lunes, 2 de enero de 2023

PaperPunk Cap 1: The Punk



Shisui le dio una última bocanada al cigarrillo, lo tiró al suelo y lo pisó con impaciencia, aquella espera era cosa de todas las mañanas. 


-Con lo fácil que sería invitarle un café-.

-Callate-.

-En cambio prefieres acecharlo, como un pervertido-.

-Que te calles-. 


El chicó a su lado le gruñó y le dio un golpe en el brazo sin apartar su vista de la casa enfrente de ellos, permanecían fuera de vista, ocultos tras un grupo de árboles. 

Era un par curioso, Shisui un androgino joven gotico, femenino en su forma de vestir, el otro un demonio de aspecto inhumano, vestía como un punk, su ropa con extraños detalles, dientes y ojos que, si se prestaba atencion, de vez en cuando se movían por su cuenta. 

Black Hat le llamaban, cosa obvia, llevaba un alto sombrero de copa, decorado de púas y otros pequeños trozos de metal.


Se notaba, a simple vista, que eran un par de delincuentes. Tenían ese porte intimidante y esa actitud de querer pasarle al mundo por encima, se vestían de forma poco convencional, para ser rebeldes y llamar la atención, pero al mismo tiempo eran precavidos, porque no querían a nadie indeseado en sus asuntos. 


Pero en ese momento solo esperaban a que alguien especial saliera de su casa. 


-De verdad, con toda tu actitud y no puedes decirle “Te invito al cine el viernes a las siete, te paso a buscar”-dijo Shisui con burla, imitando la voz del otro. 


Black Hat le bufó como gato enfadado, pero no le contesto, a quien esperaba salió por fin. 


-Flug~-. 


Era un chico un año mayor, un muchachito escuálido que cubría su rostro con una bolsa de papel, siempre iba encorvado por ahí, leyendo o metido en sus propios asuntos. Así, a simple vista, no tenía mucho chiste, pero a Black Hat lo volvía loco. Cada vez que lo veía sentía mariposas en el estómago y, a decir verdad, era completamente incapaz de hablarle de frente. 


-Eres patético, Black Hat-Shisui suspiró.

-Silencio...-.


Observó al objeto de sus afectos caminar por la vereda, se notaba como la mochila llena de libros le pesaba, se detuvo ante una casa a pocos metros de la suya, tocó el timbre y al poco rato salió una chica de largo pelo verde. 


-Oye, Shisui ¿Que tipo de relación dirías que tienen esos dos?-. 


Shisui era muy bueno leyendo a otros, así que miró al par caminar juntos, atentó. La chica en cuestión, una tal Demencia, se había mudado hacía poco al vecindario de Flug y desde entonces iban juntos todos los días a la escuela, ella era bastante menor que él. Flug estaba por graduarse y ella recién empezaba. 


-Son amigos, es bastante fraternal diría yo-suspiró-¿Por qué? No estarás celoso ¿O si?-.

-No es eso- negó-He oído hablar de ella, dicen que es muy fuerte, podría sernos útil, ya sabes- dijo como restándole importancia. 

-Aja, yo creo que más bien quieres acercarte a ella primero, porque es amiga de tu nerd y quieres usarla como excusa para andar cerca suyo-. 


Black Hat nada más rodó su único ojo, el otro inexistente era cubierto por un monóculo espejado. Odiaba a Shisui y su intuición. Era verdad, era justamente lo que quería hacer. 


Los miró avanzar un poco más y lo siguió, Shisui detrás suyo. 


Black Hat no sabía porque no podía simplemente...Hablarle. 


Los siguió con disimulo, acechandolos, era silencioso y discreto como un gato. Flug rara vez lo notaba y, si lo hacía, posiblemente lo consideraba una simple casualidad. 

Shisui en cambio tenía otras ideas. 


-Flug, buenos días- se le acercó alegremente, zapatitos de tacón alto resonando contra el asfalto.

-Ah, buenos días-contestó el chico, mirándolo con sorpresa y algo que parecía fastidio. 

-Y tú eres... ¿Demencia? ¿Verdad?-la saludó también. 


La chica lo miró de arriba a abajo, juzgandolo, parecía que le agradaba lo suficiente porque sonrío. 


-Esa misma ¿Y tu quien eres? ¿Es tu amigo? Nerd-miró a Flug con duda.

-No...Somos conocidos-Flug suspiró, no le gustaba eso, si Shisui andaba por ahí, entonces el otro sujeto también-Shisui ¿Que quieres?-.


Shisui iba a contestar, pero Black Hat consideró oportuno aparecer, caminó hacia ellos con firmeza, aunque en realidad le temblaban las piernas, pero sabía disimularlo. 


-De hecho, queríamos hablar contigo, querida~- Black Hat le sonrió a Demencia con galanura y le entregó una tarjeta-Llamanos cuando lo consideres oportuno-. 


La peliverde miró la tarjeta y luego al demonio ante ella ¡Qué hombre más guapo! No solo eso, había oído hablar de él, Black Hat ¿No es así? Y ese grupo que llevaba con el otro sujeto a su lado. 


