Flug había creado algo horrible, un veneno nefasto capaz de alterar la mente y provocar absoluta adoración.
Era muy simple en realidad, la fórmula era sencilla y Miss Heed solo debía hacer uso de su poder para que hiciera efecto, mezclando el químico con su propia esencia al convertirlo en vapor.
Sin embargo, el efecto no era permanente, necesitaba de constante reaplicacion o el efecto disminuía con los días.
Cecilia quería algo permanente y Flug no estaba muy seguro de querer trabajar en ello.
Porque Flug había hecho algo horrible.
En algún punto de su estupor, de su luto, de su adicción... Se había dado cuenta de que había hecho algo horrible.
¿Que hacia ayudando a una heroína? ¿Que hacia ayudandola a esclavizar a los villanos? ¿A aquellos que eran su propia clase? ¿Esos que eran sus clientes por los que él y Black Hat habían trabajado tanto?
¿Qué... Qué estaba haciendo lejos de su familia? Lejos de él y de ... Shisui ¡Oh, Shisui iba a matarlo sin duda!
Extrañaba a sus bebés y a Black Hat.
Extrañaba el confort de su hogar.
Se la pasaba trabajando, nunca les veía las caras y, cuando terminaba, iba con Cecilia a seguir trabajando.
Le dolía el cuerpo y la cabeza, se le revolvía el estómago en una mezcla de hambre y exceso de café y alcohol.
Miró a la mujer enfrente suyo, esa mujer artificial y rosa que apestaba a perfume, y sintió asco.
¡¿Qué estaba haciendo?! ¡Había hecho algo horrible!
¡Traición! ¡Traición! ¡Traición! ¡Soy un traidor!
Flug quería huir y se le debió notar en la cara, o en el pánico de sus ojos, porque Cecilia simplemente sonrió, lo envolvió en una nube rosada y Flug dejó de sentir preocupación, solo se sintió flotar, ligero, y ahora solo la veía a ella y nada más.
Mientras PEACE y BHO estaban en un pánico.
El primero porque, realmente, no podía hacer nada sin arriesgar su propia imagen. Miss Heed era más popular que nunca, había reducido el crimen y “rehabilitado” montones de villanos.
Pero también tenía en sus filas a héroes con el cerebro lavado, héroes que sabían cosas de PEACE que nadie debía saber.
No era tan simple como borrar a Cecilia del mapa, asi que PEACE decidió que era mejor si la peste era eliminada por la peste mayor, sea cual fuese.
Si ganaba Cecilia, podía hacer un trato con ella, si ganaba BHO y su horrible culto del sombrero, entonces todo volvería al status quo de los últimos años y podría seguir con sus planes como siempre.
BHO y el culto en cambio tenían un problema un poco diferente, Heed no había alcanzado a los altos rangos del culto, ese que había crecido tanto en apenas la mitad de una década, pero sí había alcanzado a gran parte de la clientela de BHO, los que mantenían el negocio funcionando.
Los miembros del culto trabajaban desde las sombras, políticos y empresarios de renombre, ex miembros de PEACE inclusive, ansiosos por más poder.
Pero los villanos, los clientes, esos eran los que mantenían la oscura presencia de Black Hat viva en el subconsciente de los civiles, eran esenciales para el delicado funcionamiento del todo.
Como empresa y culto, eran aún jóvenes y perder tantos seguidores había sido un duro golpe.
Debían deshacerse de ella y liberar a los villanos de su control mental pero... Pero el problema era el doctor.
Flug era tan esencial para BHO como el mismísimo Black Hat, era su ingenio y su maestría quienes los habían puesto en el mapa, era él quien hacía las fantasías realidad, era él quien creaba esos artilugios que cualquier podía usar y no se mantenían sólo limitados a criaturas de gran poder como su jefe.
Y, tal vez, la solución era matarlo a él también, quitarlo de la ecuación por traidor, por provocar todo ese problema.
Pero todo mundo sabía que Flug era irremplazable.
Y era un secreto a voces, algo que se susurraba en el tono más bajo, una cosa de leyenda certera, que Black Hat lo amaba.
Así que era un asunto interno y debían resolverlo de la forma más discreta posible.
Eso implicaba mandar a Shisui, Demencia o incluso a sí mismo.
Interferir directamente era algo que Black Hat nunca hacía, pero considerando las circunstancias...
-Hace dos semanas que no vuelve a casa, intente rastrearlo pero..-.
-Lo se-Black Hat suspiró-Tendremos que ir por él-.
505, que estaba presente en esa pequeña reunión, hizo un sonido de lamento.
