martes, 1 de noviembre de 2022

La forma en que amamos Cap. 6: Cumpleaños



Finalmente era el primer cumpleaños de los mellizos, en esos pocos meses desde sus primeras palabras habían aprendido otras pocas. Más que nada los nombres de los otros miembros de la familia.

A Flug le decían papi en vez de papá y él estaba de lo más feliz con ello. 


-... Y Shisui y 505 se están encargando del pastel- sonrió, terminando de anunciar todo lo que tenían planeado para la celebración.

-Ahora que tienen un año supongo que puedo dejar que el oso se les acerque-.

-Es su hermano mayor, está muy ansioso por poder jugar con ellos-. 

-No confío en su torpeza- suspiró, terminando de firmar unos contratos-No pasa dia que no rompa algo-.

-Podría ser más  amable con él también-frunció el ceño.

-Lo soy- lo miró, ofendido- Pero él no necesita de mi atención-.

-Aun así, cuando juega con los mellizos podría incluirlo a él también ¿Si Jefecito?- le pidió con dulzura.

-Bien... - rodó su ojo con fastidio, Flug sabía cómo manipularlo.


Flug se le acercó, rodeando el escritorio, y le dio un beso en la mejilla. La piel de Black Hat era fría y tersa, con la textura de finas escamas de serpiente, no era desagradable en lo absoluto, le acaricio la mejilla que acababa de besar, Black Hat mirándolo en absoluto silencio. 


“A veces ... Me haces tan infeliz, Flug”


Flug, como siempre, no podía con su culpa, había decido intentar ser más cariñoso con su demonio, intentaría dejar ese extraño rencor de lado tanto como pudiera. Black Hat se había ganado su afecto, era eso lo que le confundía más, ya no le tenía rencor por como lo había tratado en el pasado, le tenía rencor por otra cosa y no sabía lo que era. 


Black Hat tomó la mano que lo acariciaba y la sostuvo un momento contra su rostro antes de apartarlo.  Le gustaban esos momentos, pero si duraban demasiado se ponía ansioso.


-Flug, dime ¿Por qué los humanos celebran su nacimiento? Nunca lo he comprendido-.

-Bueno... Supongo que es porque tenemos... Tienen años limitados, incluso si llegan a vivir un siglo, no lo hacen en las mejores condiciones, sus cuerpos envejecen y sus mentes se deterioran, se siente bien festejar los años que pasan cuando aún se es relativamente joven y consciente de ello-.

-Pero los mellizos y tú no deben preocuparse de eso, tu especie vive al menos mil años-. 

-Yo llevo siendo esto solo la mitad de mi vida, no se como ira a ser para ellos -suspiró- Si con el tiempo no quieren festejar más su cumpleaños no me opondré- lo miró unos momentos y sonrió- Jefecito ¿Usted cuántos años tiene?-.

-Depende- le sonrió.

-¿Depende?-.

-Depende de si te refieres a años como los comprenden los mortales o como los comprenden los demonios-.

-Dígame ambos- lo miró con curiosidad.

-Cada mil años para un demonio equivale a un año mortal, yo llevo existiendo 25 mil años-. 

-Uh... ¿Está diciendo que técnicamente es más joven que yo?- alzó una ceja. 

-Si fuese humano, sería cinco años más joven- asintió- Pero son solo equivalencias, los demonios vemos el tiempo diferente, sigo siendo mucho más viejo que tu, Doctor~- le sonrió- Pero infinitamente más joven que la mayoría de los demonios-. 

-Ahora resulta que he estado recibiendo órdenes de un mocoso- bromeó. 

-Cállate- rió- Deberías ver como me tratan otros de mi especie, es insoportable-.

-¿Cómo era cuando era un niño? - sonrió, intentando imaginar un Black Hat pequeño y adorable.

-Nunca fui uno, siempre he existido tal cual soy... - pensó unos momentos- Pero, supongo que hubo un periodo en el cual tuve que crecer y aprender de todas formas, como todos los seres-. 

-Oh, yo ya iba a pedirle ver fotos de su infancia- rió.

-Es raro que me preguntes al respecto- suspiró.

-No creía tener permiso de inmiscuirme tanto- se encogió de hombros-Venus era más valiente que yo-.

