miércoles, 26 de octubre de 2022

Origen Cap. 1: Primero fue Ragna

El origen de nuestro querido Lord Black Hat



 -¡Ragna! - la potente voz del Diablo resonó por los pasillos hasta llegar a la pequeña habitación- ¡Ragna!-.


El terco poseedor de aquel nombre se giró en su cama, decidido a ignorar el llamado, solo deseaba quedarse ahí y dormir un poco más. 


-¡Ragna, se hace tarde!- el Diablo golpeó a la puerta con su puño.

-¡Esos libros no van a ir a ningún lado!- se ocultó bajo las mantas-¡Déjame en paz!-.


El Diablo, o Seto como se llamaba en realidad, suspiró con fastidio y entró sin más a la habitación, un cuartito simple y acogedor, pero que no tenía nada más que lo necesario, no había decoración ni entretenimientos, solo una cama, un closet, un espejo, otra puerta daba a un baño igual de sencillo. Allí no había personalidad. 


Seto arrancó las mantas de la pequeña cama, revelando al demonio que intentaba ocultarse.


-No eres un niño, deja de comportarte como tal- lo reprendió. 


Ciertamente aquella criatura no era un niño, tenía el vago aspecto de un adulto de edad indefinida, pero no lucía humano en lo absoluto, tampoco era una bestia ni se asemejaba a ningún ser mítico. 

Era un ser de cuerpo alto y delgado, delicada figura de falsa fragilidad, su piel era negra, pero no como las personas cuya piel es oscura por simple genética, era negra y de suaves escamas, como una serpiente. 

Tenía un bonito rostro angular, sin orejas ni nariz, su boca amplia estaba repleta de grandes colmillos como dagas, detrás una lengua serpentina.

Poseia un unico ojo, algo entre reptil y felino, el negro ligeramente más intenso que rodeaba su ojo le daba el aspecto de alguien que dormia poco. Donde debía estar su otro ojo solo había un vacío y del mismo salían sombras que, por el momento, flotaban silenciosas y pacíficas. 

Su cabello era puro azabache, creciendo corto y rebelde hacia arriba, entre el mismo nacían un par de cuernos de bella obsidiana. 


El demonio Ragna, la perfecta creación del Diablo y todo un dolor de cabeza. 


-Quiero dormir- le dijo a su creador, sentándose en la cama y mirándolo con profundo reproche.

-No sería productivo de tu parte, Ragna- Seto suspiró- Hay mucho que hacer, tienes mucho que aprender aun-.

-Si fuese esa niña me dejarías dormir tanto como quisiera- le reclamó, desviando su mirada al suelo.

-Como dije, no eres un niño, nunca lo has sido ¿No es así? No tengo porque tenerte ningun tipo de consideracion, mereces ser tratado como cualquier otro demonio ¿Y como aprendimos qué es eso?- alzó una ceja, esperando una respuesta adecuada.

-Mi valor depende de mis acciones, mi status depende de mi talento, el Infierno es una meritocracia, ser tu creación no me da ningún beneficio- recito, monótono.

-Exacto, así que prepárate y ve a la biblioteca-.

-Lo se, como ha sido cada dia de estos condenados 500 años que llevo existiendo- siseó con enfado.

-Obedece-.


Seto se marchó tras decir eso, dejándolo solo. 


Ragna quizás no lucía como un niño, pero 500 años no era nada para un demonio, mucho menos para uno que no conocía nada fuera de aquel palacio infernal y cuyo conocimiento se limitaba a los libros disponibles en la Gran Biblioteca, no era poca cosa, allí estaban todos los libros del mundo, presentes, pasados y futuros, todo el conocimiento del universo estaba a su alcance, pero no tenia experiencia fuera de esas paginas, no conocía el mundo real. 


Podía decirse que Ragna era inocente en cierta forma, pero estaba hecho de pura maldad, el Diablo lo había creado de cosas oscuras y retorcidas. De almas corruptas, juntadas por eones, infinitas e inagotables.

Había llegado al mundo sin poder hablar, leer o escribir, pero pudiendo entender todo lo que se le decía, su primera lección había sido que aquel hombre, que lo había creado con sus propias manos, no era su padre, no podía esperar de él afecto ni compasión.

Ese primer tiempo había estado aterrado de todo lo que lo rodeaba, nuevo en eso de tener una conciencia y un cuerpo, pero nunca recibió consuelo, aprendió rápidamente a valerse por si mismo y a ocultar sus inseguridades y temores, no le servían de nada. 


El Diablo le enseñó a leer y escribir y luego lo había encerrado en la Gran Biblioteca, forzandolo a aprender del mundo a través de los libros, cada día, cada hora, cada minuto, eran solo estudios y nada más. 

