sábado, 25 de febrero de 2023

Cursed Cap 4: The Butler



Los elegantes zapatitos resonaron en la vieja madera del suelo, la larga falda negra goteaba el agua helada de la repentina lluvia. 

El recién llegado a la pequeña taberna del pueblo colgó su abrigo y se sacudió como un perro. 


-Mr Sadamoto, bienvenido-el hombre tras la barra lo saludo.

-Buenas noches, Reginald-Shisui se sentó en uno de los banquitos ante la barra-Llueven perros y gatos allá afuera-bromeó-Sírveme algo de whisky ¿Quieres?-. 


El tal Reginald obedeció sin dejar de observar al otro un instante. Todos sabían que ese niño bonito servía a la bestia de la mansión, el porque era todo un misterio.


-Veo que ha estado en el bosque-comentó, señalando la canasta repleta de hierbas que el otro llevaba. 

-Yeah, ingredientes para pociones-sonrió-Tuve que generar un poco de lluvia, para los hongos y las hierbas tiernas, pero debería volver a nevar en un rato-.

-En verdad es de cuidado ¿No es asi?-.

-¿Lo soy?-sonrió con aparente dulzura.


El hombre tras la barra no dijo nada, era mejor no decir nada. Ese hombre era peligroso, todos lo sabían, custodiaba a la bestia como una loba a su cria. Era mejor no meterse con él, servirle lo que pidiera y mantenerse lejos de sus asuntos. 


-Sirvele otro trago, Reginald, yo pago-.

-Oh, Mr Hot-Shisui lo miró fijo, analizándolo, Shisui tenía una mirada que parecía leer el alma misma-Se lo agradezco, pero ¿Puedo saber el motivo de su cortesía?-.

-Quiero saber como esta Flug-dijo sin más, sentándose a su lado, era sorprendente que el taburete lo soportara. 

-Muy bien, de hecho-le aseguró-Así que puede detener sus intentos de rescate-.

-Preferiría no hacerlo-.

-En verdad le recomiendo dejar de insistir-.

-¿Y si no que?-Black Hot lo sujetó de una muñeca-No se porque lo proteges, pero no quiero imaginar lo que ese sujeto le puede estar haciendo al doctor-.

-Habla mucho para ser un demonio usted también, Hot-Shisui ni se inmuto, le habló con fría calma y no intentó librarse de su agarre-Mi protegido no le está haciendo nada al Dr Flug...-sonrió con malicia-Nada que no quiera, al menos-.


Black Hot lo miró con ira ¡¿Cómo se atrevía a insinuar esas cosas?! ¡Iba a partir a ese brujo como un palillo! 


El musculoso demonio intentó derribar al otro, podía arrancarle los brazos como alas a una mariposa, pero... 


-No juegue conmigo, Mr Hot-Shisui le sonrió-Va a terminar llorando-.


Shisui lo tenía bien sujeto contra el suelo, haciéndole una llave, torciendo un enorme brazo en un ángulo extraño. 


A Black Hot no le quedó de otra que palmear el suelo con su mano libre, señalando que se rendía. 


-No sabe con quien se mete, le recomiendo olvidarse del doctor y buscar a alguien más-le dijo, soltandolo-Incluso puedo buscarle a alguien, si eso desea-.

-Mejor vete-le gruñó, poniéndose de pie y acomodándose el sombrero.


Shisui nada más sonrió, se tomó lo que quedaba de su bebida, le hizo una reverencia y se marchó sin más. 


El lobo dejó detrás suyo tensión e ira, eso lo sabía bien, pero era lo que debía ser y él solo le daba a las cosas un leve empujón.


Cuando estuvo de vuelta en la mansión, se encontró con Flug esperándolo.

-S-Shisui...-.

-Flug ¿Estás bien?-.


El doctor negó, jugando nerviosamente con sus manos.


-Tiene mucha fiebre, estaba bien más temprano, solo adolorido, p-pero fui a ver como estaba hace un m-momento y...-.

-Calma-le palmeó la espalda, intentando tranquilizarlo-Vamos-.


Shisui dejó en el suelo su canasta llena de hierbas y hongos y fue corriendo a la habitación de Black Hat. 


En efecto, tenía fiebre. Tenía las mejillas rojas, se debatía en la cama, aferrándose a las sabanas. 


-Se va a poner feo...-suspiró, acariciandole el rostro, sintiendolo arder.

-Dime en que puedo ayudar-.

-Solo ten cuidado, intenta que no te mate-.

-¿Qué?...-.


Flug no lo entendió en ese momento, pero lo entendió después, cuando esa condenada enfermedad mostró lo peor de sí. 


¡Oh, el horror! ¡El dolor! ¡Las pesadillas! ¡Horror visceral que olía a dulces rosas!


Black Hat gritaba y sus gritos no eran como nada que Flug hubiese escuchado antes, sonaba a agonía y a animales rastreros bufando y sufriendo. 

El demonio se retorcia, arañaba su pecho del cual salían gruesas lianas cubiertas de espinas con rosas floreciendo en lugares al azar. Las lianas se agitaban como tentáculos, rompiendo y golpeando todo a su alcance, intentando expandirse, invadirlo todo, consumir a su huésped. 


-¡Matame! ¡Matame!- rogaba, claramente fuera de sí.


Flug estaba en una esquina, donde las lianas espinosas no podían alcanzarlo, aunque era por muy poco. 