-No dejaba de hacerme preguntas, estaba escribiendo algo ¿No?- ladeó la cabeza.

-Ella quería investigar a los demonios como a cualquier especie, intentó escribir un libro de biología demoníaca, pero no era que tuviese mucho con lo que trabajar- suspiró- Es una lastima, me hubiera gustado que lo completara-.

-Si los mellizos heredan la misma curiosidad, no tengo problema en colaborar- sonrió- De hecho, a mi creador seguramente le interese-.

-¿Su... Creador?- lo miró con duda.

-El Diablo-  contestó como si nada.

-¿El que... En verdad existe?- se dejó caer en una silla, no sabía porque, pero nunca se había planteado que el Diablo existía de verdad.

-Por supuesto que existe, me creo él directamente- resopló- Es un sujeto presumido amante de las ciencias, creo que se llevarian bien- lo miró- Quizas un dia te lo presente-.

-Ay, Jefecito, no - rió- Soy muy cobarde, no podría...-.

-Él no es tan temible como yo, luce bastante humano y es amable cuando quiere, en especial con otros científicos- lo miró con calma- Si llegan a conocerse, estarás perfectamente bien, ademas no dejaria que le haga nada a mi doctor- le dijo con un suave ronroneo. 

-Entonces ¿Es su padre? ¿Usted es su hijo?-.


Ante eso Black Hat rió con fuerza, su boca abriéndose más de lo que era natural.


-Soy un proyecto, un experimento, no su hijo- rodó su ojo- No lo considero mi padre tampoco, es solo el sujeto que me creo, nada más-. 

-Oh- suspiró- Yo ya pensaba que nuestros hijos tenían al Diablo de abuelo- rio.


Black Hat sonrió, intentando a medias disimular que las palabras de Flug lo hacían feliz. 


-La verdad, a ese sujeto le encantan los bebés, estaría más que dispuesto a ser su “abuelo”- rió- Una de las pocas reglas que tenemos los demonios es que no podemos atentar contra la vida de bebés y niños pequeños-. 

-Creo que me gustaría conocerlo- lo miró- Quiero decir, sería una buena protección extra ¿No cree?-.

-Me gusta como piensas, lo invitaré- asintió- Seguramente me regañe por no decirle que estoy criando niños, pero ni modo-.

-Si van a invitar a Seto habrá que comprar licor- dijo Shisui, saliendo de la nada.

-¡Maldito seas! - Black Hat le arrojó el cráneo rojo que decoraba su escritorio y le bufo felinamente, le había dado un buen susto. 


El cráneo le dio a Shisui justo en medio de la frente, haciéndolo caer al suelo con un sonoro ¡Thud!

Flug, que también se había asustado, intentaba no reír a carcajadas mientras los otros dos se ponían a discutir. 


Poco después Flug y Black Hat salieron a comprar licor y otras cosas que necesitaban para la fiesta, siempre aprovechaban cualquier oportunidad para salir los cuatro.

Pasaron un buen rato paseando juntos, presumiendo de sus bebés, Black Hat no dejaba que nadie los tocara, pero no le molestaba si se acercaban a decir lo adorables que eran.

Flug solo lo miraba sin decir nada, sospechaba que si le decía al demonio que lucía como todo un padre orgulloso iba a ponerse de mal humor. 


En otro tiempo, no tan lejano, Flug había considerado a su jefe un ser siniestro, sin corazón, incapaz de emociones positivas. Eso era cierto, excepto para él y para sus hijos, no entendía muchas cosas del demonio y la forma en que funcionaban sus emociones era una de ellas, pero había aprendido a no indagar demasiado en esos asuntos. Lo que era, era. 


-¿Por qué tenemos que comprar tanto alcohol?- preguntó el doctor, mirando una botella especialmente cara.

-Seto, el Diablo, es un dragón- lo miró- A los de su tipo les encanta beber-.

-¿Y lo bebe normal o lo mezcla con venenos como usted?-.

-Normal -. 

-Oh...-.

-Cada quien tiene sus gustos- se encogió de hombros.

-Black Hat...- lo llamó con la cabeza gacha.

-¿Si?-.

-¿Podemos ir al parque un momento?-. 


Black Hat asintió y fueron juntos al parque, uno de los pocos lugares verdes en aquella isla, sin contar el bosque al que era muy mala idea entrar. 

