lunes, 13 de marzo de 2023

Vanquished Cap 5: En la jaula

 





Se paseaba como animal enjaulado, lo que en su caso era bastante literal.


-Luces, terrible, Shisui-.

-Dr Flug-le sonrió-Oh, usted lo sabe bien, mientras más tiempo estoy lejos de la luna, más se deteriora mi salud-. 

-Aja...-Flug anotaba cosas mientras hablaban, había aceptado trabajar en un dispositivo que sirviera en Shisui, no era que pudiese negarse, pero lo hacía voluntariamente para ahorrarse más sospechas, lo último que necesitaba era un inspección en su casa. 

-¿Aún quieren saber si deje escapar a alguien?-.

-Saben que dejaste escapar a alguien, hay grabaciones de seguridad, la mayoría están corruptas, pero se ve lo suficiente-.

-¿Se ve a quien deje escapar?-ladeó la cabeza.

-No-.

-¿Te han dicho?-.

-No-.

-Bien...-sonrió-Fue divertido-su cola de lobo se agitó-Los mate a todos mientras cantaba Gimme Gimme Gimme de ABBA-.


Flug alzó una ceja, pero prefirió no comentar nada. Shisui era, por lo que recordaba, una persona muy dulce, pero parecía que también tenía un lado bastante sádico. Quizás solo se está volviendo loco por el encierro. 


Shisui se revolvió, incómodo, en su camisa de fuerza.


-Esto es innecesario, no voy a intentar escapar-.

-Ni modo-.

-¿Vas a intentar sacarme la verdad? Flug, no diré nada-sonrió.

-Lo sé-.

-¿Vas a experimentar conmigo hasta que logres algo?-.

-Posiblemente-.

-¿No será más fácil si coopero?-.

-Ciertamente-lo miró-¿Qué quieres?-.

-Quitenme esto, denme unos pantalones, negros si es posible-suspiró-Y realmente quisiera poder peinarme-agitó la cabeza, haciendo que su desordenado cabello azabache se moviera como loco-Es un desastre-.

-Vere que puedo hacer-asintió.


Si lograba que Shisui colaborara, entonces habría progresos. El Brujo no iba a ahorrarse ninguna tortura ni experimento cruel, pero ciertamente haria las cosas más sencillas para todos. 


Tras esa breve conversación, Flug volvió a su “oficina”, su mente dando vueltas, cayendo en un espiral que le asustaba. 


Era fácil atar los cabos. Shisui siempre había sido fiel al culto, incluso cuando se sabía que en realidad no estaba al servicio de Black Hat, sino que era un ente que hacía lo que se le antojaba. 


Había dejado escapar a alguien, básicamente poniendose en su lugar.


Había dejado escapar a alguien...


Era... ¿Black Hat?


¿Black Hat había estado todo ese tiempo ahí abajo? ¿Siendo prisionero de PEACE?


Flug no estaba seguro, no tenía evidencia y ni Black Hat ni Shisui querían decirle nada. 


Pero si era el caso ¿Como había logrado PEACE subyugar a Black Hat? ¿Y que había estado haciéndole?


A Flug le aterraba la idea, sentía nauseas de solo imaginarselo, considerando los experimentos que había presenciado y en los que él mismo había participado en más de una ocasión. 


Necesitaba saber qué había pasado en realidad, pero también sabía que Black Hat necesitaba tiempo. Quizás podría sacarle información poco a poco. 


Al salir del trabajo, tomó un pequeño desvió, haría algunas compras antes de volver a casa. 

Tal vez no podía comprarle libros ni ropa fina, pero aún podía comprarle una camisa y unos pantalones más a su gusto, aunque fuesen baratos.


Una camisa roja, pantalones negros. No tenía dinero para zapatos, pero si para un par de tirantes, así que compró eso también. Sabía que PEACE monitoreaba todas sus compras, así que para no ser sospechoso, porque el look era demasiado icónico, compro otras cosas, varias camisas de varios colores, diferentes tipos de pantalones.

De esa forma parecería que simplemente había comprado de entre el montón y no por algún motivo en especial. 


Se había gastado lo del mes, pero no le importaba, Black Hat se pondría contento. 


No pudo evitar sonreír y mirarlo con profundo cariño cuando lo vio pasear por el departamento, de lo más feliz con su ropa nueva. 


-Extrañaba usar pantalones-rió, acomodándose los tirantes.


Se lo veía guapo, la camisa arremangada y abierta en el pecho. 


-Ay, Jefecito-lo abrazó por la cintura-Solo le falta el sombrero-rió suavemente. 

-Lo deje en la isla...-dijo bajito.

-Si...-.