-Tu no puedes ir, te quedaras con los imps en lo que volvemos ¿Si?-le dijo Black Hat con el tono más calmo del que era capaz.
505 asintió.
Los gemelos tenían seis meses, pero crecían rápido, como los monstruillos que eran, podían estar al cuidado de 505 sin problemas.
-Yo digo que si el nerd quiere quedarse con la Heedionda pues que lo haga-Demencia rodó sus ojos dispares.
-Ay, niña...-Shisui suspiró con fastidio-Si sabes que él te aprecia ¿No es así?-.
-A mi solo me interesa el cariño de Lord Black Hat-proclamó, mirando al mencionado con ojos soñadores.
Black Hat nada más rodó su propio ojo, con una expresión de molestia y asco.
¿Cuántas veces debían explicarle que no estaba interesado?
-Bueno, pues entonces al menos se obediente, querida-le gruñó, siseante.
-Lo que usted diga amo Black Hat-.
Eso parecía suficiente para apaciguarla y que hiciera caso.
La verdad Demencia tenía la tonta idea de que, si rescataba a Flug, entonces Black Hat se lo iba a agradecer dandole lo que tanto anhelaba.
Dar con Miss Heed no era difícil, esa mujer transmitía su vida en vivo de forma casi constante, en ese momento se encontraba en la ciudad de Cosmopolis, llevaba unos días anunciando un gran evento, el lanzamiento de su nuevo perfume “Suivez Moi”.
Y esa noche era la gran noche.
La ciudad estaba teñida de neón rosa, Miss Heed en cada pantalla, las calles olían a ella y sus zombies esperaban con ojos brillantes y voluntades idas.
-En verdad apesta-gruñó Shisui desde su posición-No quiero imaginar la versión permanente de ese perfume suyo-.
-¿En verdad será lo que sospechas?-Black Hat estaba a su lado, observando la ciudad con el ceño más fruncido que de costumbre.
-Eso me temo...-.
-Dejen de hablar y vamos ya-Demencia prácticamente brincaba en su sitio, ansiosa de bajar de ese rascacielos e ir a pelear con la multitud de villanos y héroes hipnotizados.
-Nada de eso, te apegaras al plan-le ordenó su jefe.
El plan era bastante simple también, tenían información de primera mano de donde estaban Miss Heed y Flug en esos momentos, tenían un espía muy conveniente.
Hacia un tiempo atrás, una villana de nombre Penumbra había pedido por lo ayuda de la organización, queriendo capturar a un héroe llamado Sunblast.
El héroe en cuestión había sido miniaturizado y entregado a la clienta, casi, sin problemas.
Pero ahora Penumbra era parte del staff de científicos de Miss Heed y parecía que Sunblast la quería de vuelta.
-Un héroe y una villana, que escandaloso-Shisui rio, al parecer complacido con la idea.
Eran conveniente que Sunblast era diminuto y podía volar, porque les había estado sirviendo por un par de días para obtener información, se había colado en la ciudad, en los laboratorios y dado con Flug y Penumbra, trabajando como esclavos en ese condenado perfume.
Shisui no podía captar la esencia de Flug entre toda la “contaminación” que era la peste de Miss Heed, pero al menos ahora tenían un mapa.
El asunto era abrirse paso entre los guardas y la misma multitud que no dudarían en proteger a su “reina”, así que era mejor actuar con cautela.
Tal vez, de no haber mucho más en juego, Black Hat simplemente se habría aparecido a sí mismo en la ubicación y secuestrado a Flug, pero ¿Entonces que?
Ni estaba seguro de que el doctor estaba ahí por voluntad propia o no, ni sabía si podía sacarlo fácilmente de la hipnosis si ese era el caso.
Ni tampoco era como que podía llevárselo y dejar todo así como estaba, quizás en otras circunstancias, donde él y su organización fuesen más poderosos, donde nada de eso le importara...
Pero ese no era el caso, no podía arriesgarse a perder todo por lo que había trabajado esos años, ni podía arriesgarse a perder a Flug por intentar llevárselo a la fuerza.
Y ... ¿Y si Flug actuaba por voluntad propia y no quería volver?... Si alguien debía deshacerse de un Flug traidor, iba a ser él, con sus propias manos, nunca dejaría la vida de su doctor en manos de nadie más.
“La loca y el nerd estan en el subsuelo, en los laboratorios, viendo los últimos retoques del perfume ese”
Les dijo la voz de Sunblast al oído.