Flug se sentó en una banca y alimentó a los cuervos en silencio un rato, Black Hat nada más observaba a las aves, criaturas inteligentes eran aquellas, quizás por eso las permitía en la isla, normalmente privada de vida salvaje. 


-Después de que dejamos el café, vine aquí con ella- dijo Flug de repente. 


Black Hat no dijo nada, iba a dejarlo hablar. Había olvidado que no solo era el cumpleaños de los mellizos, si no también el aniversario de la muerte de Venus, como era natural para él, prácticamente se había olvidado todo de ella, los mortales iban y venían en su vida en lo que parecía un parpadeo, sin importar su relevancia, estaba acostumbrado a olvidarlos con facilidad. 

Además, realmente no quería recordar ese día en particular, cuando esos dos se conocieron. 


-Y yo siempre soy tan incómodo y estupido, no se que vio en mí, no se porque fue tan paciente como para soportar mis tartamudeos y mi ansiedad- suspiró- Pero se quedó conmigo y hablamos por horas y nunca dejamos de hablar, hasta hoy... Hace un año-. 

-No se que decirte- admitió.

-No tiene que decir nada- lo miró- ¿La extraña?- lo cuestionó.

-Al principio un poco, ahora ya no-.

-¿La quería?-.

-Le tenía aprecio- suspiró- ¿Por qué me preguntas esto?-.

-No lo sé...- admitió- Hablaban mucho los dos y quiero hablar de ella con alguien que la conocía bien-.

-Es que... Hablábamos mucho de mi- evitó mirarlo- Y de ti, no tanto de ella-. 

-Oh... - Flug lucia decepcionado- A veces siento que no termine de conocerla, no estuvimos tanto tiempo juntos, no puedo evitar preguntarme cuanto habríamos durado, si ella habría terminado por cansarse de mí y de las cosas que hago-.

-Lo dudo- lo miró- He comenzado a olvidarla, porque no tiene caso para alguien como yo recordar a quien ya no está, pero recuerdo las cosas que decía de ti, dudo que alguna vez dejara de quererte-.

-No es justo que se olvide de ella- le reprochó- Lo quería mucho-.

-Ni modo, así soy- le negó.

-¿Se olvidará de mí también?- le arrojó las últimas migas a los cuervos y se apoyó contra su hombro.

-No, de ti no- lo rodeó con un brazo.

-¿Por qué no? ¿Qué tengo de especial?-.

-Eres mi doctor- le ronroneó.

-Black Hat...- suspiró- ¿No debería, no sé, buscar a alguien más? No es que usted no tenga candidatos-.


Black Hat se mordió la lengua y apretó a su doctor en aquel abrazo. 


Nunca va a corresponderte, nunca va a dejar de amarla y si lo hace, elegirá a otra persona antes que a ti.

Te odia ¿Recuerdas? Te tiene asco, le repugnas ¿Por que iba a querer nada contigo ahora o en el futuro?


-Soy... Como los cuervos - le contestó - Como los cisnes y los lobos- se puso de pie- Volvamos a casa-. 


Flug lo siguió, sin terminar de comprender lo que el otro le decía o más bien lo comprendía perfectamente y se negaba a admitirlo. 

Pero aun así...

Lo detuvo y lo jalo en un abrazo, sosteniendo firmemente de la cintura, como solía hacer con ella, sintió esa mezcla de cariño y rencor, pero no se apartó. Apretó esa figura fina, sintió ese cuerpo engañosamente delicado y por un momento, solo un instante, pensó en lo hermoso que era. Sintió culpa por ello, así que ocultó el rostro contra su pecho, apretandolo tan fuerte como era capaz, un brazo alrededor de su cintura, otro cruzando su espalda, lo queria y queria hacerle daño, dejo de pensar en su belleza y en cambio pensó en romperle las costillas, si solo tuviese la fuerza suficiente... 


Black Hat se dejó, como demonio que era le resultaba fácil entender las intenciones de otros, no tenía empatía, pero sí un fuerte instinto. Las intenciones, los sentimientos fuertes y viscerales tenían un olor distintivo, especialmente todo lo que fuese negativo.


Su doctor quería hacerle daño. Estaba aterrado de él en ese momento, porque si Flug quería lastimarlo... No iba a defenderse. 