Se quedaron abrazados, Flug le acariciaba la espalda, sacandole fuertes ronroneos. 

Ninguno de los dos quería pensar en ese día, pero Flug necesitaba saber. 


-Lo encontré entre los escombros, Demencia también estaba ahí.

-...-suspiró con pesadez-Ella, intentó huir-. 


Flug lo apretó, cariñoso, invitándolo a seguir.


-Flug, en verdad no quiero...¿Solo me diste regalos para que hable?-lo miró con el ceño fruncido.

-Lo siento-.

-Flug, dame tiempo-lo apartó-Solo...Solo un par de días más-.

-Ok-.


Black Hat quería estar solo unos momentos, asi que se encerró en el closet. Ciertamente hubiera preferido tomar aire en alguna de las ventanas, pero si alguien lo veía iba a ser reportado a PEACE. 


Allí dentro estaba oscuro y fresco, olía a naftalina y a Flug. Se acomodó como pudo, abrazando sus piernas. 


Tras el fuego, no hubo más que oscuridad. Todo a su alrededor era oscuridad.

Algo le oprimía las muñecas, los tobillos y el cuello. 

Tenía vendados los ojos y la boca. En esta algo duro que no podía morder. 

Estaba ahí, encogido en ese pequeño espacio, como si lo hubiesen metido en una caja, no podía moverse, de necesitar respirar se estaría sofocando. 


En su cuello algo ardía... Si, ya recordaba, le habian disparado con algo y, tras eso, alcanzo ver a su isla arder, justo antes de que todo se pusiera negro. 


Podía sentir movimiento ¿Dónde lo llevaban? ¿Realmente creían que podían contenerlo más tiempo? 


Sentía su cuerpo adormecido, pero debía de pasar pronto. 


Sintió la “caja” abrirse y una manos jalandolo. Fue arrojado al suelo y alguien o algo aproximarse. 


Un pinchazo y todo volvió a ponerse difuso, se deslizó, indefenso, de vuelta a la inconsciencia. 


Cuando despertó estaba en una celda, paredes y suelo acolchados, la pared frente suyo transparente, como un jodido acuario ¡¿Cómo se atrevían?! ¡En cuanto saliera de ahí iba despedazarlos uno por uno! ¡Lentamente y con deleite! 


Era tan simple como chasquear los dedos y sería libre...


¡Snap! 


Nada...


¡Snap! ¡Snap! 


Era como querer hacer funcionar un encendedor inservible, solo una chispa y nada de fuego.


Black Hat miró a su alrededor, a las paredes, a sí mismo.  Su furia creció al notar que lo habían desvestido y puesto en una ridícula bata de hospital, pero eso era lo de menos ahora mismo. 


Había símbolos y runas por todos lados, círculos mágicos muy potentes, pero incluso así, no deberían ser capaces de contenerlo a ÉL


-¿Todavía preguntandote que pasó? Black Hat- dijo una voz-Es bastante simple, tu era a terminado y la de PEACE no ha hecho más que comenzar, la fase uno fue realmente exitosa, nos llevó tiempo pero finalmente descubrimos cómo detenerte-.


Black Hat resopló, la voz provenía de alguna parte, al menos esa persona podría tener la decencia de hablarle en persona. 


-Te preguntaras como ¿No es así?-continuó la voz-Eres un engendro de lo más inteligente, puedes deducirlo solo, así que dime ¿Que es lo único o, más bien, el único capaz de hacerte frente?-.


El demonio miró a la nada, pensativo, y se llevó la mano al cuello, donde aún ardía el pinchazo. 


-Nephilim...-.

-Exacto~-dijo la voz con deleite-Usamos su sangre para crear una droga muy especial, también usamos su cabello para crear esposas capaces de retenerte, incluso los usamos para tejer el acolchado de tu habitación, junto a los círculos y runas...-rió-Pues, te deja indefenso como un gatito ¿No?-. 


El Nephilim, su fuerza opuesta, el soldado de dios, justiciero, fiero impartidor de todo lo bueno y correcto. 


-Supongo que te refieres a ti mismo ¿No es así?-.

-Oh~ ¿Lo hago?-rió-Es un secreto entre tú y yo, Black Hat-. 

-¿Qué es lo que quieres?-.

-Quiero un mundo nuevo, limpio y recto, pero para eso debo sacarte de la ecuación-.


Black Hat nunca había conocido a un Nephilim, eran criaturas de leyenda nada más pero, si iba al caso, él también lo era y definitivamente existía. 


El Nephilim, el líder de PEACE, tenía razón. Estaba indefenso como un gatito. Cada día le inyectaban una dosis de esa droga que le hacia arder las venas. Hacía sentir su cuerpo pesado, hacia sus poderes nulos. 