“Son tanques enormes llenos de esa cosa apestosa, están justo un nivel debajo de los laboratorios... he visto como lo prueban, es horrible, mi Penny nunca aprobaría algo así...”
-Sunblast, ya puedes retirarte, como te prometimos rescataremos a Penélope también-le aseguró Shisui.
“No se si confiar en que un montón de villanos van a cumplir su palabra, pero esta bien, creo que ella confiara en ustedes”
Les dijo para luego cortar la comunicación.
Con habilidad se abrieron camino a los mencionados laboratorios, Black Hat como una sombra, Dem por las ventilas y Shisui... Pues era muy curioso, los guardas simplemente lo dejaban pasar. Le sonreían como bobos, como le sonreían a ella.
Desde sus puestos ocultos, se quedaron a observar al par. Flug y Miss Heed.
-¿Seguro que está todo listo Kenny?-le pregunto con su típico tono dulce y coqueto.
-Si mi reinita-Flug le sonrió.
-Entonces iré a prepararme para mi stream, te espero donde los tanques para mostrarles a mis seguidores que hay perfumito para todos-.
Flug nada más asintió y Miss Heed se marchó de lo más feliz.
Flug sonreía sin descanso, ahí solo, al parecer ya sin nada más que hacer, se quedó parado, sonriente.
-Doctor...-.
La voz áspera le hizo dar un brinco.
-¿Je...Jefecito?-.
Black Hat salió de entre las sombras, alto y siniestro, destacando en el ambiente tan rosado.
El demonio lo miró con duda ¿Estaba bajo el control de esa mujer? Incluso para él era difícil saber.
-¿Qué haces aquí?-inquirió, curioseando entre las botellas llenas de muestras de perfume, queriendo mantener las manos ocupadas.
Flug lo siguió con la mirada, esas manos delicadas y elegantes, el ligero “clink” de sus garras sobre el cristal sonaba ensordecedor.
-Yo...eh...-.
¿Qué hacía ahí?
-Tus hijos te extrañan, Flug-.
-Mis... hijos...-.
Ah, era verdad, tenia hijos, se le había olvidado...
-Yo te extraño, mi Doctor~-le dijo sin poder evitar ronronear, aun sabiendo que él no era realmente mucho incentivo.
-Usted...-Flug sacudió la cabeza, se sentía tan aturdido-¿Que...Que hago aquí...hace cuanto...?-.
-Llevas dos semanas sin volver, aunque sirviendola, diría que un poco más-se le acercó y lo miró con seriedad.
Podía ver ahora, en su clara confusión, que Flug estaba bajo control mental, pero eso no quitaba que por gran parte de su relación con Miss Heed había actuado por voluntad propia.
Se sentía traicionado, le dolía el pecho. Había creído que, de ese hombre que tanto amaba, al menos tenía su lealtad.
-Yo... es que yo...- negó.
¿Qué estaba intentando explicar? No encontraba las palabras, sus razones enterradas muy profundo en su mente, debajo de esa nebulosa rosa.
Black Hat suspiró y, con ternura, coló sus manos frías debajo de la bolsa, acariciando las cicatrices.
-Vuele con nosotros...Conmigo-le rogó-Por favor-.
-Black Hat...-.
-Sé que no soy la gran cosa para ti, pero vuelve, por favor-.
.No diga eso...-dijo temblando y sosteniendo sus manos, acariciando las delgadas muñecas con sus pulgares-Usted es...demasiado-rio con amargura-Usted siempre es demasiado para mí-sollozó.
Algo se había roto, algo que sujetaba su corazón y su mente se había roto con un golpe seco.
No le gustaba verlo a él, a Black Hat, diciendo cosas tan humillantes sobre sí mismo.
¡No, no! ¡Su Jefecito debía ser siempre orgulloso y soberbio! ¡Debía presumir y tener una postura firme! ¡No ser... eso!
Eso que era frente a él, vulnerable y asustado, ya lo había visto antes y le aterraba.
-¿Que he estado haciendo?-dijo entre llantos-Hice algo horrible-.
-Ya, ya no importa-.
Black Hat lo abrazó con fuerza, dejando que ocultura el rostro contra su pecho, Flug lo envolvió entero con sus brazos, sujetándolo con demasiada fuerza, y lloró hasta quedar sin aire.
-Vuelve conmigo-le rogó de nuevo-Lo que sea que necesite que sea, lo seré solo para ti, pero vuelve conmigo por favor-.
-Ya no hable así-lo regañó, apartándose lo suficiente para poder verlo a los ojos.
-Pero...-.