A veces, en la vasta soledad de aquel lugar, se encontraba asustado de ese sentimiento, se sabía completamente solo y lloraba en silencio, en algún rincón donde nadie pudiese verlo, acongojado por las cosas en su corazón que no entendía, oprimido por su soledad, anhelando cosas que nunca iba a recibir de nadie. 

Eso era lo que había aprendido desde un principio, él era algo malo y corrupto, no era merecedor de amar ni ser amado. Su corazón no tardó en endurecerse, pero aun así no podía evitar llorar a veces, cuando era demasiado y, últimamente, solo quería dormir y no despertar, pero Seto no se lo permitía, por mucho que le dijera lo agotado que estaba. 


Si, en esos cortos 500 años de existencia, había aprendido que estaba solo y no era merecedor de compasión, afecto ni mucho menos aquello que llamaban amor y cuyo significado se le escapaba por mucho que leyera al respecto.

Ragna era una cosa, algo que el Diablo había creado para observar como un experimento, no era una persona, era reemplazable, nadie necesitaba de él y él... Pues él tampoco necesitaba de nadie entonces. 


Aun así, sabiendo todo esto, Ragna no podía evitar reclamarle en ocasiones, lo había visto interactuar con otros, lo había visto ser dulce y compasivo con su esposo y con esa demonio con aspecto de niña. 

No era que fuese cruel con él, no lo maltrataba, pero era frío y distante, Ragna buscaba su aprobación y cercanía por puro instinto y aun no alcanzaba a comprender porque era rechazado incluso cuando hacía todo lo que le pedía, incluso cuando se sabía excepcional para los estándares de la mayoría de los demonios, nunca era suficiente para Seto y Ragna comenzaba a tenerle un profundo rencor. 


Se levantó de mala gana e hizo su rutina de las mañanas en silencio, todo era tan ... Monótono, odiaba esa sensación de soledad y encierro. 


Se tomó un momento para mirarse a sí mismo ante el espejo, se acomodo el cabello aun húmedo tras la ducha, era imposible peinarlo y le fastidiaba en sobremanera, así que lo dejó ser y en cambio se concentró en el monóculo que cubría su ojo faltante, conteniendo las sombras, siempre dolía ligeramente, pero ya estaba acostumbrado. Finalmente le dio un último retoque a su corbata y al cuello del abrigo. No estaba mal aquel atuendo, una camisa roja con corbata y tirantes negros, pantalon del mismo color, un chaleco gris, un abrigo largo y negro de fondo rojo, zapatos blancos y negros, siempre brillantes... Pero le faltaba algo, aun no sabia lo que era, pero tendría que dejarlo para otro dia, se le hacía tarde. 


Salió de ese pequeño cuarto suyo directo a la biblioteca, estaban conectados después de todo y Seto no le permitía ir mucho más lejos aún, el porqué no lo sabía. 


La biblioteca se componía de interminables pasillos formados por estantes enormes, repletos de libros del suelo al techo, era un laberinto y era fácil perderse, pero el joven demonio conocía bien ese lugar, era todo lo que conocía después de todo. 

Así pasaban sus días, monos y solitarios, cultivaba su poder y su mente y amargaba su corazón. 


De todas esas infinitas páginas aprendió del mundo, del bien y del mal, de justicia e injusticia, de luz y oscuridad, de héroes y villanos. 

La realidad era que todos esos conceptos, puestos en blanco y negro, eran una falacia, el bien y el mal eran relativos y cambiaban con las eras, las sociedades, los infinitos mundos y dimensiones que componian el Universo. 

Él, hecho de oscuridad y pesadillas, era ciertamente algo malo y se decantaba por esa alineación moral, había muchas formas de ser malvado, algunas le gustaba y otras no. Le había sorprendido descubrir sus propios límites al respecto porque, si lo pensaba, no debería de tenerlos, él no era una persona, él podía trabajar en absolutos en vez de en esa escala de grises en la que se movían los mortales e incluso otros demonios. 


Le gustaba el concepto de la villanía, sonaba como una forma divertida de hacer las cosas, también le gustaban los negocios ¿Quizas habia una forma de combinar los dos? Eso seria interesante, pero primero conquistaria mundos con su fuerza, tentaria las almas de los mortales con promesas de poder, firmaria esos molestos contratos que lo ataban a algun tonto mortal, un par de siglos de eso y seria libre de hacer lo quisiera, lejos de la mirada vigilante del Diablo. 


Pero, por el momento, solo eran él y esa biblioteca. Seto no lo dejaba salir, odiaba a ese hombre, admiraba su poder y su incomparable intelecto, pero detestaba todo lo demás, al mismo tiempo que quería hacerlo sentir orgulloso, demostrarle de lo que era capaz, demostrarle que había creado algo perfecto e irremplazable. 


En esos momentos estaba ocupado leyendo un libro especialmente aburrido y grueso, cuando una voz llamó su atención.