-¿Dije algo malo?- preguntó apenas, ni siquiera atreviéndose a tocarlo.


Flug lo apartó de sí con premura, mirándolo horrorizado de sí mismo.


-N-no, nada Jefecito- rio nerviosamente- Vamos a casa, se hace tarde-. 


Black Hat se dejó llevar del brazo, docil y asustado, su corazón roto. Eso solo confirmaba lo que ya sabía, su doctor lo odiaba.

Pero ¿Por qué? ¿No estaba siendo bueno? ¿No se estaba portando bien? ¿No estaba yendo contra todo lo que él era solo por Flug? ¡Oh, cómo deseaba poder llorar! ¡Poder aliviar esa opresión en su pecho y ese nudo en su garganta! Pero solo le quedó tragarse lo que sentía, amarga hiel.


Prepararon todo para  la fiesta, decoraciones, globos, un enorme pastel.

Black Hat se encargo de vestir a los mellizos, un vestidito negro y blanco para Malicia, con su habitual moño negro decorando el cabello pelirrojo, un trajecito negro y rojo para Misantropia, con todo y corbata. 


-Y tú también... - dijo acomodandole una corbata de moño a 505- Tu padre dice que debo tratarte mejor, como si sirviera de algo- rodó su ojo- No cambia en nada lo que siente por mi-. 


505 no le contestó, de poder hablar apropiadamente le habría dicho que estaban siendo muy tontos los dos, pero seguramente Black Hat iba a matarlo por insolente. 


-A Seto va a sorprenderle que seas un padre tan dedicado- Shisui entró a la habitación, sonriente. 

-Ya me estoy arrepintiendo de invitarlo-suspiró.

-Oh, no seas así, hace mucho que no se ven, Flug tendrá con quien hablar de su ciencia- lo miró- Y estos niños tendrán protección infernal garantizada, es todo beneficios-.

-Y supongo que Seto estará contento en ver progresos con su “experimento” - gruñó. 

-Él usa la palabra “proyecto” pero supongo que sí- asintió- Black Hat, si algo te aqueja sabes que puedes hablarlo conmigo, estoy para escuchar y dar consejos, no para juzgar tu carácter-. 

-Odio hablar contigo- le siseó, su lengua de serpiente asomando con furia- Eres un entrometido sabelotodo-.

-Y tu eres un mocoso- le dijo con calma- Uno que no sabe nada de romance y está sufriendo mal de amores-. 


Black Hat suspiró y lo miró con resignación, podía matar a Shisui, pero iba a volver a levantarse como si nada, era más antiguo que él e igualmente inmortal. 


-Quiere hacerme daño- dijo bajito, más que nada porque 505 y los bebés estaban presentes. 

-Bueno, eso ya lo había notado, solo puedo decir que Flug no sabe el motivo de sus propias emociones-.

-Me odia...-.

-No te odia, Black Hat- negó- Pero necesita tiempo, se paciente ¿Si? Aún está de duelo, luchando con sus propias emociones y frustraciones, te recuerdo que es un Nachzehrer ¿Sabes cómo son hechos?-.

-Si-.

-Pues entonces entenderás que Flug no es precisamente bueno lidiando con sus propios problemas, tenle paciencia, no va a lastimarte- sonrió- Y si lo hace, se las verá conmigo... Lo mismo va para ti-.

-Entrometido- suspiró- Pero está bien, tienes razón-. 


Black Hat no estaba del todo seguro, lo que había sentido viniendo de Flug, la amenaza, se había sentido bastante genuino, pero respetaba el criterio de Shisui, El Brujo, criatura antigua y encarnación de la luna. 


Flug apareció poco después, admirando a sus hijos con una sonrisa. Shisui había desaparecido.


-Tan adorables- suspiró, estaba un poco nervioso.

-Aún podemos cancelar, Flug- le dijo Black Hat, conociendolo bien a él y a sus nervios.

-No, está bien- lo miró- Me servirá para no pensar en ... Otras cosas-. 

-Ciertamente tendrás mucho que conversar con él, lleva un tiempo pidiéndome que los presente-.

-¿De verdad?- alzó una ceja.

-Es un genio malvado, justo como tu- lo miró- Ahora que lo pienso, también le gustan los aviones- frunció el ceño ligeramente.

-Oh... - Flug sonrió un poco más. 

