Cuando bajó a la cocina a la mañana siguiente se encontró con Venus, por supuesto que había pasado la noche en la mansión. No le molestaba, era lo normal, pero no se esperaba encontrarla apenas entró a la cocina.
-Buenos días- le sonrió la peligris- Espero que no te moleste, me iré después del desayuno-.
-Haz lo que quieras- tomó asiento y se frotó las sienes- ¿Dónde está Flug?-.
-Lidiando con Dem, al parecer - lo miró- ¿Resaca?-.
-Aja ... - gruñó- Ni siquiera los demonios nos escapamos de eso-.
-¿Café?- le sonrió.
-Por favor-.
Venus preparo café para ambos y bebieron en silencio un par de minutos, Black Hat no era el único con resaca, habían tomado mucho vino.
-Fui ... Grosero anoche, me disculpo- su mueca se torció ligeramente, odiaba disculparse.
-Es perfectamente entendible, no te preocupes- suspiró- Flug es un rompecorazones-.
-Mmm - se cubrió el rostro con las manos- Él cree que no tengo un corazón para romper-.
El demonio se sorprendió de sus propias palabras ¿Por que le estaba contando eso?
-¿No te incomoda? - agregó.
-¿El que? - Venus lo miró con interés y ... Simpatía.
-Que sea yo y que me guste tu novio y que sea su jefe- dijo, dando énfasis con sus manos como solía hacer.
-¿Debería? Entiendo porque te gusta, en cuanto que tú seas tú...-rió- No me intimidas, sin mencionar que confió en Flug y se que no tengo motivos para sentir celos-.
-¿No te intimido? ¿Estas loca? - sonrió, esa mujer ciertamente era interesante.
-Bueno, por deducción lógica, si quisieras hacer algo en contra mía o de Flug, ya lo habrías hecho, asi que asumo que hacernos daño está lejos de tus intenciones- recitó seriamente, como quien dicta una formula-Observación, es el método científico- sonrió.
-Ugh, en verdad le va bien a mi doctor-.
-No era mi intención robartelo- Venus agachó la mirada, ligeramente culpable, sentía que había interferido en algo que llevaba un tiempo formándose.
-No me robaste nada, si así fuese mi actitud hacia ti sería muy diferente-la miró, serio y sombrío- Ya acepte su decision, te acepto a ti en su vida...- su mueca se torció, amenazantes colmillos reluciendo-Lo que no aceptaré es que le hagas daño, así que más te vale que te comportes-.
-Lo amo, así que no te preocupes por eso- le sonrió como si nada-¿Quieres comer algo? Si dejamos que venga Flug a cocinar hará panqueques- arrugó la nariz.
-Odio los dulces- negó- ¿Huevos revueltos?-.
-Buena idea - la chica asintió con entusiasmo.
Flug se encontró con la sorpresa de los dos desayunando juntos como si fuese de lo más cotidiano y normal. El doctor no sabía muy bien que hacer, sinceramente solo quería evadir a su jefe lo más posible.
Siempre había tenido sentimientos conflictivos por el demonio, por un lado le tenía aprecio y admiración, le era leal. Black Hat le había dado un propósito y un lugar al que pertenecer, trabajando para él podía dar rienda suelta a su imaginación, ejecutar sus ideas sin límites morales o económicos.
Pero por otro le tenía miedo, estaba bajo el mandato de una criatura cruel, incapaz de culpa y remordimientos, veía a otros como objetos, cosas a las que darle uso hasta que ya no le sirvieran, las personas eran descartables, fácilmente reemplazables y, Flug creia, eso lo incluía a él también.
Cuando habían empezado a trabajar juntos, Black Hat lo trataba con indiferencia y cordialidad profesional, pero luego se había vuelto física y verbalmente agresivo, disfrutaba atormentarlo cada vez que podía, se aprovechaba de su debilidad y de lo asustadizo que era. Nunca le había hecho nada serio o permanente, pero eso no lo hacía más tolerable.
Y ahora el demonio le venía con eso de que gustaba de él, reclamandole el haber sido rechazado.
¿Se suponía que le creyera? ¿Se suponía que creyera que de repente tenía sentimientos? ¿Y por él de todas las personas?
En opinión de Flug, Black Hat solo quería afectar su relación porque de alguna forma le divertía o solo quería verlo infeliz, aunque ... Su intento de confesión había sido antes de conocer a Venus ¿Verdad? El mismo día, pero antes.
Tomó asiento con todas esas ideas conflictivas dando vueltas en su cabeza, Venus le sirvió el desayuno sin decirle nada y se marchó, dejándolos solos. El doctor quiso reclamar, pero no le dio tiempo.
