jueves, 7 de diciembre de 2023

Interlaced Ch 1: Best Friends

 



Flug extendió su mano, buscando a la persona a su lado sin abrir los ojos, sus dedos dieron con la piel de su espalda desnuda. Lo acarició con ternura y se acercó más, para poder abrazarlo. 


Abrió los ojos y miró el reloj, apenas visible en la penumbra de la habitación, aún era temprano, pero su amigo gustaba de madrugar. 


En cualquier caso, aún dormía y se quejaba como un perro herido, así que siguió acariciándolo, hasta hacerlo callar, para que al menos disfrutara unos minutos más de sueño. 


Lo abrazó con más firmeza y volvió a cerrar los ojos. 


No era raro que compartiera lecho, ocasionalmente. 


Eran amigos y un poco más, pero no había sentimientos románticos entre ellos, sabían que a la larga querían cosas muy diferentes, así que permanecían como mejores amigos y compañeros de departamento que, de vez en cuando, cogían de maravilla. 


En todo caso, se querían mucho. 


Se estaba quedando dormido de nuevo, cuando sonó la condenada alarma. 


-...ugh, Shisui... es muy temprano-se lamentó, apartándose de él y tapándose la cabeza con la almohada. 

-Ni modo, Flug, es lunes-se sentó en la cama y se estiró-Tu puedes seguir durmiendo-.

-No puedo cuando andas haciendo ruido-. 

-Entonces levantate y ayúdame con el desayuno-.

-Ugh...-.

-Puedes ducharte conmigo~-le sonrió coquetamente.


Flug se irguió de inmediato, lanzando almohadas y cobijas. 


-Bueno-.

-Tan inteligente y rara vez piensas con la cabeza sobre tus hombros, querido-río. 



Ciertamente darle duro a su amigo en la ducha era una buena forma de empezar el día. 

Siempre que se encontraba haciéndolo gemir, sacándole sonidos armoniosos y cantarinos a esa voz dulce, se le daba por pensar que lo amaba, no románticamente, pero lo amaba, por lo que también lo asaltaba la idea de que lo estaba haciendo perder el tiempo. 


-Deberías buscar a alguien que pueda quererte...-murmuró contra su espalda mojada, un poco mareado por el resiente orgasmo y el vapor de la ducha.

-Lo mismo digo-Shisui lo apartó con gentileza y se giró para poder verlo de frente-Pero por ahora es esto lo que hay y estoy bien con ello-dijo, tomándole el rostro entre las manos- ¿Ok?-.

-Ok...-.


Se dieron un beso y, sin más, continuaron con su rutina. 


En el departamento que compartían, Shisui se encargaba de la cocina y la limpieza, mientras que Flug se encargaba de las cuentas y de reparar lo que se necesitara. 


Ambos trabajaban, Flug además estaba cursando la uni, y se dividian los gastos a partes iguales. 


Ganaban bien, Shisui era dueño de un pequeño café/bar y Flug era, técnicamente, su empleado, aunque lo trataba más como un colega. 


Flug siempre había sospechado que su amigo venía de familia con dinero, justo como él y que, justo como él, lo había abandonado todo por una vida independiente. 


Ninguno de los dos hacía preguntas al respecto. 


-¿Huevos o panqueques?-le sonrió, poniéndose un delantal y recogiéndose el cabello recién lavado.

-Huevos...-le contestó, tomando un sorbo de café y mirándolo por encima de su laptop-Con tocino-.

-A la orden --.


Shisui tarareaba una canción mientras cocinaba, su cola de lobo se movía ligeramente, alegre. 


Era un excelente cocinero, le gustaban los quehaceres del hogar, tenía un carácter dulce y comedido, un cuerpo exquisito...


Era la esposa perfecta. 


-Ay, lo aprovecharé mientras pueda-se dijo en voz alta con una leve risa.

-¿El que? Flug querido-ladeó la cabeza, inquisitivo, sirviendole el desayuno.

-Nada, gracias-. 

-Parece que va a llover-comentó Shisui después de un rato de silencio.

-Eh...-Flug miro por la ventana, en efecto el cielo estaba gris-Iremos en auto entonces-suspiró-Deberías aprender a conducir-.

-Se andar en motocicleta-.

-Primero muerto que subirme a una de esas contigo-.

-Ay ¿la bicicleta le tiene miedo a la moto?-.

-¡Oye!-.

-Bicicleta, facilote, la tarta del pueblo, más fácil que la tabla del uno...-.

-¡Shisui!-Flug, riendo, le tiró un panecillo que le dio justo entre los ojos.

-¡Agh! ¡Estaba duro!-rió también, sobándose la frente. 



Para cuando llegaron al trabajo, llovía a cantaros. 


