miércoles, 29 de noviembre de 2023

Love Me, That Way Cap 11: Perfume





Cecilia era un caso peculiar. Quizás no tenía la mejor...Actitud, para ser una heroína. 


Era ambiciosa, manipuladora y astuta. Tenía un gran ego y un deseo enfermizo por recibir atención y halagos. 


Quizás era esto último lo que la había hecho escoger el “lado de los buenos”, porque allí había fans, mercancía con su cara, fieles seguidores que la adoraban como a una diosa. 


Frente a las cámaras y en el escenario ella era un ángel, dulce y carismática. 


Los que tienen el infortunio de trabajar para ella sabían que era toda una diva, imposible de complacer, de gustos extravagantes e infinitos caprichos. 


La luz del reflector debía ser solo suya, así que trabajaba sola, incluso durante los conciertos y en los videos musicales, sus bailarines quedaban bien al fondo, donde apenas se notaran, simple decoración. 


Era innegable su talento, tanto como cantante como como heroína. Era carismática y encantadora, cuerpo y voz seductores, una actitud vivaz. 


Tenía fans al montón...Al menos por el momento. 


Porque ya hacía un tiempo que el público estaba infeliz. Esa organización que era un secreto a voces, Black Hat Organization, y sus villanos, hacían la vida peligrosa y difícil y gente como Cecilia, Miss Fame, tan ocupada en su estrellato, no estaban haciendo su trabajo como era debido. 


Además, Cecilia ya iba a cumplir los 30.


PEACE consideró que, tal vez, lo mejor era un cambio de imagen, algo que agradara a la juventud, algo fresco y más humilde que esa “Chica Material”.


Pero, obviamente, de eso aun no le habían informado. La dejarían tener su cumpleaños, su fiesta de excesos y frivolidad y, entonces le darían la finalización de su contrato y una buena mordaza legal para que no hablara demás. 


Simplemente no querían escándalos, ya suficientes tenían. 


Miss Fame era peculiar entre héroes. No tenía el típico poder de super fuerza, la habilidad de volar o de tirar rayos láser por los ojos. 


En cambio su único superpoder era la habilidad de transformar líquidos en vapor. Suena inutil ¿No es así? Pero Cecilia le sacaba ventaja. 


Había entrenado bien su cuerpo y PEACE la proveía de una colección de productos bastante especiales. 


Perfumes. 


De diferentes colores y fragancias, Miss Fame cargaba estos perfumes con ella y, cuando era necesario, transformaba esos líquidos en vapor con el cual atacaba a sus enemigos. 


Tenía diferentes utilidades, pero la realidad era que su mayor arma era su astucia y sus encantos. 


La gente se confiaba con ella, porque la veían tan rosada, femenina y...Débil.


Incluso con sus años de fama, los villanos seguían confiandose de su supuesta debilidad y, entonces, caían en su trampa. 


Sus fans no eran muy diferentes ¡Oh como la adoraban! A pesar de que toda su persona era pura fabricación, cuidadosamente creada para apelar a las masas. 


Era cierto que su popularidad había disminuido en tiempos recientes, pero tenía ideas nuevas que le presentaría a PEACE, quizás después de su cumpleaños.


Por el momento quería divertirse, no podía mentir y decir que no se preocupaba, sentía algo cerniéndose sobre ella como una nube de tormenta, solo esperaba que fuesen ideas suyas y nada más. 


Quizás el público tenía razón en verla superficial y vacía, después de todo por la justicia ella se preocupaba poco. 


Su verdadera pasión eran la fama y el dinero. 


Amar solo amaba sus bienes materiales.


Proteger solo protegía lo que era suyo, lo que era conveniente y lo que la hacía ver bien. 


Material girl


Si, era muy apropiado. 


Fama y dinero ¿Qué más podía querer? 


¿Atención? Si, si, la atención era su droga, su vicio. Ese era todo el amor que necesitaba, toda su compañía. 


En sus ambiciones era, secretamente incluso para ella, solitaria.


No tenía amigos, los amantes duraban poco.


Pero no le importaba. Sus fans la amaban ¿No es así? 


Quizás Cecilia era miserable, pero de eso ella aun no se daba cuenta. 


Su felicidad era un castillo de cartas. Ella, la reina de corazones, se encontró con su castillo desmoronándose...


Tras su fiesta de cumpleaños, rodeada de fans, de “amor” y de excesos... 


¡Nada! ¡La habían dejado sin nada! ¡Su nombre! ¡Su fama! ¡Ella! ¡Miss Fame ya no existía! 


Forzaron su mano a firmar ese condenado contrato, no podía reclamar, no podia hablar en su contra si manchar su propia imagen.