Flug, sin pensar, dejando a su corazón actuar antes que su cabeza, lo calló con un beso.
Recordaba bien esos labios finos y fríos, que siempre se curvaban en una sonrisa cuando los besaba, esos dientes peligrosos y esa lengua juguetona.
Lo había extrañado.
Podía sentirlo derretirse en sus brazos, un leve gemido y un ronroneó.
¿Por que debía ser tan tentador?
-Oh, mi Doctor~-.
-Hablaremos luego cuando solucione todo este lío-rio de los nervios-Ay, Jefecito, meti la pata ¿Como puede perdonarmelo?-.
-Tu lo dijiste, lo hablaremos después-.
-Y yo creo que tengo una idea-.
-¡Ah!-tanto Black Hat como Flug dieron un grito al unisono, Shisui había salido de la nada.
-Ay, qué delicados-rio con picardía-Demencia consiguió esto para nosotros, debo admitir que esta simpática-.
Shisui sostenía una de las cámaras voladoras que siempre seguían a Cecilia.
-¿Y dónde está la iguana?-Flug miró a su alrededor, como si esperara que la chica le saltara encima de repente.
Shisui miró arriba, a las ventilas y suspiró con claro fastidio.
-Creo que vio algo demasiado impactante-.
-En fin ¿Cual es el plan?-.
-Bueno, por lo que veo, para romper el encanto de Miss Heed, se necesita un fuerte impacto emocional, es una suerte que no sea la fórmula permanente, creo que podremos despertar a todos sus seguidores de una sola vez-.
-¿Y cómo planeas hacer eso?-Black Hat alzó una ceja.
-No te va a gustar, mi niño-.
Flug bajó a la zona de tanques, donde Miss Heed lo esperaba en uno de los andamios, con una sonrisa.
-Kenny~-.
-Mi reina-le sonrió, fingiendo estar bajo su control, aunque estaba muy nervioso, el corazón le latía a mil por hora.
-Vamos a empezar el stream en un par de minutos-le dijo acercándose con paso seductor.
Flug retrocedió ligeramente, pero Heed no le hizo caso.
-Lo has hecho muy bien Kenny, por eso eres mi seguidor favorito-.
-¿Lo soy?-rio, nervioso, intentando poner distancia, aunque sabía que debía permitirle acercarse.
-Te mereces un premio~-sonrió-Un besito~-.
Flug tragó duro, en verdad no se le antojaban sus “premios”.
La verdad, no había razón para darle ningún premio, él estaba bajo su control ¿Verdad? Ya no había necesidad de seducirlo, pero siempre se encontraba buscando su afecto.
Si era sincera consigo misma, nunca nadie la había tratado tan bien como Flug lo hacía.
Lo tomó del rostro y apartó la bolsa, lo suficiente para poder ver su boca, y le plantó un generoso, apasionado, beso.
Flug se tenso y la dejo actuar nada más.
Y de repente...
¡Ding!
¡Ding!
¡Ding!
¡Ding!
El sonido de muchas notificaciones, acoplándose unas a otras. Miss Heed empujó a Flug lejos de sí, desesperada por revisar su celular.
-¿Qué...? ¡¿Qué hiciste?!-le gritó, su rostro bonito torcido en una mueca horrible- ¡Mis... seguidores! ¡¿Qué hiciste?!-.
A Flug le ardía la cara, en parte de vergüenza porque sabía que miles de personas habían visto en aquel beso, y en parte de ira porque ahora caía en cuenta de cuánto odiaba a esa mujer.
Levantó las manos y sonrió.
-Yo no hice nada-.
-Puedes culparme a mi si quieres, querida-.
Allí estaba Shisui, sentado un andamio más arriba, con las piernas cruzadas y sosteniendo la cámara.
La chica lagarto estaba a su lado también, mirando con mucho interés y había alguien más... Una sombra alta y siniestra.
Cecilia sintió un frío recordarle la espalda y, antes de que pudiera reaccionar, esa...cosa... la empujó, haciéndola caer por encima del barandal del andamio.
Alcanzó a sostenerse por poco, colgaba justo sobre uno de los tanques, el líquido ligeramente caliente le hacía llegar vapor perfumado.
-Ke...Kenny, ayudame-le rogó, intentando sonar dulce y convincente.
Flug la miró largo y con ojos fríos, como considerándolo. Viéndola retorcerse en el dolor de sus brazos y su desesperación.
Colocó sus manos sobre la de ella y le sonrió.
-No-.
Desprendió sus manos del barandal y Cecilia cayó al tanque con un grito y un sonoro ¡Splash!