-También vendrá su esposo, no tienes que preocuparte mucho por él, es un sujeto amable, quizá demasiado para un demonio-. 

-¿Los demonios se casan?- lo miró con interés mientras tomaba a Misantropía en brazos, su corbatita le parecía de lo más adorable. 

-A veces- asintió- Es por motivos diplomáticos, más que nada, a veces se casan con ángeles incluso-. 

-¿Usted estuvo casado alguna vez?-.

-No, no soy muy popular con otros demonios- negó- Además no me interesa, tengo rango suficiente sin necesidad de casarme por conveniencia-. 

-¿Por qué no es popular?-.

-Estas muy pregunton hoy, Flug- se cruzó de brazos- Puedes preguntarle al Diablo cuando llegue, le encanta hablar-.

-Jaja, lo siento, solo quiero distraerme- admitió, un poco apenado.

-Está bien, lo entiendo- suspiró.


Quería abrazarlo y ronronearle, darle afecto, pero le tenía miedo.


Mira que tenerle miedo a tu doctor, como si pudiera hacerte algo, aunque si te lo pidiera... Si te lo pidiera te pondrías de rodillas y recibirías los latigazos ¿No es así?


Black Hat apartó esas ideas, estaba siendo estupido, no había razón para temerle a Flug ¿Verdad?

Se dio valor y lo abrazó con suavidad y timidez ¿Por que ese hombre seguía provocandole cosas que nadie antes había logrado?


-Quiero hacerte feliz...-murmuró. 


Flug no le contesto, tomado por sorpresa, solo lo abrazo de regreso, esta vez intentando no apretarlo como si quisiera romperle algo.

Él tenía alguien que lo hacía feliz y no era Black Hat, nunca sería Black Hat. Por más que devoto, leal y complaciente que se portara, no era Venus, no era la mujer que había amado y aun amaba, nunca lo sería. 

Flug estaba seguro de eso, no volvería a amar, mucho menos a él. 

Así que lo estrujo de nuevo, cruel. Sintió su cuerpo tensarse, su aliento escapar, escucho un leve lamento, como un animalito herido. Iba a continuar, iba a continuar hasta que escuchara algo quebrarse, hasta que el demonio estuviera flojo en sus brazos, pero...

Malicia y Misantropía lloraban. 

Flug lo soltó de inmediato y se alejó un par de pasos.


-Black Hat, yo...- intentó inventar una excusa, intentó disculparse, pero solo logró ahogarse en sí mismo, al borde del pánico.


Black Hat en cambio no dijo nada ni lo miro tampoco, solo tomó a los bebés para arrullarlos como siempre hacía, dulce y paternal, tratandolos con todo el cuidado del mundo, porque eran de Flug. 

Flug salió corriendo. 

Cuando los bebés se calmaron y estuvieron seguros en su corralito, Black Hat fue en busca de su doctor, no era difícil encontrarlo, siempre sabía donde estaban todos los habitantes de la casa. 


Flug estaba bajo su escritorio, abrazándose a sí mismo. Respiraba agitadamente, le zumbaban los oídos, podía sentir el latido de su propio corazón. Se ahogaba en su pánico y su culpa. 


¡¿Qué había hecho?! Rara vez se dejaba llevar tan fácilmente por los rincones más oscuros de su mente, pero no había podido evitarlo. Siempre tendía a pensar más con el corazón que con la cabeza, una falla fatal para un genio malvado, pero aquello era diferente, aquello no venía de su corazón, venia de su lado más oscuro y monstruoso, el que siempre negaba, el que ocultaba bajo una bolsa de papel, tartamudeos y ansiedad. 

Había pensado seriamente en hacerle daño, en torturarlo, en clavarle los dientes... 

Su especie se alimentaba de otros, era una variación de vampiro después de todo, voluntariamente era un acto placentero para ambas partes, involuntariamente era algo invasivo y horrible. 

Podía alimentarse solo de la sangre, tomando la esencia de otros sin provocar la muerte, o podía comer trozos enteros de carne y devorar el alma completa. Flug no se privaba de alimento, un par de veces al año se permitía aquel acto que aún consideraba canibalismo, a veces eran héroes cautivos, otras personas al azar, no sentía culpa por matar, era algo necesario para mantener su juventud y, por sobretodo, su cordura. 