Pero...¿Cuál imagen? ¡¿Cuál imagen, si querían obligar a desaparecer por completo?!

Ya no tenía permitido llamarse a sí misma Miss Fame, ya no tenía permitido usar su música ni sus perfumes.


¡Ya no era nada ni nadie!


¡Querían regalarle su fama a otra! ¡Querían reemplazar su rostro por...Por esa condenada chica de gelatina! 


Cecilia no podía sentirse más devastada y humillada, en un parpadeo todo su mundo se había ido al carajo. 


Y sus fans no sabrían nada porque, simplemente, PEACE la forzaría a caer en la oscuridad y el olvido. 


¡El olvido! ¡Oh, cómo la aterraba! 


Ya nadie hablaría de ella, ya nadie recordaría su voz y su rostro. 


¡Ya nadie le daría atención! 


Cecilia, por unos días, desprovista de su traje de heroína y su rosado maquillaje, cayó en un espiral vicioso. 


Solo quería embriagarse y dejar de pensar. Nadie la reconocía sin la mascara de todas formas. 


El streaming de su cumpleaños seguía repitiendo en los medios, mencionando lo feliz que se veía, pero como también era tan anticuado aquello, las estrellas pop estaban pasadas de moda, lo de ahora eran influencers, twitch streamers, youtubers... 


“Bueno, la mujer tiene 30 años, es un poco vieja ¿No creen?” dijo alguien en la tele, entre risas. 


Cecilla gruñó, apretando el vaso que tenía en su mano, deseaba lanzarlo a la pantalla, pero se contuvo. 


Llevaba un rato bebiendo licores rosados, porque incluso en ese momento sentía que debía mantenerse en su marca, y sus pensamientos se hacían cada vez más difusos y erráticos.


Hasta que lo vio. 


Ese hombre flacucho con una bolsa en la cabeza. 


Si... Lo recordaba bien. 


De aquellos tiempos más simples en la Uni, cuando aún era una don nadie...Justo como ahora. 


Lo recordaba bien en efecto, un nerd de ideas peligrosas y toda una bestia en la cama. 


Cecilia sonrió, se le ocurrió algo decididamente decadente y malévolo. Siempre había tenido mente para el crimen a decir verdad. 


-¿Me invitas un trago? Guapo-le dijo, acercándose con movimientos seductores, hablando con un tono sensual y coqueto. 


Flug la miró un instante, la reconoció de inmediato. Incluso sabiendo quien era y que, más que seguro, aquello era mala idea, su belleza y su aroma dulce le resultaban demasiado tentadores.


-Cecilia-sonrió-Te invito lo que quieras-. 


La chica rió, ocultando su sorpresa de ser reconocida tan fácilmente. 


-Ha pasado tiempo, Kenny-se sentó a su lado.

-Yeah, bastante...-.


Hubo un momento de silencio en lo que ordenaban tragos y estos llegaban a sus manos. 


-¿Cómo has estado? ¿Te casaste con esa chica con la que salías en la Uni?-.


Flug no la miró, en cambio se bebió su licor de un solo trago. 


-Si, pero enviude-dijo secamente-No quiero hablar de ello-.

-Oh, lo siento...-Cecilia le sonrió con falsa compasión, no era que a ella le interesara en lo absoluto el hablar de ello.

-¿Y tú qué? Cecilia...O más bien, Miss Fame, parece que has sido afortunada-.

-Oh, pues me despidieron, así que ahora soy solo Cecilia-.


Flug hizo un ruido extraño, como un cerdito, claramente intentando no reír.

Cecilia, extrañamente sincera, entendió el chiste del asunto y rió también. 


-Tenemos muy poco tacto, Kenny-.

-Somos terribles-asintió, permitiéndose reir. 


Flug se encontró envuelto en sus encantos, en su perfume empalagoso, en su piel suave y sus palabras falsas pero reconfortantes. 


Era extraño, se le daba por pensar, porque Cecilia nunca había sido su tipo. Era demasiado vanidosa, demasiado superficial, sin embargo ni ahora, ni en aquellos tiempos de universidad, se le había podido resistir. 


Era como un mal vicio, como un licor amargo o un cigarro, dejaba mal sabor en la boca, pero cumplía su propósito. 


En todo caso eran compatibles en la cama y con eso le bastaba. 


Más que el licor, era el sexo lo que realmente nublaba su mente y entumia sus sentidos, lo que realmente le permitia dejar de pensar en ella... Y en él. 


¡Oh, cómo deseaba dejar de pensar en él!


Pensar en Venus estaba bien, era su difunta esposa, la madre de sus hijos, su amada Venus. 


