Nada mejor para una noche fría y tormentosa que acurrucarte en el sofá con una copa de vino y tu doctor favorito hablando sin cesar de un show sobre aviones. No importa que dicho show no te interesa, porque él te sostiene mientras habla y puedes oír su corazón latir, su respiración, ahí vivo contigo por muchos años más.
Nada mejor para una noche fría y tormentosa que acurrucarte con tu demonio favorito, que solo te deja hablar mientras te mira con adoración en aquel ojo felino. Tú sabes que un día ya no vas a estar, nadie va a ocupar tu lugar en el sofá, nadie va a sostenerlo para compartir su calidez, así que mientras tanto solo queda fingir que no te preocupa tu mortalidad, que solo hay felicidad y shows sobre aviones que te gustan demasiado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario