viernes, 14 de abril de 2023

Love Me, that way Cap 1: Vecinos

 


Las tres casas formaban una U, un callejón sin salida.

Casualmente las ventanas de los cuartos de esos niños daban todas al mismo lugar. 

Flug, un niño pelirrojo y de ojos verdes, no salía mucho, prefería estar en su cuarto estudiando o jugando videojuegos. Normalmente esto no le molestaba, aunque deseaba tener algo mejor que ver a través de su ventana que una pared y, pues, otra ventana. 

Si se asomaba además podía ver un poco de la ciudad de un lado y otra casa, con su ventana, del otro. 

Así que, cuando esa niña tan bonita de cabello gris y lentes gruesos llegó un día, fue realmente feliz, no tardaron en notarse el uno al otro y pronto estaban hablando a través de las ventanas. 

Su amistad floreció rápidamente, siempre comunicándose desde su pequeño espacio, era especial, como si fuese un mundo solo de los dos, un día sin embargo, de sorpresa, se sumó alguien más.

Otro niño se había mudado a la casa de enmedio, aunque Flug no había visto ningún camión de mudanza ni notado vecinos nuevos, además estaba seguro que esa habitación era, de hecho, el ático.


 Aquel niño era un diablillo, literalmente. 


Aun así, siendo niños que no se preocupaban realmente por ese tipo de cosas, el demonio no tardó en ser parte de aquella amistad también.

Flug no podía ser más feliz de tener amigos, notando por primera vez el peso de la soledad, los quería mucho, la linda Venus y el travieso Black Hat. 


-¿Por qué no vienen a mi casa?- los invitó el demonio un día.

-¿Te dejan tus papás?- inquirió Flug- Los míos nunca me dejarian traer nadie a la casa-.

-Los mios tampoco- Venus negó- Mucho menos niños- suspiró.

-Vivo solo- Black Hat contestó con simpleza- Vengan ¿Si? Podemos jugar a algo- sonrió, su boquita llena de dientitos afilados. 

-¿Y cómo esperas que lo hagamos sin que se enteren nuestros padres?- Flug se cruzó de brazos.

-Bueno, parece que podemos alcanzar el balcón ¿No?- Venus sonrió. 

-Exacto- Black Hat asintió.

-Uh ... Bueno- Flug no estaba tan seguro.


Venus lo intentó primero, era solo un pequeño brinco y ...


-Ay, gracias por atraparme, Black Hat- le sonrió con dulzura.

-Ni modo que te dejara caer- pronunció fríamente- Ahora tu, Flug- lo alentó con un gesto. 


Flug suspiro, intentando darse valor y dio el brinco, Black Hat lo atrapó justo a tiempo. 


-Eres muy fuerte ¿No?- le sonrió, cuando ya estuvo en la seguridad del pequeño balcón- Tienes las manos heladas- señaló también, le resultaba curioso con el calor que hacía.

-No soy humano- contestó con simpleza, siendo que era más que obvio. 


Ciertamente era obvio, Black Hat además de tener ese nombre tan peculiar, era un niño con su piel oscura con la textura de las serpientes, un único ojo que recordaba a algo vagamente felino, sin nariz ni orejas, en su boca lucía afilados colmillos y una lengua de reptil. 

Sin embargo era también bastante adorable, al menos a Flug así le parecía. Vestía elegante como un muñequito. 


Entraron al cuarto, como Flug había adivinado, era un ático, la única salida eran unas escaleras cuya apertura estaba en el suelo, o más bien techo, de la casa. 

Era espacioso y fresco allí dentro, un poco lúgubre, pero repleto de todo tipo de juguetes. 


-¿Enserio vives solo?- preguntó Venus, llendo a curiosear a todos lados. 

-Pues si, los demonios no tenemos padres-.

-¿Y no te sientes solo? - Flug andaba curioseando también.


Black Hat nada más se encogió de hombros.


Aquello se volvió rutina, cada dia y cuando se alejaban de la atención de sus padres, Flug y Venus se colaban a aquella casa y pasaban horas jugando con Black Hat, tenía todo tipo de juegos y juguetes, además era la casa perfecta para jugar a las escondidas, era como si la diversión nunca se agotara entre los tres. 

Además se resguardaban del calor del verano y de su no tan buena vida familiar. 


Mientras más tiempo pasaban juntos, más obvio se hizo para Black Hat y Venus que ambos gustaban del pequeño pelirrojo. Aún eran inocentes en ese tipo de cosas, pero entendían más o menos. 

Así que no era raro que Flug se encontrara en medio de los dos, cada uno tomándolo de un brazo, preguntandole por matrimonio en toda la inocencia de sus diez años. 