Pero él... Black Hat ¡¿Por que debía inundar sus pensamientos?! 


Anhelaba su cuerpo, su piel de serpiente, su carne exquisita. Añoraba su amor, deseaba hacerle daño. 


El demonio provocaba remolinos oscuros en su corazón, era insoportable. 


Pero en la cama, con Cecilia, no pensaba en nada. Ni siquiera pensaba en ella, ni pensaba en sí mismo, sólo en los placeres carnales. 


Cecilia le hablaba dulzuras al oído y Flug, ahí débil de voluntad, nada más asentía. 

La chica le pedía cosas, tonterías en su opinión, y aceptó ayudarla nada más para seguir con aquello, era un simple arreglo.


Él la ayudaba con sus problemas y ella le seguia dando sexo y afecto. 


Cecilia lo envolvió en su red con maestría, se las arregló para ser el centro de su atención, Flug ya no buscaba a nadie más para pasar sus noches que no fuese ella, cada momento libre era solo para Cecilia.


-¿Otra vez ella? Flug, normalmente tienes cosas de una noche, pero ya llevas con ella como un mes, incluso la ves en tus horas libres, no solo en el club-le dijo Shisui cuando regresaban a la mansión, usandose el uno al otro de apoyo.

-No te entrometas-le replicó.

-Flug...-.

-Shisui, te aprecio, pero eres un entrometido insufrible-. 


El pelinegro resopló y lo soltó, molesto de que se pusiera a la defensiva tan fácilmente. 


-Tengo mis razones, es una ex heroína ¿No es así? ¿No es tu enemiga acaso?-.

-No...-negó-Ella está en contra de PEACE tanto como nosotros, tal vez no es villana, pero no es heroína tampoco-la defendió, apenas creyéndose a sí mismo. 

-Flug, es que...-.

-¡Déjame en paz! ¡¿Te crees que no lo se?!-le gritó, empujándolo-¡¿Te crees que no se que quieres que me junte con Black Hat?!-. 


Shisui lo miro con dolor, pero lo disimulo de inmediato y nego. 


-No voy a forzarte a ello, me preocupo por ti nada más ¿No somos amigos acaso?-le sonrió.

-No lo sé, nunca sé qué pensar de ti-le espetó cruelmente y aceleró el paso, dejándolo solo. 


Flug se sabía cruel, pero había sido bastante sincero. No sabia que pensar de Shisui. 

Era un sujeto excéntrico, hedonista, irremediablemente entrometido y sabelotodo. 

Pero también era generoso, amable, cariñoso...Ciertamente no parecía un villano. Eso hasta que se lo veía trabajar y performar sus rituales y brujerías. 


A Flug su dualidad lo confundía, incluso su ropa y su forma de ser hacían un extraño contraste. Por fuera era un lúgubre gótico, con un estilo andrógino que nunca dejaba ver a simple vista si era un hombre o una mujer, pero en vez de tener un carácter serio y el ceño fruncido, era vivaz y sonriente. 


Flug tenía suficientes confusiones con las que lidiar y, aunque en verdad lo apreciaba, no tenía espacio para Shisui en ese momento. 


Mucho menos ahora, que Cecilia lo tenía tan sujeto, como una droga. 


Cuando entró a la mansión se encontró con Black Hat, uno de sus hijos en brazos, quejándose levemente. 


-Doctor~-le sonrió con claro cansancio.

-Jefecito-suspiró-¿Pasa algo?-se acercó a él y miró a su bebé, Misantropía, le apartó los cabellos blancos del rostro con gentileza.

-No, solo es muy inquieto, su hermana duerme como un tronco, pero él nunca está tranquilo-. 

-Ya veo...-.


¿Cuántos meses tenían sus hijos? No estaba del todo seguro, ahora que lo pensaba, apenas si pasaba tiempo con ellos, no los conocía... 


Eres un padre horrible, de tal palo tal astilla...


-¿Qué tal si intentas calmarlo? E intentado de todo, me quedé sin ideas-Black Hat le sonrió de nuevo, una de esas sonrisas que no llegaban a brillar en los ojos. 


Aww ¿Está cansado? Jefecito, tal vez si no me diera tanto trabajo, tal vez si no me explotara constantemente, es lo mínimo que puede hacer, se merece la falta de sueño y el estrés, se lo merece tanto como yo...



-E...Estoy ocupado-negó, dando un paso hacia atrás-N-Necesito volver al t-trabajo de inmediato, estas fechas son muy ocupadas, ya s-sabe...-se fue de ahí rápidamente, aún murmurando excusas entre tartamudeos. 


Black Hat suspiró y sostuvo a su bebé contra su pecho. Odiaba no ser cálido, no era precisamente fuente de consuelo.