-No creo que tengamos muchos clientes hoy, incluso los malvivientes se ocultan en este tipo de clima-. 


Flug nada más asintió y se fue a una esquina del café a trabajar en su laptop. 


Por fuera aquel era un café/bar de lo más acogedor y elegante, pero en realidad era usado como punto de encuentro para todo tipo de delincuentes, sicarios, mafiosos y otros de la misma calaña. 

Pagaban bien por un lugar donde hablar en secreto y, de vez en cuando, tenían algún trabajo del que Flug o Shisui podían encargarse y eso era dinero extra más que bienvenido. 


Flug era el epítome de un científico loco pero, al momento, se encargaba más que nada de trabajos de hackeo, cosas que podía hacer desde atrás de un escritorio, en realidad le aburría bastante, pero estaba más interesado en tener tiempo para la universidad. 


Shisui en cambio la hacía de detective, tenía una habilidad especial para colarse en la vida de las personas y sacarles información como si nada, se valía de su belleza y dulzura para encantar a sus víctimas y hacer que soltaran la lengua, pero cuando eso no funcionaba... 


Bueno, ahí trabajaban los dos... 


Porque si, Flug era en efecto el epítome de un científico loco, así que estaba más que feliz de usar ciertos métodos de interrogación. 


Era increíble cuánto dolor podía aguantar el cuerpo humano antes de sucumbir por completo. 


Lo de Shisui era más psicológico, de alguna forma les metía miedo, hacía a hombres grandes y fornidos llorar como bebés con unas pocas palabras y una mirada intensa.


Pero por ese día el bar era solo un bar, uno vacío. 


-Ay, que aburrido-suspiró Flug, cerrando su laptop-¿Vamos a la trastienda?-le dijo, moviendo con gracia las cejas.

-Eres insaciable- Shisui rodó los ojos-No, no estoy de humor-.

-Estabas de humor hoy temprano-.

-Hn... no se que me pasa, tengo un mal presentimiento-.

-Ya, tranquilo-sonrió-Buscaré a alguien-dijo agitando su celular. 


Shisui rodó los ojos de nuevo, sonriendo, y volvió a su trabajo, limpiando tazas y vasos con el ceño ligeramente fruncido. 


De vez en cuando levantaba la vista y veía a Flug muy enfrascado en su celular, seguramente concertando una cita con alguien. 

Flug, a pesar de ocultar la cara detrás de una bolsa de papel y tener la postura de un camarón, era ridículamente popular. 


Era horrible coqueteando, tartamudeaba cuando se ponía nervioso y tenía intereses poco comunes...En varios sentidos. 


Y aun así...


Aun así era todo un Don Juan. 


Era como si su encanto fuese tan negativo que producía el efecto contrario y la gente se desesperaba por meterse en sus pantalones. 


Shisui no sentía celos de ello, él mismo tenía sus amantes por ahí, además de que él y Flug eran solo amigos con beneficios, pero le preocupaba. Flug era el tipo de persona a la que no le sentaba bien la soledad, deseaba para su mejor amigo, el encontrar una pareja ideal. 


Sin mencionar que su promiscuidad solía meterlo en problemas y crearle enemigos, pero de eso Flug podía encargarse solo. 


Shisui suspiro con pesadez, por alguna razón ese día su cabeza era una tormenta, justo como el clima de afuera, algo le preocupaba, algo iba a pasar...


Su celular sonó, haciéndole dar un brinco. Era raro que lo llamaran, todos sus contactos se limitaban a enviar mensajes de texto.


Antes de contestar, miró afuera, se había hecho de noche, trabajaban todo el día, y seguía lloviendo a cantaros...


El celular...


Vio el nombre en la pantalla y palideció, sin decir nada salió afuera y contestó la llamada. 


Flug lo miró con extrañeza, pero intuyo que era mejor no hacer nada hasta que Shisui terminara de hablar, asi que lo observo por la ventana. 


Tras un par de minutos, Shisui dejó caer la mano que sostenía el teléfono y se quedó ahí parado, en la lluvia... 


Flug salió corriendo a encontrarlo, preocupado por su actitud. Lo miro ahí parado, empapado de pies a cabeza, las orejas y cola de lobo caídas. 


Estaba pálido y su cabello azabache mojado y brillante le daban el aspecto de un fantasma. 


-¿Shisui?-.

-Tengo que volver a Japón...-dijo, los labios morados por el frío. 

-¿Qué? ¿Qué pasó?-.

-Tengo que volver... yo...Solo tengo que volver-.


Flug no entendía nada, nunca lo había visto así, normalmente Shisui era un rayo de sol. Se le acercó y tomó una de sus manos, fría y mojada. 


-Iré contigo-.