-Casate conmigo Flugy- Venus le sonrió con dulzura, jalandolo del brazo.

-No, conmigo- Black Hat lo jaló también y bufo ligeramente, como un gatito enfadado.

-No... No se ... - la verdad Flug solo quería salir corriendo en esos momentos ¿Como se suponía que debía elegir?

-Con los dos- Venus sonrió de nuevo, esta vez con picardía. 

-Si, los dos- acordó el demonio, sonriendo también. 


A veces, cuando hacía mucho calor afuera, el fresco de aquella habitación invitaba a dormir. Dormían como una pila de mininos, usándose el uno al otro de almohada, ligeramente desparramados en aquella cama amplia que parecía ser parte del suelo. Era cómodo y acogedor, los tres se sentían seguros. 


-¿Qué harán cuando termine el verano?- preguntó Flug ese día, allí tendido con la vista en el techo, allí arriba había ... Cosas, sombras siniestras que iban y venían. 

-Iré a la escuela aquí cerca- Venus miraba también, en trance. 

-Yo no necesito esas cosas- Black Hat negó- Además no es como que los adultos me van a dejar entrar-. 

-Sería divertido tenerte en clases con nosotros- Flug se giró y lo miró con cariño.

-Hn...- Black Hat lo miro y se sonrojo furiosamente, sus caras estaban muy cerca- Bueno, lo intentare, pero no prometo nada-.


El verano transcurrió maravilloso y lleno de juegos y diversión, la amistad de los tres era un secreto y sus reuniones en la casa del demonio eran como un club clandestino, los únicos miembros ellos tres, aquel ático su casa de reuniones. 

Black Hat en sí era un secreto, era una criatura inusual pero que se sabia existia en aquel mundo, sin embargo no era algo que los adultos vieran con buenos ojos. 

Ciertamente no era una buena influencia, los incitaba a hacer travesuras, desde simples bromas hasta robar caramelos o cosas pequeñas que pudieran meterse en los bolsillos. Era algo a lo que Flug cedía con mucha facilidad, en parte porque ese comportamiento le era natural y por otra porque Black Hat lo intimidaba un poco, no necesariamente de forma intencional o maliciosa, era como funcionaba la relación de ambos, Black Hat exigía algo y Flug lo hacía.


-Es como si fuese tu jefe- opinó Venus, comiendo su helado, ese día los tres habían salido de sus casas y estaban bajo la sombra de un árbol en lo profundo del parque. 

-Es un Jefecito- Flug rió, Black Hat era más bajo que él.

-Ya me pondré más alto que tú, Flug- le sacó la lengua, molesto, que le dijera así lo hacía sonrojar por alguna razón. 


Black Hat se apoyó en el hombro de Flug y comenzó a ronronear, algo que solía hacer, aquella criatura no entendía mucho de sentimientos, sencillamente hacía lo que sea le dictara el instinto, lo que sea que lo hiciera feliz de una forma u otra. 


Flug lo hacía más feliz que nada en el mundo. 


Eso de entrar a la escuela había resultado un poco difícil, por supuesto que los adultos no lo querian ahi, habia otros alumnos que no era precisamente humanos, pero un demonio era algo diferente, eran criaturas nacidas de la nada, sin padres que se ocuparan de ellos y sus travesuras, dejarlos entrar a un establecimiento educativo era invitar problemas. 

Por suerte, siendo no más que un diablillo, Black Hat podía apelar a demonios mayores, luego debería devolver el favor cuando tuviera edad.

Así que encontró alguien que lo patrocinara, su especie siempre tenía dinero de sobra para sobornar a los mortales. 


Las clases no le interesaban en lo absoluto, su especie era naturalmente inteligente, podía leer un libro en segundos si necesitaba aprender algo, sin embargo le gustaba ver el entusiasmo de Flug, era un niño excepcionalmente inteligente y claramente orgulloso de ello.

Venus era también bastante lista, pero no parecía disfrutar tanto de presumir de ello, era curioso porque era un niña muy energética, pero ante los adultos se volvía tranquila y reservada. 


En los recesos aprovechaban para alejarse del resto y buscar algo de paz, Black Hat llamaba demasiado la atención y a Flug no le gustaba estar rodeado de tantas personas, le gustaba estudiar, pero nunca había disfrutado de la compañía de otros niños, los encontraba estúpidos y molestos y, en consecuencia, solía ser el objetivo de los bullys.


-No te preocupes por eso, yo te defenderé- Black Hat le ronroneó, tomándolo del brazo.

-Yo tambien, tengo hermanos mayores, se como lidiar con los chicos-Venus sonrió, tomándolo del otro brazo.

-O-ok ...- la carita inocente de Flug se puso del mismo color de su cabello, se sentía extrañamente afortunado. 