-No odies a tu padre-le susurro con ternura-Es mi culpa que sea como es, nunca debía acercarme a él, no debería estar cerca de ti, corrompo todo lo que toco-lanzó otro suspiro, entrecortado, como un sollozo-Vamos con tu hermana, a ver si duermes un rato antes de la hora del desayuno-. 


La habitación que habían armado para los bebés era, seguramente, lo más colorido en la mansión. 

Todo era suave y de colores pastel, el olor y la temperatura eran agradables, Black Hat se encargaba de que todo estuviese siempre a la perfección. 


Dejo a Misa junto a su hermanita, quien lo miraba con grandes ojos.


-¿Tú también estás despierta?-sonrió-¿Quieren que les cante?-.


Los bebés les balbucearon en algo que parecía una afirmación. Black Hat sospechaba que eran mucho más inteligentes que un par de bebés normales, quizás eran los genes de no muerto o, con más seguridad, habían heredado el intelecto de Flug y estaba manifestándose tempranamente. 


El demonio chasqueó los dedos y comenzó a sonar una melodía a bajo volumen. Le gustaba cantarles, los demonios, por naturaleza, tenían voces hermosas, aunque no pareciera con su voz tan grave y rasposa cuando hablaba. 

Lo que si, Black Hat no sabía nada de canciones de cuna, así que cantaba lo que...Bueno, lo que le dictara su corazón. 


Y era siempre la misma canción de amargo despecho. 


Guess mine is not the first heart broken

My eyes are not the first to cry

I'm not the first to know

There's just no getting over you


I know I'm just a fool who's willing

To sit around and wait for you

But baby, can't you see there's nothing else for me to do?

I'm hopelessly devoted to you


But now there's nowhere to hide

Since you pushed my love aside

I'm out of my head

Hopelessly devoted to you


Hopelessly devoted to you

Hopelessly devoted to you


My head is sayin', "Fool, forget him"

My heart is sayin', "Don't let go

Hold on to the end", that's what I intend to do

I'm hopelessly devoted to you


But now there's no way to hide

Since you pushed my love aside

I'm outta my head

Hopelessly devoted to you


Hopelessly devoted to you

Hopelessly devoted to you


Cuando terminó, los bebés dormían, no pudo evitar reír al verlos.


Parece que les gusta verme sufrir, para de Imps-les dejo un beso frío en la frente y salio de ahi con cautela de no despertarlos. 



Y así las cosas continuaron su marcha.


Black Hat ahogado en su despecho, en su amor doliente, en su devoción por él por sus hijos y en las botellas de alcohol que usaba para dejar de pensar.


Flug cada vez más envuelto en las manos de ella, en sus palabras dulces, en su aroma a tentación y veneno, sin pensarlo, drogado en un falso amor, creó para ella algo peligroso. 


Y después estaba Shisui, quien los amaba a todos incondicionalmente, quien luchaba contra sus propios demonios, intentando mantener todo en orden...Hasta donde podía eso era...


No podía interferir mucho, pero...


Pero es que eso le preocupaba.


Esa mujer siempre había estado por todos lados gracias a PEACE, pero ahora, con un cambio de nombre e imagen, era más popular que nunca. 


Shisui de tecnología no entendía mucho, pero había aprendido a usar las redes sociales. 


Esa mujer era muy popular en el tal “Instagram” y algunos otros sitios, se había hecho toda una imagen nueva, más alcanzable, muy lejos de la estrella del pop, pero aun así había dejado espacio para la idealización y la admiración ciega.


Como una diosa. 


Shisui tenía un mal presentimiento, algo le picaba debajo de la piel por alguna razón. 



Miss Heed 


Así era como se hacía llamar ahora, la influencer, la niña mimada de las redes. 


Trabajaba sola, sin la ayuda de PEACE, al parecer solo interesada en ganar seguidores y combatir el crimen de forma mucho más directa y agresiva de lo que PEACE nunca le había permitido. 


Eso era un problema para BHO, pero no era eso lo que le preocupaba, había algo en esas fotos de villanos capturados, o rehabilitados como Miss Heed decía, algo en sus ojos... 


Pero no podía ser ¿Cómo sería siquiera posible al menos que...?


¡NO! ¡No quería siquiera pensar en ello! ¡No podía ser!


Shisui entró a la oficina, donde Black Hat firmaba papeles con cara de mal genio, más de lo usual. 


Habían perdido colegas y afiliados esos meses, todo por culpa de esa “nueva” heroína. 


-Black Hat, tenemos que hablar-dijo con tono serio, algo raro en él. 


El demonio lo miró, extrañado por su tono y, simplemente, asintió.