Se sentía inutil, no podía hacer nada más que estar ahí, viéndolo sufrir. 

Sentía su corazón estrujarse, realmente no entendía porque le importaba tanto, porque lo quería de tal forma, pero lo hacía y en ese momento su único deseo era ayudarlo, pero no podía. 


Shisui intentaba contener aquellos tentáculos, acercarse lo suficiente para darle medicina, pero una y otra vez lo sujetaban y lo azotaban contra el suelo, las paredes e incluso el techo. 


-Está más agresivo que de costumbre-tosió, le brotaba sangre de la boca-Ay, ahi fue uno de mis pulmones...-.

-Shisui, tiene que haber algo que pueda hacer-.

-Normalmente puedo acercarme pero, creo que en este caso vamos a tener que cortarlas, no va a ser fácil, son tan duras como su piel y no quiero arriesgarme a quemarlo con cuchillos de plata, estas cosas son básicamente parte de su cuerpo-.


Flug miró la escena, los gritos de Black Hat ahogados por el desesperado latir de su propio corazón. 


-¿Shisui?-.

-¿Si?-.

-Mi dientes, tal vez puedan-rió nerviosamente-Pueden partir acero y...y creo que Black Hat debería poder regenerarse fácilmente de mis mordidas ¿No es así?-.

-Si te atrapan, van a decapitarte, Flug-lo miró con preocupación. 

-Si bueno, eso no va a matarme, no tengo una moneda de plata bajo la lengua ¿Verdad?-. 


Shisui sonrió, admirando el romanticismo de la propuesta y suspiró.


-Bien, inténtalo, abre el camino para mí-. 


Flug sujetó la liana que tenía más cerca, inmediatamente esta se enredó en su mano, clavando las afiladas espinas. El grueso guante amarillo lo protegia apenas, pero realmente no le importaba mucho.

La jaló, a la vez que con su mano libre se apartaba la bolsa del rostro solo lo suficiente, la acercó a su boca y...


¡Chomp!


Sintió el sabor metálico de su propia sangre, pero se alegró al ver como la liana cortada caía al suelo, dejando un trozo límpido en su mano. 


Avanzó con Shisui detrás suyo, mordiendo cada liana a su alcance, lastimándose la lengua, las encías y el interior de las mejillas, pero no le importaba porque Black Hat estaba sufriendo más y lo adoraba demasiado como para no hacer nada al respecto. 


¿Por qué? ¿Por qué esa adoración? ¿Por qué esa devoción? ¿Por qué, si el otro no era bueno con él? ¿Por qué, si ya lo había rechazado y lo seguiría haciendo?


Finalmente estuvieron cerca, las lianas agitándose con furia. 


Shisui vertió una pócima en el pecho abierto del demonio, las plantas se tensaron...


-Ugh...-alcanzó a pronunciar el doctor, justo cuando una de las lianas le envolvía la cabeza, la tenía entre la boca...


La mitad de su cabeza cayó y rodó por el suelo alfombrado y, a los pocos segundos, su cuerpo hizo lo mismo. 


-Que barbaridad-Shisui miró, impasible, como la cabeza de Flug le parpadeaba, seguía vivo por supuesto.


Black Hat no se había enterado de nada, descansaba ahora, las lianas se habían relajado y volvían al interior de su pecho como serpientes derrotadas. 


Era una escena grotesca con la que se encontró horas después, al despertar. Shisui había acomodado su cabeza sobre una bandeja y le había quitado la bolsa empapada en sangre. 


Black Hat se le acercó, gesto serio, y le acarició con ternura los rojos cabellos. Un rojo tan intenso como la sangre que se acumulaba sobre la bandeja. 

Flug lo miraba con tristeza en sus ojos negros, no podia hablar y disculparse por el desastre, no podia moverse y ocultar su fealdad. 

Pero el demonio, silencioso, de hecho lo encontraba hermoso y se sentía agradecido. 


Le beso la coronilla, respiro el aroma dulce de su cabello y murmuró.


-Gracias-. 


Flug llevaba meses sirviendo y cuidandolo, ahora era su turno. 


Con ayuda de Shisui, volvió a juntar la cabeza con el resto del cuerpo. El corte había sido junto entre ambas partes de la mandíbula. El brujo lo cosió con cuidado mientras Black Hat sostenía todo en su sitio. 


Los Nachzehrer eran criaturas peculiares, podían regenerarse y eran difíciles de matar, pero sus heridas siempre dejaban detrás profundas cicatrices. Flug ya tenía las suyas en el rostro, una cicatriz diagonal que, por su aspecto, parecía que la había suturado él mismo. Varias quemaduras y pequeños cortes. Ahora tendría cicatrices a ambos lados de la boca, como una macabra sonrisa permanente. Cerrarían bien, se verían como los puntos de sutura que ya marcaban su rostro. 


Flug lloraba, ahí tendido en su cama, adolorido, odiándose a sí mismo más que nunca. Odiaba su rostro más que a nada, por eso lo ocultaba, ahora lucía peor que antes. 


Black Hat estaba a su lado, sentado en la cama. No sabia que decirle, así que simplemente se recostó, apoyándose en su pecho y ronroneó, como lo haría un gato confortando a su amo enfermo. 


El doctor no pudo evitar sonreír, dolía pero no importaba mucho. Lo rodeó con un solo brazo y cerró los ojos con la vaga esperanza de que todo iba a estar bien. 


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