-Luces especialmente amargado hoy, mi niño-. 


Aquel hombre le sonrió y Ragna no le devolvió el gesto, ciertamente se sentía más amargado que de costumbre.


-Lord Bell, no me diga así por favor- suspiró.

-Te dire como quiera- rió y lo despeino con una de sus enormes manos. 


Ragna se dejó, siempre confundido por esas muestras de afecto. Ese hombre, Bell, era el esposo de Seto, un demonio de aspecto extraño que parecía la combinación de un humano y un ave, era muy alto e intimidante, pero en realidad tenía un carácter muy dulce. 

Siempre llamaba a Ragna “Mi niño”, quizás porque su esposo lo había creado, pero al joven demonio le parecía de lo más inapropiado. 


-No soy su hijo, de ninguno de los dos- negó. 

-Yo se que no, pero eres tan joven y Seto te creó con sus propias manos, no lo puedo evitar- dijo con simpleza, encogiéndose de hombros. 


Ragna lo miró, frío e impasible, y regresó a su libro. No entendía a ese demonio, le demostraba afecto y le hablaba con dulzura, no entendía nada de ello. Ragna no sentía nada más que respeto por él ¿Debía de sentir otra cosa? ¿Debía de alegrarse cuando lo consentía? ¿Cómo se suponía que reaccionaría ese corazón suyo? ¿Es que acaso solo era capaz de sentir rencor y pena? Estaba hecho solo para sentir cosas negativas ¿No es así? Esas muestras de afecto no le provocaban nada, pero luego se sentía profundamente solo, irremediablemente miserable en su propia frialdad y amargura. 


¡Oh, quería llorar de nuevo! ¡Odiaba sus emociones! Lo confundian tanto, no eran más que miseria y angustia, se sabía incapaz de ser feliz, de sentir cariño y dicha. Quería enterrar todo eso, sus inseguridades y angustias, quería y necesitaba ser frío y buscar la forma de regocijarse en su propia naturaleza, en su maldad y perversidad. 

Necesitaba eso porque su miseria, su incapacidad de sentir cosas buenas y cálidas, sólo dejaba en evidencia lo obvio, él era una cosa, no era una persona de verdad y su existencia era artificial y futil, podía ser fácilmente reemplazado y carecía de valor, al menos que hiciera algo al respecto. 


Lord Bell miró todas esas emociones desenvolverse, enterrarse y desaparecer en segundos, apenas un cambio en su expresión impasible, un leve apretar de las garras sobre la cubierta del libro. 

Nunca entendería porque su esposo, que era despiadado y compasivo a partes iguales a pesar de ser el Diablo, había creado semejante criatura, tan triste y desdichada, tan capaz de grandes cosas, infinito poder y potencial, pero con un corazón incapaz de sentir nada de lo que hacía a cualquier otro feliz. Era una existencia cruel. 


El tiempo continuó su curso y Ragna creció poderoso y con su corazón lleno de oscuridad y penas, creó una personalidad cruel y en su mente, aun conservando cierta inocencia, comenzaron a gestarse la locura y las pesadillas. 


Ragna era un poderoso usuario de magia con un cuerpo invulnerable, flexible en forma y capacidades, no debía preocuparse sobre la muerte ni nada similar, incluso si lo herían, cosa que había pasado múltiples veces durante su entrenamiento, todo se regeneraba y volvía a su sitio como si nada, estaba listo para salir al mundo y ser libre por fin.

Sin embargo había un par de asuntos que arreglar aun y el Diablo se lo informó con su habitual frialdad. 


-Debes elegir un nombre con el cual hacerte llamar-.

-Lo sé- asintió, preguntándose porqué lo habían llamado a hablar en privado solo para eso- Ya se me ocurrirá algo-.

-Y algo más - el Diablo acomodó los papeles sobre su escritorio, calmo como siempre- No puedes salir al mundo siendo un demonio virgen, es peligroso, así que busca a alguien para solucionarlo-.

-No me gusta que me toquen ¿Que te hace pensar que quiero tener sexo con nadie?-.

-Obedece, Ragna-. 


Ragna lo miró con profundo rencor, Seto sabía cuánto odiaba que lo tocaran, cuánto aborrecía la cercanía de otros ¿Por que tenía que hacer aquello? 


-Sabes que es algo que los mortales pedirán de ti ¿No es así?- Seto lo miró fijo, ojos de cruel azul- Con tu edad y estatus, los contratos que firmes con ellos te harán su ... Propiedad, por decirlo así, tendrás que acostumbrarte-. 

-No quiero...- apretó los puños, clavandose sus propias garras.

-Es algo que será solo por un par de siglos a lo mucho, tu poder crece muy rápido, confío que subirás tu estatus rápidamente- dijo en un tono que dejaba ver que no esperaba nada menos. 

