Pero por sobre todo ahí había celos, ese monstruo estaba celoso y ahora ella iba a morir por ello.
Miss Heed había cometido un grave error, había tomado algo que no le pertenecía, había jugado con sus sentimientos y con su mente, lo había besado sin permiso y ahora iba a ir derecho al Infierno.
-Jajaja...- la risa de Black Hat llegó a sus oídos, distorsionada y horrible- ¿El Infierno?- siseó, leyendo la mente de la pseudo heroína-Oh, querida, no te daré ese privilegio, voy a incinerar tu alma yo mismo y tu agonía será eterna-.
Flug observaba, libre de las drogas y la confusión. Observó impasible los horrores, miró sin decir nada como la torturaba y la consumía en su oscuridad. Se preguntó si estaba en problemas también, Black Hat debía de estar enojado con él ¿No es así? Y con buena razón...
-Flug- el demonio lo llamó, sacándolo de sus pensamientos.
-Ah... J-jefecito- no se atrevía a mirarlo, así que clavó la vista en el suelo- Y-yo, lo siento mucho es que...-.
-Se que no es tu culpa- lo interrumpió y coló sus manos heladas bajo la bolsa de papel- ¿Estas bien? No te hizo nada más ¿Verdad? Porque si lo hizo la traeré de vuelta y le daré un castigo más severo-.
Flug lo miró, Black Hat lucía tan furioso y... Preocupado.
-Solo me besó, Black Hat, estoy bien- le aseguró.
-Que humana más repugnante, haciendo cosas sin tu consentimiento-le acarició las mejillas- Atreviéndose a tocar lo que me pertenece...- lo dejó y miró a otra parte- Flug, no te sientes obligado a estar conmigo ¿Verdad?-.
-¿Qué?- Flug rió, nervioso- Jefecito ¿Que dice? Claro que no- negó- ¿Cómo pregunta eso? Llevamos décadas casados- rió de nuevo, incrédulo ante las inseguridades del otro- No piense eso ¿Si?-.
Ahora era Flug quien le acariciaba las mejillas al otro, haciéndolo ronronear, pero esos ronroneos se detuvieron cuando el demonio comenzó a hablar nuevamente.
-Si vas a dejarme que al menos sea por tu propia voluntad-.
-Black Hat...-.
-Ya se que no puedo darte una familia y todo eso, quizás una mujer seria mejor para ti...-.
-Black Hat...-.
-Quiero decir, no es que pueda hacerte feliz realmente, no puedo darte nada de lo que hace a los mortales felices...-.
-¡Black Hat!- Flug lo sacudió- Me hace muy feliz, ya basta- lo reprendió.
-¿De verdad?-.
-De verdad- asintió- Solo, vamos a casa, por favor- suspiró, agotado-Quiero ir a NUESTRA casa, a NUESTRA cama y dormir con MI esposo ¿Ok?-.
Black Hat sonrió, feliz, y asintió.
-Vamos a casa, Doctor~-.
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