-Me cae bien- le comentó de forma casual, aunque sin mirarlo, cosa rara en él, Black Hat siempre lo miraba directo a los ojos, resultaba abrumador.
-Me alegro- contestó secamente, al menos no estaba tropezando con sus palabras, se debatió un momento en cómo abordar el tema- Black Hat, yo ... -.
-Déjalo así - lo interrumpió- Haz como que nunca te enteraste de nada, no hará diferencia-.
-Pero ... -.
-Si te digo que me gustas, que te quiero ¿Que harás? - lo miró por fin, el negro bajo su ojo un poco más notable de lo habitual- Se que no me crees y aunque lo hicieras, no cambia nada ¿No es asi? Porque la prefieres a ella y yo ya me resigne a ello- suspiró- Estoy bien con lo que te haga feliz, así que haz como si no supieras y ya-.
-Tiene razón en que no le creo, no se que pretende inventando cosas como esa- suspiró- Solo quiero que me deje estar con Venus en paz-.
-No voy a interferir en tu relación, nunca me he entrometido en tu vida personal ¿O si? Sin contar que a veces te doy demasiado trabajo-.
-¿Lo promete? ¿Me promete que no hará nada en nuestra contra?-.
Black Hat lo miró, dolor oculto bajo su fachada impasible ¿Por que no le creia? ¿Tanto lo odiaba? ¿Tanto así lo veía como un monstruo en vez de una persona? Deseaba que al menos le creyera cuando le decía que lo quería.
Extendio una mano enguantada de negro y le sonrio.
-Una promesa por contrato, si eso te da paz, Doctor~-.
Flug estrechó con firmeza aquella mano fría de garras ocultas y falsa delicadeza. Le hizo recordar tiempos de antes, cuando Black Hat era cruel con él, ya no lo era, hacía tiempo que no sentía esas manos apretandole las muñecas o el cuello. Se dio cuenta que ya no le tenía miedo, aún lo respetaba por supuesto, pero de repente ya no lo atemorizaba tanto.
Quizás el demonio se había aburrido de hacerle sufrir o quizás realmente intentaba cambiar, de eso no estaba tan seguro.
-Por este contrato de palabra- pronunció con voz grave, apretando la mano de Flug- Prometo no interferir en tu relación con Venus, prometo no hacerles daño y ... - lo miró y dudó por un instante de lo que iba a decir- Prometo asegurar tu felicidad, Flug, aunque implique dejarte ir-.
-¿Qué?- el científico se tenso ante eso último, pero no tuvo tiempo de preguntar nada más porque el ritual terminó y Black Hat había desaparecido.
Flug miró su mano, aun se sentía fría ¿Que era eso de dejarlo ir? ¡No quería dejar de trabajar para él! Iba a... Iba a extrañarlo si no lo veía más. Quería a su jefe, en cierta forma, sentía por él una mezcla de aprecio y rencor, pero ahora se daba cuenta de que si lo quería.
Quizás de no ser por su crueldad podrían haber sido amigos, aún podían, si mantenía su promesa de comportarse.
Se encontró con Venus después de eso, la chica preparándose para irse. Le contó lo que había pasado, aún bastante confundido.
-No se si creerle cuando me dice que me quiere- la miró, como pidiendo que aclarara sus dudas por él.
-¿Por qué no?- le sonrió con calma y dulzura.
-No sé, quizás porque él mismo anda por ahí diciendo que es pura maldad y no tiene corazón- resopló.
-¿Qué es lo que tu sientes por él? - le acomodó la bata blanca de laboratorio y le sonrió- Se sincero-.
-Lo quiero, supongo, pero no de esa forma- suspiró.
-Entonces se mi Flug considerado de siempre y trata de llevarte bien con él - coló sus manos bajo la bolsa, sintiendo el rostro lleno de heridas- Quizás, tu no eres el único que se oculta tras una máscara-.
-¿Y que se supone que haga? ¿Cómo se supone que no me sienta incómodo sabiendo que le gusto?-.
-Será incómodo si tu lo haces incómodo, no hay razón para ello- negó-Pueden intentar ser amigos, podemos ser amigos los tres- sonrió.
-Uh, no sé Venus, no tendría muchas esperanzas con eso-.
-Lo intentaré de todas formas - se encogió de hombros.
-¿No te da celos? - la miró con duda.
-Sé que me amas, así que no - rió- No sería lógico ¿No te parece?-.