-¿Y con quien esperas que lo haga?- respondo- No soy exactamente popular, lo sabes bien-.

-Te hiciste esa fama tu solo, destripando a todo el que osara acercarse demasiado- suspiró con fastidio- Solo elige algún sucubo y ya- hizo un gesto de desdén- No te dejaré salir al mundo de los mortales hasta que lo hagas-. 

-Te odio ...- le bufó, su voz llena de veneno.

-Odias todo, Ragna, mi terca creación- lo miró severamente- Te cree perfecto y con infinito potencial, pero no soy adepto al nepotismo, seguirás las reglas y probaras tu valor como cualquier otro demonio, es una orden, punto final-.


Lo hizo desaparecer de su oficina con un chasquido y Ragna se encontró de vuelta en su cuarto, como un niño castigado. 


El joven demonio se sabía deseado, era consciente de su belleza y encanto, sabía instintivamente que para él sería fácil seducir y tentar a quien quisiera, pero la idea de ser un objeto de deseo lo repelía, no era que el acto en si no le llamara la atención, pero quería... Quería... No sabía lo que quería, quizás sencillamente no estaba listo para ello aún, pero no tenía otra opción más que obedecer. 


Los súcubos eran criaturas de extrema belleza y era su trabajo satisfacer los deseos carnales de otros demonios y de aquellos humanos que lograran invocarlos. Desde que Seto había llegado al poder el trato que se les daba era mucho mejor, pero al final del día eran simples objetos de deseo y Ragna aprendió de ellos, si iba a ser obligado entonces al menos aprovecharía la experiencia. 

De ellos aprendió el arte de la seducción y a apartar su mente de su cuerpo, podía dejar que su cuerpo disfrutara del momento mientras su mente iba a navegar a otra parte, ajena a todo. 

Aprendio a ver al sexo como una transaccion de beneficios mutuos, no habia verdadera intimidad para él, era algo que se hacia por puro placer y conveniencia. 

Ciertamente le serviría para el futuro, cuando estuviese a merced de los tontos mortales dispuestos a venderle sus almas. Era algo por lo que todos los demonios tenían que pasar, no quedaba más que intentar regocijarse en todo ese hedonismo. Con ello obtenían poder y placer ¿Qué más podía querer un demonio que estaba creciendo? Aun así, el prospecto solo reafirmaba la idea que tenía Ragna sobre sí mismo, él era una cosa para usar sin pensarlo mucho, un beneficio para obtener y nada más. 


Ahora solo quedaba elegir un nombre y sería libre de salir al mundo mortal. 

Los demonios tenían nombres con los que nacían, un secreto escrito en runas, frente al resto del mundo usaban un apodo, era una forma de protección, el nombre de un demonio guardaba poder sobre ellos. 

Ragna no podía decirse.


Ese día, mientras se admiraba en el espejo, siempre tan orgulloso de su apariencia y elegancia, se le cruzó por la cabeza nuevamente que a su habitual atuendo le faltaba algo, se pasó las manos por la cabeza, rozando los cuernos delicados, eran toda una molestia. Durante una pelea eran su punto débil, durante el sexo lo hacían estremecer como loco ¿Quizás era mejor cubrirlos? 

Si, eso era una gran idea. 

Busco entre sus libros, los que había guardado para su colección personal, iban desde libros sobre las Artes Oscuras, hasta catálogos de moda, su naturaleza era en extremo vanidosa, amaba las ropas elegantes y finas. 

Pasó las páginas con cuidado y, en el proceso, miró sus manos, garras afiladas siempre presentes, quizás debía cubrir esas también, no eran precisamente prácticas. 

Hizo aparecer unos guantes negros, con eso bastaba. Siguió pasando las páginas hasta dar con lo que buscaba. 

Un sombrero de copa no sonaba nada mal. 


Se miro al espejo nuevamente y, con un ademan, el sombrero apareció en su cabeza, un alto sombrero de copa negro y listón rojo. 


-¡Ja!...- sonrió, acomodándolo- Black Hat- sonrió ampliamente, salivante de entusiasmo. 

26- Poison:




Poison! Those feelings were poison! They make them soft and weak! They bring with them a sweet agony! 

When he looked at him he felt like dying, he was so blissful that it hurt, his withered heart accelerated, his body light and his mind in the clouds. 

Flug had poisoned him with love and sweetness, with care and affection.

He had him eating from his hand, docil like a kitten. Oh how terrified he felt sometimes! Long were the nights when he doubted him, of his intentions, of how much he loved him, of how genuine he was.

He feared that he was being used, he feared that this intelligent and strategic doctor had been able of manipulate him, he feared that he make him love him with the purpose of obtaining power and the opportunity of using him at his will. 