Y estudiaron juntos, jugaron juntos, crecieron juntos. Una amistad cada vez más cercana, sentimientos nuevos surgiendo y otros, que ya estaban ahí desde el principio, solo reforzandose más. 


Flug creció tan ansioso como inteligente, a su mente excepcional la bloqueaba toda su inseguridad y nervios. Era extraño, ser tan orgulloso de su intelecto y tan inseguro sobre todo lo demas, asi que a sus 14 años, cuando noto que Venus le gustaba como algo más que una amiga, no supo qué hacer al respecto, podia dejarlo asi y seguir con esa amistad que lo hacía genuinamente feliz, pero ... La verdad es que la quería mucho ¿Era su primer amor o algo así?


Quizás por tener todas esas ideas e inseguridades en su cabeza era que estaba fallando en algunas materias, la excusa perfecta para la crueldad de sus padres. 

Por suerte Black Hat le ayudaba a estudiar, el demonio sabía mucho de historia, literatura e idiomas. 


-... Eso fue en 1875 no 65, Flug- lo corrigió, mirándolo con fastidio, no era precisamente un profesor paciente. 

-Lo siento- suspiró, mirándolo, Black Hat había crecido bastante en ese tiempo, pero seguía sin pasarlo en estatura- Jefecito- se burló.

-Hn- gruñó y se sonrojo levemente- ¿Qué te tiene tan distraído?-. 

-Uh, bueno...- dudó ¿Podía contarle aquello verdad? Eran amigos después de todo- Es Venus- dijo, mirando a otro lado, rojo como un tomate.

-¿Venus?- alzó una ceja.

-C-creo que me gusta- jugó nerviosamente con sus manos, siempre las tenía heridas por dañarse a sí mismo sin notarlo. 

-Oh... Ok- Black Hat se mordió la lengua, siempre había tenido una rivalidad secreta con Venus, los dos sabían que al otro también le gustaba Flug- ¿Se lo has dicho?-.

-No, claro que no- lo miró, alarmado- No podría-.

-No va a rechazarte- le aseguró con pesadumbre.

-¿Cómo sabes? ¿Por qué estás tan seguro? No podría con el rechazo, Black Hat- se lamentó.

-Ella no te rechazaría por la misma razón que yo no lo haría, Flug- dijo, tomándole una mano. 

-Oh ... -  ¡Ok, no sabia como reaccionar a eso!- Black Hat, yo ...-.

-¿Por qué te sorprende? Ella no era la única que te pedía matrimonio cuando eramos pequeños- le reprochó. 

-Bueno si, pero eran solo juegos ¿Verdad?- le sonrió.

-En parte- apretó su mano, no era bueno con ese tipo de cosas, sentía que su pobre corazón iba a estallar.

-N-no, no se si tengo ese tipo de gustos, Black Hat- liberó su mano.

-Bueno, eso es fácil de averiguar...- se le acercó, claramente enfadado.


Flug quería huir, había visto a ese demonio enojado muchas veces y no quería ser el objetivo de ello, pero se quedó clavado en su silla, tenso y con los ojos cerrados, esperando ser golpeado...

Pero ese golpe nunca llegó, en cambio sintió algo suave y frío contra sus labios, acompañado de un suave ronroneo y un tenue sabor a café. 


¡Ah, Black Hat estaba besándolo! No... no era desagradable en lo absoluto ¿Tal vez si tenía ese tipo de gustos? Ahora que lo pensaba, Black Hat le parecía bastante lindo también. Era solo que, en comparación, Venus le gustaba mucho más, ella era brillante y vivaz, opacaba la lúgubre elegancia del demonio cuando estaban juntos. 


Aun así, con su mente ahogada en deleite y las hormonas de la edad, correspondió a aquel beso. Fue un acto tierno y con un ligero toque de desesperación, se sentía bien y se lamentó internamente cuando terminó. 


-¿Y bien? Flug - le ronroneó, sosteniendole el rostro entre sus manos frías.

-No sé- le sonrió, pícaro- Probemos de nuevo, a ver si me hago una idea-.

-Idiota- rió y, sentandose en sus piernas a horcajadas, volvió a besarlo. 


Aquello se volvió algo regular, se juntaban a estudiar, aunque poco de eso hacían, y terminaban besándose por largos minutos, solo separándose para recuperar el aliento. 


¿Por que si era Venus quién le gustaba estaba haciendo eso con su otro mejor amigo? Flug no estaba muy seguro ni se detenía a pensarlo, era un adolescente inseguro guiado por las hormonas después de todo, Black Hat era hermoso, tener la oportunidad de hacer eso con él era un privilegio, en esos momentos no necesitaba pensar en sus problemas, solo disfrutar del momento. 