-Con gusto, guapo~-le sonrió alegremente. 


Black Hat nada más asintió y se marchó, ignorando a Flug por completo. 


-Oye, Shisui ¿Es que tiene algún problema conmigo o que?-. 

-Es solo su forma de ser, Flug-negó, no podía dejar a su amigo en evidencia, por mucho que lo tentaba la idea-Llamanos, Dem, tenemos cosas que ofrecer y creo que encajaras bien-.


Flug y Demencia lo vieron marchar a él también, la chica temblaba en su sitió.


-No lo estarás considerando ¿O si?-preguntó, preocupado por su amiga.

-¿Por qué no?-.

-Suena peligroso-.

-Se como defenderme-le dio un golpe fuerte en el brazo-No te preocupes, además...-suspiró con anhelo-Es tan guapo~-.

Flug prácticamente podía ver los corazones emergiendo de la chica, rodó los ojos con fastidio. 


-Para gustos colores-. 

-¿No te gusta? ¿O es que prefieres al otro? 

-¿Shisui?-rió-No, él tampoco, quiero decir no estoy ciego, son atractivos los dos, solo prefiero evadir bullys ¿Sabes?-.

-¿Y qué hay de mí entonces?-Demencia retomó sus pasos, faltaban unos metros para llegar al colegio. 

-Ay, te conozco desde que estabas enana-la miró con cariño-Es diferente-. 


Caminaron el resto del camino en silencio, cada quien con sus ideas, y se separaron al llegar al establecimiento. 


Flug se tomó unos momentos antes de entrar a clases, ese lugar era un infierno para él, no era precisamente popular y los bullys gustaban de usarlo como bolsa de boxeo, pero más que nada era Black Hat quien le molestaba ¿Es que acaso lo odiaba? ¿Le había hecho algo? Flug no podía figurar que podía ser, pero el demonio se dividía entre ignorar por completo su existencia, lo cual era bueno pero lo hacía sentir extrañamente despreciado o, en cambio, desidia que era buena idea meterse con él. 


Lo acorralaba en los pasillos y, siempre sin decir nada, gustaba de intimidarlo y asustarlo hasta dejarlo temblando en el suelo. Flug se sobresaltaba con facilidad y la presencia intimidante del demonio era demasiado para él. 


Y parecía que ese era uno de esos días, los pasillos se pusieron más oscuros y helados de repente, Flug se estremeció con un escalofrío que le recorrió todo el cuerpo. Se oía el suave siseo de una serpiente, ante él la alta y delgada figura. 


Black Hat lo miraba fijamente, intensamente. Alto e intimidante sobre él, directo a los ojos, como si quisiera robarle el alma a través de la mirada. 


Flug se quedó ahí, paralizado, gimió levemente en puro pavor. 


-¿Q-qué es lo que quiere?-se atrevió a decir, estúpidamente hablandole con respeto, como si el otro chico no fuese menor que él, pero como siempre el demonio se mantuvo en silencio-S-si cree que voy a i-interferir con lo q-que sea que q-quiere de D-Dem entonce s-se equivoca, e-es desicion de e-ella-. 


Black Hat frunció el ceño, claramente molesto, y se esfumó. Los pasillos volvieron a la normalidad y Flug fue capaz de respirar de nuevo. 

Flug obviamente no lo sabía, pero el demonio se portaba como un niño ante su primer crush, no sabía cómo lidiar con ello en lo absoluto, así que recurría a molestarlo. 

Si solo Flug supiera lo mucho que al otro le costaba acercarse y hablarle, si supiera cómo le temblaban las piernas, se le aceleraba el corazon y sentia un enjambre de mariposas en el estómago cada vez que estaba cerca, si supiera todo eso, quizás no lo odiaría tanto como lo odiaba en ese momento. 


Flug sacudió la cabeza, podía sentir su corazón latir en sus oídos, respiró hondo, intentando relajarse, y entró al salón de clases. Al menos ahí dentro no tendría que ver a Black Hat. 


Incluso si Black Hat y Flug fuesen al mismo año y salon, no se verían. El demonio y su acompañante solo iban a la escuela a causar problemas y a invitar gente al pequeño pero prolífico bar clandestino que tenían en alguna parte de la ciudad. 

Era un secreto a voces, un bar que solo podía encontrarse con invitación, al que solo iban delincuentes y gente de vicios peculiares. 


The Top Hat Bar


El bar era comandado por Black Hat, Shisui su segundo al mando. Tenían una pandilla y una banda de rock. 


PaperPunk. 


¡Vaya nombres más extraños! Si preguntaban el porque, nadie sabía, solo era y sonaban bien, con eso a los chicos les bastaba, un buen nombre fácil de recordar, eso traía clientes y reclutas. 


Los dos siempre se juntaban en el patio trasero de la escuela, bajo un árbol frondoso, increíblemente viejo, su corteza cubierta de inscripciones. 

-Pobrecillo...-Shisui acarició el árbol-Le duele ¿Sabes?-dijo, mirando al otro con reproche.