No supo cuánto tiempo estuvo a la merced de PEACE, de su líder y de sus científicos. 

Cada día pasaba difuso, lo ataban a una mesa y experimentaba en él por horas.


¡El dolor! ¡El dolor era insoportable! ¡Lo sentía en el centro de su ser como un hierro ardiente! ¡Pero...Pero no podía morir!


Una y otra vez, uno y mil métodos, probaron todo tipo de cosas en él, pero era indestructible, inmortal y eterno. 


Descubrieron que los cabellos del Nephilim, finos y del color del oro, podían dañar su carne de forma permanente, con heridas abiertas que no cerraban, pero no sangraban tampoco.


Eso no lo mató tampoco, solo le provocó más sufrimiento. 


Y ese sufrimiento duró años, cada día era agonía y cada día más y más deseaba morir, desaparecer, descansar de todo ello.


Cuando lo tiraban de vuelta a su jaula, no podía dormir, no podía hacer más que pensar. 


Pensaba en lo que había perdido, todos sus logros, su poder y estatus, pero por sobretodo pensaba en Flug.


Su querido doctor, al que siempre había temido amar.


Lo extrañaba más que a nada, más que a su propia libertad.


Deseaba tenerlo ahí con él, aun sabiendo que era un sentimiento egoísta. Su presencia siempre había sido consuelo, con él con el único con quien se sentía menos solo, comprendido, querido.


Lo había mantenido alejado por años, pero ahora que no tenía nada, era todo lo que quería. 


Se preguntó dónde estaba, si estaba bien ¿Siquiera vivía? De seguro si, Flug era demasiado inteligente, podían aprovechar su inteligente, su retorcido ingenio, de eso estaba seguro.

Deseaba salir y buscarlo, pero no podía, no por su cuenta.


Sus científicos debían de preguntarse porque su líder no los dejaba ir más lejos, porque no los dejaba usar los cabellos en su cuello, en su vientre, en lugares blandos donde debía de tener órganos vitales. 


Black Hat sabía, era cuestión de tiempo. 


El Nephilim solo se divertía con su sufrimiento, no quería matarlo, quería quebrarlo y debilitarlo, para que fuese fácil...Para que fuese fácil...


De vuelta en el presente, Black Hat sacudió la cabeza, no quería pensar en ello, en lo que el Nephilim le había hecho. Podía con recordar el dolor, los experimentos, la humillación, pero lo que el Nephilim le había hecho... 

Como lo había ultrajado, como había usado su cuerpo a su antojo sin su permiso, sin cuidado alguno, porque Black Hat era un juguete irrompible y entonces, de esa unión forzada y repugnante, habían nacido...


Cosas. 


El recuerdo le daba náuseas y un dolor en el vientre pero, eso también lo hizo caer en cuenta de algo, de lo que era el verdadero plan del líder de PEACE.



“Quiero un mundo nuevo, limpio y recto”



Debía hablar con Flug, contarle todo, aunque no quisiera, porque necesitaba que Flug tomara una decisión por él. No era capaz, porque una de las opciones iba en contra de su naturaleza.


Salió del closet, encontrándose con Flug, quien lo esperaba, preocupado. 


-Flug-lo abrazó-Te contare todo, solo escucha, no me interrumpas porque no creo poder repetirlo-.

-O-ok-. 


Flug escuchó atentamente, horrorizado, sintiendo profunda pena y culpa. 

Todos esos años había creído que Black Hat lo había abandonado, pero en cambio había estado a merced de PEACE, justo como él. 


Cuando Black Hat terminó su relato, Flug estaba pálido bajo su bolsa, sentía náuseas él tambien. 


-Entonces, lo que realmente quiere es...-

-Va a destruir este mundo usando lo que hizo conmigo-asintió-Flug, escucha, mientras más tiempo pasa, más me recupero de su influencia, tendré mi poder de vuelta y tenemos dos opciones-suspiró-Pero necesito que escojas por mi-.


Flug asintió.


-Puedo abrir un portal a otro mundo y huimos juntos o, nos quedamos, recuperamos lo que fue nuestro y salvamos este mundo miserable-.


Así que huir y ser felices en otra parte.


O...


O quedarse y recuperar lo que les fue arrebatado a riesgo de ser llamados “héroes” por ello. 


-Creo que puedo con mi orgullo, Jefecito, si con eso puedo vengarme de PEACE y de lo que hicieron con nosotros-.


Black Hat lo miró y rió, fuerte, macabro y profundamente enamorado de él.


-Excelente elección, Doctor~-.