Any other would have taken such an opportunity. Isn't it? The powerful Black Hat tied with chains, incapable of denying anything because his heart and his whole being was prisoner of feelings that he never felt before and didn’t know how to manage. 

But Flug wasn’t like that, he treated him well even when he didn’t deserve it, he never had taken advantage of his weakness for him, although he could, Black Hat wasn't going to stop him if he ever tried.

In those long nights of doubt he watched the other sleep, peaceful, always searching for him, wanting a hug. 

Black Hat saw him beautiful in that tranquility, in that fake innocence. There was darkness in his doctor and he liked that, every day that love poisoned him more and more.

It was fine, if some day Flug wanted to make him his slave or something like that, it was fine. He deserved suffering anyways, just for being him.

“Whatever makes you happy, Doctor~” he whispered, brushing the red locks away from the sleeping face.


26-Veneno:




¡Veneno! ¡Esos sentimientos eran veneno! ¡Lo hacían blando y débil! ¡Traían consigo una dulce agonía! 

Cuando lo miraba sentía morir, era tan dichoso que dolía, su corazón marchito se aceleraba, sentía su cuerpo ligero y su mente en una nebulosa. 

Flug lo había envenenado con amor y dulzura, con cariño y afecto. 

Lo tenía comiendo de su mano, dócil como un gatito ¡Oh, como le aterraba a veces! Largas eran las noches cuando se le daba por dudar de él, de sus intenciones, de que tanto lo amaba, de que tan genuino era. 

Temía estar siendo usado, temía que ese doctor inteligente y estratégico había sido capaz de manipularlo, temía que lo había enamorado con el propósito de obtener poder y de tener la oportunidad de usarlo a su antojo. 

Cualquier otro habría aprovechado semejante oportunidad ¿No es así? El poderoso Black Hat atado con cadenas, incapaz de negarse a nada porque su corazón y su ser completo eran prisioneros de sentimientos que nunca había tenido antes y que no sabía cómo manejar. 

Pero Flug no era así, lo trataba bien aunque no se lo mereciera, jamás se había aprovechado de su debilidad por él, aunque podía, y Black Hat no iba a impedírselo si alguna vez lo intentaba. 

En esas largas noches de duda miraba al otro dormir, pacifico, siempre buscándolo para abrazarlo. 

Black Hat lo veía hermoso en esa tranquilidad, en esa falsa inocencia. Había oscuridad en su doctor y eso le gustaba, cada día ese amor lo envenenaba más y más. 

Estaba bien, si alguna vez Flug decidía hacerlo su esclavo o algo por el estilo, estaba bien, se merecía sufrir de todas formas, solo por ser quien era. 

-Lo que sea que te haga feliz, Doctor~ - le susurró, apartando los rojos mechones del rostro durmiente.


martes, 25 de octubre de 2022

25- Kiss (they weren't husbands here yet) :




His first kiss hadn't been pleasant, his kind didn’t understand subtlety for that kind of thing and, maybe, it shouldn't bother him, but it did, as everything outside his control did. 

They didn’t ask for his consent and that intrusive tongue disgusted him.

Black Hat hated kissing. 

For that matter, he hated physical contact in general, he didn’t mind having sex ones in a while, hedonistic creature that he was, but it wasn’t one of his priorities, he had better things to do.

No one lasted in his hands anyway, he had the bad habit of eating their heads like a praying mantis once everything was finished. 

He always avoided being kissed, his first experiencia left him, literally, with a bad taste in his mouth. Isn't it?

Then why? Why he hadn’t an instant of doubt? What was so special about that dull mortal, that he not only worried about his life, but also made him cross his own personal boundaries?

Flug almost drown, his stupid experimental ship crashed into the ocean and the demon didn’t hesitate a moment to pull him out of the water and “kiss” him, giving him new air.

His lips tasted somewhere between sweet and salty, sweet from eating too much candy and salty because he'd gotten him from the ocean, but they weren't smooth, because the doctor had a bad habit of biting himself and always split them.

The demon watched him sit up and cough up water, all wet and pale. It was pathetic and fragile and yet...

“Are you ok?” he asked, impassive.

“Y-yes” Flug looked at him, surprised “I think so...” he touched his lips, meditative “You kissed me...”.

“I give you CPR” he corrected, crossing his arms.

They stayed in silence, both sitting in the sand. It was night in that solitary island only illuminated by the moon and stars, the sky and the sea merging beautifly. 

“Jefecito...”

“What do you want now?”

They didn’t look at each other, their glances fixed in the skies. 

“Can I kiss you?”.

“...Ok”.


25- Beso (aca aun no eran esposos):




Su primer beso no había sido agradable, su especie no entendía de delicadeza para ese tipo de cosas y, quizás, no debía de molestarle, pero le había molestado, como le molestaba todo lo que estuviera fuera de su control. 