Black Hat en cambio tenía ideas más claras, había sabido desde el principio que Flug prefería a Venus y, si la dejaba, iba a ganar esa competencia secreta que había entre los dos, así que atacó primero. Quizás era un demonio listillo, pero aun así era aún un adolescente ingenuo, creía firmemente que con eso iba a retener a Flug con él, que haría cambiar sus sentimientos si se entregaba a él físicamente ¿Por qué no? Asi funcionaba para los demonios, el sexo venia primero y los sentimientos despues, habia demonios que permanecian juntos de por vida cuando encontraban a su amante ideal, pero Flug no era un demonio, era un humano y lo que habia en su corazon no iba a cambiar tan facilmente solo porque Black Hat sabia como seducirlo y, quizas, Black Hat sabia todo eso, pero continuo con ello porque ansiaba sentirse amado por él, Flug no tenia idea de lo importante que era, de cuanto lo amaba. 


Black Hat había aparecido en la existencia un dia, una bolita de oscuridad que rondaba aquella casa donde habían sucedido múltiples tragedias, no había muchos pensamientos ni deseos en él, su único anhelo y propósito era alimentarse de las energías negativas que infestaban la casa, creciendo poco a poco, no más que una alimaña a ojos de humanos y demonios. 

El ático era su lugar predilecto, algo horrible había pasado ahí arriba, no sabía que había sido ni le interesaba, pero era buen sustento. 

Así pasó mucho, mucho tiempo, una cosa simple sin ideas, hasta que escucho su voz. Era la voz de un niño, había escuchado muchos ir y venir en las casas vecinas, pero aquel sonaba diferente por alguna razón, así que se asomó a ver. 

Un niño humano con oscuridad en su corazón. 

Por primera vez aquella criatura tuvo una idea, un anhelo, una auténtica ambición, quería hablar con él. 

Así que tomó una forma y una voz, una identidad y un nombre. Hizo un trato con un demonio mayor para que modificara aquella casa y la hiciera del gusto de los humanos, una de muchas deudas que cargaría en el futuro. 

Y Black Hat fue Black Hat, por fin podía hablarle y conocerlo, quería a ese chico a su lado, no le molestaba incluir a la niña también, al menos por ahora. 

Black Hat le debía toda su existencia a Flug y lo había amado desde el primer instante. 


-¿Te gusto?- le preguntó en un suspiro cuando Flug se apartó de él, nunca iban muy lejos.

-Claro que me gustas- le contestó, como hacía siempre que le preguntaba lo mismo. 

-Hn, si no te gusta algo de mi apariencia, puedo cambiarlo - lo miró.


Flug lo miró también, extrañado por su inseguridad. Lo analizó, ahí tendido en la cama, los rayos del sol que se colaban por la ventana hacían brillar la negra piel de serpiente, Black Hat era una criatura completamente inhumana, inusual, eldritch, absolutamente cautivador e intoxicante. 


-Me gusta como te ves- le aseguró- Soy yo el inseguro, no tu- le recordó. 

-No es que sea inseguro, soy consciente de cómo me veo- suspiró, ahora mirando el techo, las sombras siniestras siempre ahí, era su propia presencia plagando la casa- Se que a algunos les gusto mucho y a otros les aterró al punto de la locura- le tomó una mano con cuidado-Quiero asegurarme de que no te incomodo-.


¡Oh, estaba tan desesperado por ser amado por él, pero él sabía, sabía la verdad! 


-No me incomodas, Black Hat-suspiró.

-¿Entonces por que no quieres tener sexo conmigo?- le reclamó, sentándose en la cama, mostrándole los colmillos.


Flug suspiró de nuevo, no era que no quisiera, era solo que...


-Realmente me gustaría estar con ella-.

-¡Ni siquiera te le has confesado!- bufó.

-Ya lo sé, pero ...-.

-Yo estoy aquí, todo para ti ¿No es suficiente?- lo miró con algo que parecía súplica, quizás era por su natural falta de humanidad, pero había algo ahí que recordaba a un animalito hambriento.


¿Por qué? ¿Por que ese demonio orgulloso y hostil le era tan entregado y devoto? Era irresistible. 


Aquella primera vez fue algo torpe y brusco, sabían lo que tenían que hacer, pero era pura teoría. A Flug le llevó un momento relajarse y dejarse llevar, temía hacerle daño, aunque sabía era imposible, había visto a Black Hat lastimarse deliberadamente y regenerarse como si nada con el único propósito de perturbar a otros, era invulnerable. 


Había sido algo torpe y brusco, pero lo habían disfrutado y lo repetirían muchas veces durante esos años de juventud, incluso con las penurias que les esperaban.


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