-No me interesa...-Black Hat, usando una navaja, tallaba algo en un espacio libre del tronco. 

-¿Qué haras si un día Flug viene aquí y ve que has escrito eso como una docena de veces?-. 


BH+FLUG 


Rodeado de un corazón. El demonio sabía que estaba siendo cursi, pero no le importaba, nadie iba ahí excepto ellos, se había encargado de que así fuese. 

Terminó de tallar aquello y resopló con fastidio, estaba enfadado con Flug y consigo mismo, no entendía porque simplemente no podía hablar, incluso si lo hacía, sospechaba que el chico no quería tener nada que ver con él. Se lo tenía bien merecido, si era sincero consigo mismo. 


-Me odia-.

-Y él, por su parte, piensa que lo odias de regreso, Blacky querido-le contestó con burla. 

-No me digas así-le bufó felinamente-Y ya lo se, es mi culpa, no me digas lo que ya sé-. 

-¿Estás seguro de lo que quieres hacer?-.

-Si a esa mocosa le agrado, entonces tal vez termine agradándole a Flug también-se encogió de hombros.

-Estás jugando con fuego...-Shisui encendió un cigarrillo y fumó un poco antes de continuar-A ella le gustas, ellos dos son buenos amigos, podría terminar haciendo todo innecesariamente complicado-.

-Ella no me interesa, se lo dejaré en claro y ya-. 

-Black Hat...-suspiró-Como quieras-negó, lo quería mucho, pero lidiar con su terquedad era agotador. 

-Cambiemos de tema ¿Terminaste con lo que te encargue?-.

-Tengo la mercancia-asintió-Y ya repare el parlante que se rompió-iba contando con los dedos-Y reparti todas las invitaciones para el fin de semana, pero aún tenemos un par cupos extra si se necesita, y la reunión de negocios está en tu agenda, como te señalé hoy temprano-.

-Bien-suspiró-Está todo en orden entonces-. 

-Black Hat ¿Que piensas hacer cuando Flug se gradue en un par de meses más?-preguntó, cruzándose de brazos.

-¿Eso a que viene?-.

-Viene a que te gusta mucho nuestro negocio y eres bueno en ello ¿Qué vas a hacer? ¿Vas a dejar todo atrás para seguirlo a la Universidad?-.


Black Hat lo miró largamente, sopesando sus opciones.


-Haré que se quede conmigo-concluyó, muy seguro de ello. 


Así que ese era el plan. Black Hat, ambicioso como era, lo quería todo. Sus negocios clandestinos, su éxito musical, su reputación como pandillero y temible criatura de oscuridad, el corazón de alguien a quien no podía evitar atormentar. 

Haría que Flug lo amara y se quedara con él en esa ciudad que, poco a poco, le iba perteneciendo. Lo quería gobernando a su lado, quería para él su amor, su intelecto, sus ideas y todo su tiempo y dedicación. 


¡Pero no podía hablarle! 


Cuando lo tenía cerca se sentía en las nubes, no podía pensar, así que terminaba siendo agresivo con él, como un animal acorralado que no tiene de otra más que mostrar los colmillos y sacar las garras. 

Así que se colaría en su vida de a poco, haría amistades con sus amistades, además era cierto que Demencia podía resultar útil, nunca sobraba algo de musculo en aquel ambiente en el que se movían. 


Shisui tiró la colilla del cigarrillo cerca de una de las botas de Black Hat, decorada con colmillos, la bota abrió la boca, sacó una larga y viscosa lengua y se trago la basura ante ella con un leve ¡Gulp!


-Mimics, que maravilla-rió.

-Me costó mucho que aprendieran a comportarse-rió también, moviendo los pies de un lado a otro. 


Black Hat estaba muy orgulloso de su peculiar sentido de la moda, el estilo punk, la chaqueta de cuero, los pantalones rasgados y bien ajustados, las botas de caña alta, todo eso decorado de ojos y dientes. Lo más destacable, el sombrero de copa, casi parecía fuera de lugar, demasiado elegante, pero lo complementaba a la perfección. 

Pero no era solo ropa, era algo práctico, había entre el cuero y la tela cosas vivas, protecciones, pares extras de ojos que le cuidaban la espalda, dientes que provocaban un daño extra cuando golpeaba o pateaba a alguien. 

Solía meterse en pleitos bastante seguido, tenía territorios que defender y, en cierta forma, le gustaba el peligro y le gustaba el dolor, no era como un simple mortal, arriesgándose a morir joven, era más bien lo contrario, iba a vivir demasiado y el dolor y las heridas no importaban, solo sus ambiciones, lo que sea que hiciera la vida más deliciosa y disfrutable. 


Era hedonista y nihilista a la vez. 


Le dio un último toque a su inscripción en el árbol y sonrió, nada haría su vida más deliciosa y disfrutable que su querido Flug. Su dulce, nervioso, inteligente y secretamente malvado Flug. Podía ver ahí, en su corazón, la oscuridad, y lo amaba por ello. 


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