No le habían pedido permiso y esa lengua intrusa le había dado asco. 

Black Hat odiaba besar. 

Si iba al caso, odiaba el contacto fisico en general, no le molestaba tener sexo de vez en cuando, criatura hedonista que era, pero no era era una de sus prioridades, tenia mejores cosas que hacer.

Nadie duraba mucho en sus manos de todas formas, tenía la mala costumbre de comer sus cabezas como una mantis cuando todo llegaba a su fin. 

Siempre evitaba que lo besaran, su primera experiencia literalmente le había dejado un mal sabor de boca ¿No es así? 

Entonces ¿Por qué? ¿Por qué no había dudado un instante? ¿Que tenía ese mortal insulso de especial para que, no solo se preocupara por su vida, si no que además lo hacía traspasar sus propios límites personales? 

Flug casi se había ahogado, su estupida nave experimental había estrellado contra el mar y el demonio no dudó un instante en sacarlo del agua y juntar sus labios, dándole nuevo aliento. 

Los labios le sabían entre dulce y salado, dulce por comer tantos caramelos y salado porque lo había sacado del océano, pero no eran suaves, porque el doctor tenía la mala costumbre de morderse y los tenía siempre partidos. 

El demonio lo miro sentarse y toser agua, todo mojado y pálido. Era patético y frágil y aún así...

-¿Estás bien?- le preguntó con un tono impasible.

-S-si- Flug lo miró con sorpresa- Eso creo...- se tocó los labios, pensativo- Me besó...-.

-Te di RCP- le aclaró, cruzándose de brazos. 

Se quedaron en silencio, ambos sentados en la arena, era de noche y en aquella isla solitaria solo iluminaban la luna y las estrellas, el cielo se fusionaba bellamente con el mar. 

-Jefecito...-.

-¿Qué quieres ahora?-.

No se miraban, sus vistas fijas en el firmamento. 

-¿Puedo darle un beso?-.

-... Ok-. 


lunes, 24 de octubre de 2022

24- Thorns/barbs:



In the mansion there was a secret garden. Black Hat had his own, twisted, version of gardening. He grew all kinds of carnivorous and poisonous plants. Ominous creatures who moved softly, feeding with blood and shadows instead of water and sun. 

Flug liked to sit in that garden to look at him, so handsome without his coat and his rolled up shirt, pampering his monstrous plants.

Beside him, next to the elegant garden furniture, was what seemed to be a rose bush, but looking closely, within the petals sharp teeth were hiding, but that wasn't the most dangerous part, their thorns were full of the most lethal of poisons. 

They were beautiful and terrifying flowers, they reminded the doctor of that husband of his. Beautiful, full of poison and horrors, but also had a frailty in him, a secret fragility that only Flug kwew. 

Flug caressed the petals carefully and the flower emitted a faint “chirp” like a purr or the noise of a little bird.

“Do you like them? Flug” the demon asked, garden scissors in one hand and a dead rat in the other, the plant's food. 

“They remind me of you” he smiled.

“... Idiot” Black Hat turned and went on with his business.

Flug held back his laugh, pretty sure that he made the other blush.


24- Espinas/Púas:



Había en la mansión un jardín secreto. Black Hat disfrutaba de su propia, retorcida, versión de la jardinería. Cultivaba todo tipo de plantas carnívoras y venenosas. Criaturas ominosas que se movían con suavidad, alimentándose de sangre y sombras en vez de agua y sol. 

A Flug le gustaba sentarse en aquel jardín y observarlo, tan guapo sin su abrigo y la camisa arremangada, dándole mimos a sus plantas monstruosas. 

A su lado, junto a los elegantes muebles de jardin, habia lo que parecía un arbusto de rosas, pero si se veía de cerca entre los pétalos se ocultaban dientes afilados, pero eso no era lo más peligroso, sus espinas rebosaban del más potente de los venenos.

Eran flores hermosas y aterradoras, al doctor le recordaban a ese esposo suyo. Hermoso, lleno de veneno y horrores, pero también había delicadeza en él, una fragilidad secreta que solo Flug conocía. 

Flug acarició los pétalos con cuidado y la flor emitió un leve “chirp” como un ronroneo o el sonido de una avecilla.

-¿Te gustan? Flug- inquirió su jefe, tijeras de jardín en una mano y una rata muerta en la otra, el alimento de las plantas. 

-Me recuerdan a usted- le sonrió. 

-... Idiota- Black Hat se giró y fue seguir con lo suyo.

Flug contuvo la risa, bastante seguro de que había hecho al otro sonrojar. 


domingo, 23 de octubre de 2022

23- Broken (the poor bed is the true victim in this relationship):



Ups! The bed broke... Again.