Pero, forzar su hambre en alguien a quien quería... Era ultraje. 

¿Por qué se sentía así por su jefe? No se lo merecía, quizás antes si, cuando había sido cruel y abusivo, pero Black Hat era diferente ahora, no se merecía su odio, no se merecía ser objeto de sus frustraciones e instintos.

Lo peor era que el demonio lo sabía ¿No es así? Estaba seguro de eso, había notado sus intenciones y se había dejado dócilmente. 


Black Hat apareció de repente frente a él, apenas caían los dos bajo el escritorio. 


-L-lo siento... P-por f-favor, perdóneme- lloró sin atreverse a mirarlo- N-no quise...-.


Black Hat se le acercó y coló sus manos heladas bajo la bolsa, acariciándole las mejillas, Flug lo miró, el frío repentino calmandolo un poco. 


-Te prometí, que haría lo necesario para asegurar tu felicidad- dijo Black Hat con su, habitual, amplia sonrisa- Si eso implica ser castigado por ti, estoy bien con ello-. 


Flug lo miró, incrédulo, Black Hat le sonreía como solía hacer cuando estaba emocionado por algo, era una expresión hambrienta, su único ojo relucía de locura, el monóculo tenía un extraño tinte rojo que recordaba a la luna, salivaba y sus labios se curvaban dejando ver sus encías y los dientes verdes y brillantes. 


-Si amarte significa agonía, estoy bien con ello- continuó- Si quieres desquitarte conmigo por el motivo que sea, puedes hacerlo, lo que sea que te haga feliz está bien por mi-. 

-No, esta m-mal, usted no se merece n-nada de e-eso- negó, intentando apartarse, pero no tenía a donde ir. 

-Si nunca vas a amarme, al menos déjame serte útil, usame como quieras- su sonrisa se borro y lo miró con súplica- Si nunca tendré tus besos, si nunca vamos a estar juntos, entonces dolor está bien-. 

-Black Hat...-.


¿Que había hecho de ese demonio orgulloso? ¿Tanto así había roto su corazón? Su jefe, que siempre había tenido tanta dignidad y prestigio, rogando por ser castigado. 


-Quiero hacerte feliz-.

-Jefecito...- lo abrazó, esta vez con auténtico cariño, muy juntos bajo el escritorio- No voy a hacer nada de eso- le acarició la espalda, sacandole ronroneos.

-Tienes mi permiso- se acurrucó en sus brazos- Si te sientes frustrado o enojado, puedes usarme para aliviar todo eso-. 


Flug consideró aquello, sin importar lo que le hiciera no iba a matarlo ¿No es así? El doctor tenía miedo de sí mismo, siempre había sido bastante sádico y propenso al rencor ¿Que tal si su amargura terminaba cayendo sobre sus hijos? Nunca podría perdonarse eso. 


-Si... Si hago algo como eso ¿Me detendrá si es demasiado?-.

-Si- lo miró- Si eso te da paz entonces si- suspiro, acurrucado contra su pecho.

-¿No me dejara ir demasiado lejos?-.

-No te dejaré-  rio un poco- Suena sadomasoquista ¿Sabes?-. 

-Un poco sí- rio también. 


Se quedaron en silencio, ahí abrazados, hasta que las emociones de ambos se calmaron lo suficiente.

Flug se sentía un poco mejor, más tranquilo y en paz, era relajante tener a su demonio apoyado contra su pecho, ronroneando como un gato enorme. 

Finalmente salieron de debajo del escritorio, sacudiéndose la ropa.


-Tienes que barrer más seguido- resopló.

-Lo siento, es que no dejo que Shisui entre al laboratorio y a veces no tengo tiempo- le sonrió, acomodandole la corbata- ¿Vamos? Se nos hará tarde para la fiesta-.

-¿Aún quieres celebrar?-.

-Si- asintió, seguro. 


La casa y sus habitantes ya estaban listos para la celebración. Misantropía y Malicia estaban en sus sillitas altas, mirando las decoraciones con grandes ojos. 


-Ahora, solo faltan los invitados de honor- Shisui sonrió, terminando de dibujar un círculo de invocación en el suelo de la sala, se cortó la palma de la mano con un cuchillo y dejó caer la sangre dentro del círculo.


