Su escritura es distintiva, con todos sus rizos y lazos, su lenguaje es conciso pero florido.
La mayoría de las entradas son breves, un resumen de lo que hizo en el día, pero hay otras que van un poco más profundo. El día que conoció a Flug, por ejemplo, tres páginas de su apretada letra relatando como el doctor llegó, literalmente, del cielo.
Algunas páginas están llenas de garabatos y pequeños dibujos, no se le da mal dibujar, aunque le falta sutileza a sus trazos de tinta, para nada tan elegantes como su escritura.
Black Hat mantiene este diario guardado bajo la máxima seguridad posible, porque si un día Flug llegara a verlo, el demonio moriría de vergüenza... O lo más cercano a morir al menos.
Entre todas esas letras rizadas y esos dibujos de cosas mundanas, está Flug.
Su nombre rodeado de corazones.
Doctor escrito constantemente como Doctor~.
Dibujos del mismo haciendo las cosas más mundanas, como si Black Hat lo hubiese estado observando con atención durante mucho tiempo. Y lo estuvo ¿No es así? Porque en esos dibujos, faltos de su habitual elegancia, están ocultos los gestos más sutiles de su musa, la forma en que mueve sus manos, su postura, los cambios en su mirada.
Son dibujos toscos porque Black Hat los hizo con pasión antes que su constante necesidad de perfección.
En ese diario está volcado su corazón, sus ideas, sus pasiones y todo el amor y admiración que siente por su esposo.
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