“Maybe we should consider doing it in the floor, Jefecito”

Black Hat just smiles, pleased, and fixes the bed with a snap of his fingers.

“Lest continue, Doctor~”

If the bed had awareness it would have demanded its retirement long ago.

 

23- Roto/Romper (la pobre cama es la verdadera víctima de su relación):

 

¡Ups! La cama se había roto... De nuevo.
-Quizás deberíamos considerar hacerlo en el suelo, Jefecito-.
Black Hat nada más sonríe, complacido, y arregla la cama con un chasquido de sus dedos.
-Continuemos, Doctor~ -.
Si la cama tuviera conciencia, hacía tiempo que habría exigido su jubilación.

sábado, 22 de octubre de 2022

22- Fall / Pumpkins:



Black Hat taked Halloween really seriously and, of course, carving pumpkins was a part of that too.

He skillfully created the most horrible and unnerving faces and, with his magic, he gave them the illusion of life, real scares waiting for the unsuspecting.

However, and this hurt his pride, his husband was way better than him. He carved with a scalpel, skillful like no other and from that, without the necessity of magic and tricks, he created faces and drawings full of imagination and wander, the perfect contrast to the horrors created by Black Hat.

It wasn't that bad to lose, Black Hat could take pride in something else, and that was to grow the best pumpkins. Huge vegetables of shiny orange and with living vines able to strangle any mischievous kid approaching with a bat. 

“They are very good this year, Jefecito”

“This girl already ate three brats today” the demon smiled, patting the biggest pumpkin in the field. 


22- Otoño/Calabazas:



Black Hat se tomaba Halloween muy en serio y, por supuesto, tallar calabazas era parte de ello también. 

Hábilmente creaba las caras más horribles e inquietantes y, con su magia, le agregaba la ilusión de la vida, auténticos sustos esperando a los desprevenidos.

Sin embargo, y esto le dolía en el orgullo, su esposo era mucho mejor que él. Tallaba las calabazas con un bisturí, hábil como nadie y de ahí, sin necesidad de magia y trucos, creaba rostros y dibujos imaginativos y maravillosos, el perfecto contraste a los horrores creados por Black Hat. 

No era tan malo perder, Black Hat podía tomar orgullo en algo más y eso era cultivar las mejores calabazas. Enormes vegetales de brillante naranja y lianas vivas capaz de estrangular a cualquier niño travieso acercándose con un bate. 

-Vienen muy bien este año, Jefecito-.

-Esta niña ya se comió tres mocosos hoy- el demonio sonrió, palmeando la calabaza más grande del prado. 


viernes, 21 de octubre de 2022

21-Vintage:



Basically, everything that Black Hat possessed was vintage, for not saying that they were antiques, certainly nothing was less than 20 years old. 

“You are also vintage, Doctor~”.

“W-what?”.

“How old are you? 30?”

“Uh...yeah”.

“Vintage”

“I feel old”.

“Just how I liked it~”


21-Vintage:



Básicamente todo lo que Black Hat poseía era vintage, por no decir que eran antigüedades, ciertamente nada tenía menos de 20 años.

-Tú también eres vintage, Doctor~-.

-¿Q-que?-.

-Tienes ¿Cuánto? ¿30?-.

-Uh... Si-.

-Vintage-.

-Me siento viejo-.

-Así es como me gusta~-. 


jueves, 20 de octubre de 2022

20- Green:



It was the last patch of green grass, the rest had taken the witter tone of autumn or was covered by colorful leaves. 
The grass was so soft and delicate and the lips of that demon so delicious, that Flug considered that something like it must be the Paradise.

20- Verde:


Era el último trozo de hierba verde, el resto había tomado el tono marchito del otoño o se había cubierto de hojas de colores.
La hierba era tan suave y tierna y los labios de ese demonio tan deliciosos, que Flug consideró que algo así debía de ser el Paraíso. 

miércoles, 19 de octubre de 2022

19- Danger:


¡Oh she was in danger! ¡More than that! ¡She was dead! ¡Oh so dead! And still, death was a better option than the horrors in front of her, that horrible being made of darkness and nightmares, evil and rage incarnated. 
Miss Heed had committed a terrible mistake, she took something that didn't belong to her, she played with his feelings and his mind, she kissed him without permission and now she was going straight to Hell.
“Hahaha...” the laugh of Black Hat came to her ears, distorted and horrible “Hell?” he hissed, reading the mind of the pseudo heroine “Oh, my dear, I'm not going to give you that privilege, I'm going to incinerate your soul myself ando your agony is going to be eternal”.
Flug observed, free of drugs and confusion. He watched impassively the horrors, he watched in silence how he tortured her and consumed her in his darkness. He wondered if he was also in trouble, Black Hat had to be furious with him. Isn't it? And with good reason...
“Flug” the demon called, snapping him of his thoughts.
“Ah... J-jefecito” he didn't dare to look at him, so he looked at the ground “I-I'm so sorry is just...” 
“I know it's not your fault” he interrupted him and put his cold hands under the paper bag “Are you ok? She didn't do anything else. Did she? Because if she did I'm going to bring her back and punish her more severely” 
Flug looked at him, Black Hat seemed so furios and... Worried. 
“She just kissed me, Black Hat, I'm ok” he assured him.
“What a repugnant human, doing things without your consent” he caressed his cheeks “Daring to touch what is mine...” he let him go and looked the other way “Flug, you don't feel obligated to be with me. Don´t you?”
“What?” Flug laughed, nervous “Jefecito what are you saying? Of course not” he denied “How do you ask that?  We've been married for decades” he laughed again, incredulous before the insecurities of the other “Don't  think that ok?” 
Now it was Flug who caressed the others cheeks, making him purr, but those purrs stopped when the demon started to speak again. 
“If you are going to leave me, at least doit of your own will”.
“Black Hat...”.
“I know that I can't give you a family and all that, maybe a woman is better for you”.
“Black Hat...”.
“I mean, it's not like I can make you actually happy, I can't give you what makes mortals happy...” 
“Black Hat!” Flug shaked him “You make me really happy, stop it” he scolded him.
“Really?”.
“Really” he nodded “Let's just go home, please” he sighed,  exhausted “I want to go to OUR home, to OUR bed and sleep with MY husband, Ok?”. 
Black Hat smiled, happy, and nodded.
“Let's go home, Doctor~”

19- Peligro:


¡Oh estaba en peligro! ¡Más que eso! ¡Estaba muerta! ¡Oh tan muerta! Y aun así la muerte era una opción preferible a los horrores ante ella, esa criatura horrible hecha de oscuridad y pesadillas, maldad e irá encarnadas. 

Pero por sobre todo ahí había celos, ese monstruo estaba celoso y ahora ella iba a morir por ello. 

Miss Heed había cometido un grave error, había tomado algo que no le pertenecía, había jugado con sus sentimientos y con su mente, lo había besado sin permiso y ahora iba a ir derecho al Infierno. 

-Jajaja...- la risa de Black Hat llegó a sus oídos, distorsionada y horrible- ¿El Infierno?- siseó, leyendo la mente de la pseudo heroína-Oh, querida, no te daré ese privilegio, voy a incinerar tu alma yo mismo y tu agonía será eterna-. 

Flug observaba, libre de las drogas y la confusión. Observó impasible los horrores, miró sin decir nada como la torturaba y la consumía en su oscuridad. Se preguntó si estaba en problemas también, Black Hat debía de estar enojado con él ¿No es así? Y con buena razón...

-Flug- el demonio lo llamó, sacándolo de sus pensamientos.

-Ah... J-jefecito- no se atrevía a mirarlo, así que clavó la vista en el suelo- Y-yo, lo siento mucho es que...-.

-Se que no es tu culpa- lo interrumpió y coló sus manos heladas bajo la bolsa de papel- ¿Estas bien? No te hizo nada más ¿Verdad? Porque si lo hizo la traeré de vuelta y le daré un castigo más severo-.

Flug lo miró, Black Hat lucía tan furioso y... Preocupado.

-Solo me besó, Black Hat, estoy bien- le aseguró. 

-Que humana más repugnante, haciendo cosas sin tu consentimiento-le acarició las mejillas- Atreviéndose a tocar lo que me pertenece...- lo dejó y miró a otra parte- Flug, no te sientes obligado a estar conmigo ¿Verdad?-.

-¿Qué?- Flug rió, nervioso- Jefecito ¿Que dice? Claro que no- negó- ¿Cómo pregunta eso? Llevamos décadas casados- rió de nuevo, incrédulo ante las inseguridades del otro- No piense eso ¿Si?-. 

Ahora era Flug quien le acariciaba las mejillas al otro, haciéndolo ronronear, pero esos ronroneos se detuvieron cuando el demonio comenzó a hablar nuevamente.  

-Si vas a dejarme que al menos sea por tu propia voluntad-.

-Black Hat...-.

-Ya se que no puedo darte una familia y todo eso, quizás una mujer seria mejor para ti...-.

-Black Hat...-.

-Quiero decir, no es que pueda hacerte feliz realmente, no puedo darte nada de lo que hace a los mortales felices...-.

-¡Black Hat!- Flug lo sacudió- Me hace muy feliz, ya basta- lo reprendió. 

-¿De verdad?-.

-De verdad- asintió- Solo, vamos a casa, por favor- suspiró, agotado-Quiero ir a NUESTRA casa, a NUESTRA cama y dormir con MI esposo ¿Ok?-.

Black Hat sonrió, feliz, y asintió.

-Vamos a casa, Doctor~-.