El círculo se iluminó y del mismo salieron llamas y horrores, hasta que se disiparon, dejando a dos personas en el centro. 

Ambos eran altos, uno más que el otro. El más bajo vestía de blanco, tenía el cabello castaño decorado por unos grandes y elegantes cuernos blancos, sus ojos eran azules y fríos, con pupilas como la de los reptiles, era hermoso y sexy en apariencia, había en él algo claramente inteligente y temible, ciertamente no el tipo de persona a la que debía hacerse enojar. 

El otro era un poco más estrafalario, tenia el rostro cubierto por una mascara que lo hacia lucir como un cuervo y parecia ser parte integra de su cuerpo, vestia de negro y tenia tres ojos. Daba un poco de miedo, pero no parecía tan peligroso como su acompañante. 


-Seto, El Diablo- Black Hat señaló al castaño- Y su esposo Lord Bell- señaló al otro, presentandolos a ambos a los demás presentes-Bienvenidos-. 

-Mi creación ...- Seto pronunció fríamente- Tanto tiempo- le sonrió por mera cortesía - Y usted debe ser el Doctor Flug, un placer conocerlo por fin- estrechó su mano enérgicamente.

-I-igualmente- Flug sonrió, abrumado. 


Todo mundo intercambió saludos, hasta que finalmente llegaron a los más pequeños de la casa.


-Son perfectos- Seto sonrió, tenía una larga cola blanca que se movía con gracia, emocionado- Se nota tu influencia en ellos, Black Hat, aunque genéticamente no tengan nada tuyo - Seto miraba los ojos de los niños con interés- Y esto debe ser de parte suya ¿Verdad? Doctor Flug-.

-Eh, si - asintió- Pero solo heredaron uno, por alguna razón-. 

-¿Qué tal los trata mi creación? -inquirió con seriedad. 

-Ya deja de decirme así- le gruñó- Y los trato bien-.

-Oh, sin duda- Flug asintió de nuevo con una sonrisa- Es muy dedicado, estuvo cuidando de ellos incluso antes que yo-.

-Fascinante- miró a su creación con una gran sonrisa- Sabía que podías cuidar de plantas, pero bebés ... Es todo un progreso-. 

-¿Plantas? - Flug miró a su jefe con extrañeza.

-Me gusta la jardinería- dijo entre dientes, sonrojado- También cuido insectos y reptiles-. 

-Ahora avanzaste a mamíferos, pensar que aún comes cachorros- suspiró.

-Ya cállate- Black Hat le siseó con enfado.


Flug los miraba, ese hombre, el tal Seto, hablaba de Black Hat como una cosa, un experimento al que estaba viendo avanzar. Era un frío hombre de ciencias sin duda. 

No le había agradado mucho al principio justamente por el trato que le daba a su Jefecito, pero a medida que hablaban fue ganándose su apreciación, Flug nunca había conocido una mente más brillante, quizás solo la suya propia. Podían hablar de ciencias por horas, para el horror y aburrimiento de los demás presentes. 


-Nerds y sus encantos ¿No? - Bell le sonrió a Black Hat con burla, ambos llevaban varios minutos mirando a los otros dos hablar con entusiasmo.

-Hn, si ...- suspiró, ciertamente Flug brillaba con luz propia en esos momentos y suponía que Bell veía a su pareja de igual forma. 


Shisui entró entonces cargando un pastel enorme, ayudado por 505. Lo dejaron en el centro de la mesa, a los mellizos parecía que se les iban a salir los ojos de la emoción, viendo esa cosa tan colorida y dulce que, de alguna forma, sabían era para ellos. 


Mientras celebraban, en medio del ruido del “Feliz cumpleaños” y los aplausos, Flug extrañó a su esposa profundamente, ella debería de estar ahí a su lado, con sus hijos en brazos, sonriendo. 

Considero si a sus hijos les iba a hacer falta su madre, pero viendo a su demonio con Malicia sobre regazo, sonriente, ayudandola a aplaudir, considero en cambio que tal vez no, Black Hat odiaba las cosas alegres, y sin embargo ahí estaba, celebrando con ellos, dándole pastel. 

Quizás solo debían discutir un poco su favoritismo hacia la niña, pero además de eso... Además de eso iban a estar bien.


No hay comentarios:

Publicar un comentario