-Nada, van a hablarse ustedes dos- le dijo con autoridad.


El demonio nada más sonrió y la dejó ser. 


Venus se acercó a Flug y lo jalo del brazo.


-Ven-.

-Venus, por favor, no puedo- se lamentó mientras era arrastrado.

-Estarás bien- le aseguró con calma. 


Los dejó uno ante otro, esperando que se dijeran algo. 


-Flug- le sonrió, su lengua de serpiente asomándose con gracia.

-B-Black Hat- lo miro, nervioso, le alegraba tanto verlo, pero al mismo tiempo estaba aterrado de él. 


El demonio se le acercó y le habló, sus rostros a pocos centímetros.


-Te lo dije- le siseó.

-¿E-el que? - tembló en su sitio ¿Que no quería volver a verlo? ¿Era eso?

-Que me haría más alto que tú-.


Flug no pudo evitar reír con un leve “snort”, Black Hat estaba bromeando con él, estaba tan aliviado que sentía que podía desmayarse. 


-S-solo por un p-par de centímetros- resopló. 

-Más que suficiente- se apartó y se encogió de hombros- Al menos no estoy enano como Venus- la miró de reojo.

-No es tan malo, ustedes crecieron de más- ladeó el rostro, fingiendo estar ofendida.

-Obviamente concentraste todo tu crecimiento en otra parte-.


Venus se cubrió el voluptuoso pecho con un dramático y fingido ¡Gasp!


-Pues mira, Flug no se cansa de usarlas de almohada- le sacó la lengua.

-¡Venus!- Flug se cubrió el rostro con las manos, aunque era innecesario con su bolsa de papel en el medio. 


Los tres rieron y, sin decirse nada realmente, decidieron que era mejor salir de ahí e ir a tomar un café a algún sitio cercano. 


Se pusieron al día brevemente, a diferencia de ellos dos, Black Hat parecía tener una vida muy exitosa, había conseguido mucho poder, tanto como demonio como en los negocios. 


-Ya que salde todas las deudas que tenía, estoy pensando en abrir mi propia empresa, tengo fondos suficientes como para invertir sin tener que endeudarme de nuevo- les dijo, revolviendo su café con elegancia. 

-¿Qué tipo de empresa?- preguntó Venus, curiosa.

-Quiero ofrecer productos y servicios a aquellos adeptos al mal- sonrió torcidamente- Humanos y criaturas ocultas con gusto por las fechorías que necesiten ayuda en su dia a dia o para deshacerse de alguna molestia-.

-Oh, Flug podría ayudarte, tiene mucha imaginación para ese tipo de cosas- sonrió.

-Ay, Venus, no se...- era cierto, Flug tenía talento para crear todo tipo de artilugios si eso quería y, ciertamente, aquello sonaba como el trabajo ideal para alguien como él, pero no estaba seguro de poder trabajar con Black Hat después de lo que había pasado entre ellos. 

-Es justamente lo que había pensado, ustedes dos necesitan trabajo y yo necesito empleados de confianza-. 

-¿Soy... De confianza?- preguntó Flug con su vista en la mesa.


Venus decidió, en silencio, que era mejor dejarlos solos un rato, así que se levantó y se fue al baño, les daría unos minutos. 


Black Hat suspiro con pesadez, en verdad no quería tener esa conversación, los años solo habían hecho sus sentimientos y sus palabras más fríos y ásperos que antes. 


-Lo eres, sé de tus capacidades, los investigue a ambos antes de venir- lo miró- Aunque no planeaba encontrarlos hasta mucho después-.

-Sabes que no me refiero a eso- lo miró apenas.

-No te tengo rencor- dijo sin más- Ya no tiene importancia, lo que paso- miro a otro lado, de forma que Flug solo podía ver aquel monóculo inexpresivo que cubría su ojo faltante- Solo, olvidalo, lo que sea que hubo entre nosotros-. 


Flug tomó una de aquellas manos frías entre las suyas, había extrañado su presencia, aunque el otro parecía haber cambiado bastante. Antes había habido dulzura e ingenuidad en él, ahora se sentia frio y distante, había una barrera entre Black Hat y el resto del mundo.


-Lo siento mucho, todo lo que hice, las cosas que no note, las cosas que ignore deliberadamente, lo siento mucho-.

-Te perdonaré si trabajas para mi- le puso su otra mano encima de las suyas- Los dos-.

-O-ok, estoy bien con ello, lo necesitamos de todas formas-. 

-Bien - suspiró y apartó sus manos.


Venus regresó en ese momento y se sentó, mirándolos con una gran sonrisa.


-¿Mejor?- les preguntó.

-Mejor- dijeron al unísono. 

-Otra cosa, esto es más un capricho de mi parte, pero me lo deben- sonrió y miro a Flug con picardia- Me trataras de usted y me dirás como me decías cuando éramos niños-.

-¿J-jefecito?- alzó una ceja con duda.


A Black Hat se le escapó un sonoro “purrr” de satisfacción, era como un gato enorme que acababa de recibir una golosina. 

Venus no pudo evitar reír con fuerza.


-Y supongo, que ya que eres un doctor, te diré a sí mismo-sonrió-Doctor~- dijo con un ronroneó en la voz.

 

A Flug le ardía el rostro y agradeció llevar esa condenada bolsa de papel.

Venus ahora reía a carcajadas, feliz.