Y ciertamente la amaba, Flug era una persona solitaria que normalmente estaba bien con su soledad, pero había cambiado al conocerla, ya no quería estar solo. Aún no podía creer que esa mujer dulce, hermosa e inteligente gustaba de alguien como él, un ser inhumano, deforme y malvado. Porque Flug era un villano al final del día, había hecho y aún hacía actos horribles en nombre de la villanía, pero a Venus le gustaba todo eso de él y a él le gustaba todo de ella. Le gustaba lo decidida que era, su carácter fuerte y como no se dejaba pasar por encima, nunca dejándose intimidar por nadie. Le gustaba su intelecto, como usaba la lógica ante todo, lo que a veces la hacía un poco retorcida, lo cual le resultaba extrañamente adorable en esa mujer bajita de ojos dulces.
Venus le correspondía con todo su ser, amaba a ese chico amable y tierno que tartamudeaba cuando estaba nervioso o avergonzado, amaba a ese nerd que a veces era demasiado dócil hasta que lo hacían enojar, amaba su lado más oscuro y su lado más suave, encontraba lo que ocultaba bajo esa bolsa de papel terrible y hermoso a partes iguales.
-Te amo- le dijo, tomándola por la cintura.
-Yo también te amo, Flugy -.
Se besaron con cariño y ganas hasta que Venus rompió el beso, de ser por Flug estarían así todo el día.
-Tengo que irme, vendré más tarde para hablar sobre trabajo con tu jefe-.
-Ok ...- la dejó ir de mala gana- Ve con cuidado-.
Se dieron otro beso, mucho más breve y Venus se marchó. Flug se quedo ahi un momento, expresion de tonto enamorado oculta bajo la bolsa.
-¿Te diviertes? Doctor~-.
-¡Ah! - Flug saltó en su sitio y se giró- Jefecito ¿Cuánto tiempo lleva ahí parado? -.
-No los estaba espiando, si a eso te refieres, venia bajando las escaleras nada más-.
-Oh, ok ... - suspiró, solo sería incómodo si él lo hacía incómodo ¿Verdad? - ¿Necesita algo? - le sonrió.
-Que vayas a trabajar, se hace tarde- lo miró- Y cuando ella vuelva, le haremos una entrevista como corresponde-.
-Si, por supuesto -asintió, sacó la tablet donde tenía su itinerario y avanzó camino al laboratorio, Black Hat lo siguió- Tenemos muchos pedidos hoy, también toca hacer las pruebas para los nuevos hatbots, aún son un prototipo, pero creo que estará contento con los resultados-.
-¿Hiciste lo que te pedí?-.
-Si, creo que debería dar resultado- asintió- Eso o van a explotar- bromeó.
-No sería novedad- le sonrió, aliviado de que le hablara con normalidad-Nos veremos luego entonces, tengo una montaña de papeles para firmar- tomó el camino hacia su oficina y Flug tomó el suyo hacia su laboratorio.
El demonio se encerró en su oficina, el peso de todo lo sucedido cayendo sobre sus hombros, la voz susurrante de su mente atormentandolo.
¿Qué hiciste? ¿Realmente piensas dejarlo ir? Si se lo permites, ya nunca volverás a verlo, solo soporta tu presencia por obligación.
Los viste besarse ¿No te gustaría estar en su lugar? Si la posees o la reemplazas él te dará todo eso que quieres ¿No sería patético? ¿No es patético que esa sea la única forma en que puedas ser amado por él?
No eres adecuado para él.
Ahí estaba el sentimiento que más odiaba, el sentirse inadecuado, no era lo suficientemente bueno para Flug, no podía darle nada de lo que los mortales consideraban parte de una vida feliz, con él nunca habría matrimonio ni hijos ni momentos simples y dichosos. Pero esa mujer podía darle todo eso y más, porque podía amar y ser amada con normalidad, ella no era una criatura que corrompía todo lo que tocaba, ella no tenía un corazón que solo tenía espacio para uno.
Se sentó ante su escritorio y siguió con su día como siempre, resignado a todo, nunca antes había renunciado a algo, desde que había comenzado a existir siempre obtenía lo que quería, cosas, personas, mundos enteros, pero Flug era inalcanzable.
Habían cosas que no estaban destinadas a ser.
En la tarde Venus volvió a la mansión para su entrevista de trabajo, una mera formalidad, Black Hat ya se había decidido a contratarla, en parte por darle gusto a Flug y por otra porque hacía tiempo que quería contratar a alguien que ayudara a su doctor con su trabajo.
Flug no podía estar más feliz y eso le alegraba, cuando lo vio sonreírle y agradecerle, Black Hat tuvo la esperanza de que al menos las cosas podían estar bien entre ellos, quizás no había arruinado su relación del todo con su terquedad y malos tratos.
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